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Efemérides 25 de Agosto

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Liberación de París

Un día como hoy pero de 1944 se producía el triunfo de los combatientes de la resistencia interior y el ingreso de las tropas aliadas a la capital francesa, la interminable huida del gobierno colaboracionista francés de Vichy y la rendición de los ocupantes nazis. Fue el desenlace de una prolongada lucha popular protagonizada por la Resistencia Francesa no exenta de intrigas políticas y definiciones de último momento.
El 22 de julio de 1940 la tercera República de Francia era reemplazada por el gobierno títere de Vichy, a cargo del mariscal Henri Pétain, un gobierno colaboracionista de la Alemania nazi. Las regiones del norte y oeste francés (incluida Paris y las grandes ciudades industrializadas), que totalizaban el 60% del país, quedaron en manos de los ocupantes alemanes. El restante 40% se denominó “Francia libre”.
La producción industrial fue capturada por los ocupantes, se impuso el Servicio del trabajo obligatorio (STO) por el cual 700.000 trabajadores franceses fueron enviados a colaborar con la maquinaria bélica nazi y se deportaron más de 70.000 judíos franceses a los campos de exterminio.
En 1941 Hitler ordenó el comienzo de la operación Barbarroja: el intento de ocupación de la URSS y la apertura del frente oriental. Envió 4 millones de hombres para ejecutar su orden que tropezó con la firmeza del pueblo ruso y del Ejército Rojo y un invierno impiadoso. La derrota alemana fue estrepitosa y la balanza de la Segunda Guerra Mundial se volcó decididamente contra los nazis.
Al mismo tiempo se producían serias derrotas alemanas en el norte de África y el medio Oriente a mano de los británicos, nacía la resistencia yugoslava bajo la dirección del mariscal Tito y en 1942 comenzó la participación norteamericana después del ataque a la base de Pearl Harbor que determinó un vuelco irremediable en el Pacífico Sur y el sureste asiático. El otro factor desequilibrante en ese frente fue la consolidación de la resistencia china y su lucha secular contra el invasor japonés que contuvo a un millón y medio de tropas ocupantes e impidió su participación en los múltiples frentes de batalla asiáticos.
Al mismo tiempo, se organizaba la Resistencia Francesa del Interior dentro del territorio galo. Con predominancia comunista (los famosos Maquis), se sumaron socialistas, demócratas cristianos, miembros de la iglesia, conservadores democráticos, militares y algunos empresarios. Su papel fue decisivo en la confrontación interna contra los nazis a pesar de las feroces represiones que sufrieron.
El 6 de junio de 1944 las fuerzas aliadas del frente occidental iniciaron el desembarco en Normandía que determinó otra gran derrota nazi y la ocupación de un frente de 1000 kilómetros en Francia. Allí se produjo una disputa política de proporciones entre el conductor del gobierno provisional de la República Francesa, Charles De Gaulle, la presión creciente de la Resistencia Francesa por avanzar hacia París y la posición de los gobiernos de EE UU y Reino Unido que preferían evitar la toma de la capital francesa e instituir un Gobierno Militar Aliado para los Territorios Ocupados, diluir la influencia comunista en territorio francés y convocar a elecciones cuando pudieran “conducir” el devenir del panorama político.
El pueblo francés y la Resistencia no cedieron. Charles De Gaulle y su gabinete tampoco.
La insurrección parisina fue dirigida por el comunista Henri Rol-Tanguy, jefe de las Fuerzas Francesas del Interior (FFI) en la Isla de Francia y por el delegado militar gaullista Jacques Chaban-Delmas. El 13 de agosto los trabajadores del Metro de París y la Gendarmería declararon la huelga; el 15 se sumó la Policía y el 16 los trabajadores del servicio postal. Sin embargo, el cuartel general aliado reunido en Londres ordenó frenar la sublevación hasta principios de septiembre. La orden no fue acatada y la rebelión continuó su escalada.
El 17 de agosto se reunió el Consejo Nacional de la Resistencia y Rol-Tanguy propuso intensificar la lucha. Los gaullistas apoyaron la propuesta. Ese día la comandancia alemana en París entendió que la decisión de la Resistencia era irreversible y que las posibilidades de enfrentarla eran nulas. Comenzaba lentamente lo que se llamó “la gran huida de los alemanes” (la grande fuite des Fritz).
El 18 de agosto el Partido Comunista Francés declaró la huelga general que tuvo una altísima adhesión y se levantaron barricadas. Durante los días siguientes crecieron los enfrentamientos callejeros contra las tropas de ocupación. La Resistencia tomó la Prefectura de Policía, numerosas comisarías y otros puntos estratégicos. El 20 de agosto, a instancias del embajador de Suecia, se acordó una tregua. La Resistencia aprovechó el interregno para ocupar instalaciones del metro en el centro de la ciudad, formar un órgano que centralizara los actos de gobierno a cargo de Alexandre Parodi y planificar la toma de los ministerios.
El 21 de agosto el Comité Parisino de Liberación de la Resistencia francesa convocó a la movilización general detrás de las fuerzas del FFI y a impedir los movimientos de los enemigos hasta que fueran expulsados de la ciudad. Al mismo tiempo, los generales De Gaulle y Philippe Leclerc presionaban a estadounidenses y británicos para que las tropas aliadas se dirigieran a Paris.
El 22 de agosto fue un día de numerosos enfrentamientos en la ciudad y sus alrededores contra las fuerzas de ocupación. La Resistencia rompió la defensa alemana en el sur de la ciudad. El 23 de agosto Hitler emitió la orden de destruir París si caía la ocupación. Ese mismo día los franceses vencieron las reticencias de sus aliados y lograron que se ordenara la marcha de la 2º División Blindada francesa y de la 4.ª División de Infantería estadounidense hacia la capital francesa.
El 24 de agosto la Resistencia logró irrumpir en el Ayuntamiento de París mientras libraba combates cruentos con los 20.000 alemanes que aún defendían sus posiciones. El desequilibrio de armamento era evidente pero las ansias de liberación suplían esa diferencia. La gente cantaba “La Marsellesa” en las calles, las campanas de las iglesias acompañaban efervescentes y los combates eran irrefrenables.
Los tanques aliados franquearon las defensas alemanas del norte de París y a las 21.22 ingresaron a la ciudad, más precisamente por la Puerta de Italia. Al frente iba la Novena Compañía de Reconocimiento, “La Nueve”, integrada casi completamente por combatientes comunistas, socialistas, anarquistas y republicanos españoles cuyos tanques estaban pintados con nombres que aludían a la Guerra Civil Española: Teruel, Brunete, Guadalajara, Guernica, Santander, Ebro, Madrid. Fueron los primeros libertadores de la ciudad y los que consolidaron la toma del Ayuntamiento.
Estaban comandados por Amado Granell y Rafael Lafuente y respondían militarmente al capitán francés Raymond Dronne. Los enfrentamientos continuaron durante la mañana del 25 de agosto. Se abortó un contrataque alemán con la ayuda de efectivos de la 4º División de Infantería estadounidense y al mediodía se produjo la rendición.
El sevillano Francisco Sánchez y el aragonés Antonio Navarro, junto a sus hombres con uniforme francés, hicieron prisionero al Estado Mayor alemán. El extremeño Antonio Gutiérrez hizo lo propio con el gobernador de la región de París, el general alemán Dietrich von Choltitz, que se negaba a rendirse ante un soldado que no tenía galones de oficial. Fueron llevados a la estación de Montparnasse donde el mando alemán firmó el acta oficial de rendición en horas de la tarde.
No obstante, durante el día se produjeron combates esporádicos con integrantes de las SS que se negaban a aceptar la capitulación y a la noche la Luftwaffe lanzó un último ataque aéreo contra la ciudad, que causó daños graves en un hospital y en un almacén de licores. Finalmente, el Consejo Nacional de la Resistencia se instaló en el Ayuntamiento y comenzó una nueva era.
Salú a los combatientes que liberaron París, que lograron evitar la destrucción total de su ciudad como apetecía Hitler y que se mantuvieron firmes ante la pretensión estadounidense y británica de formar un gobierno provisional que rigiera sus destinos futuros!

Ruben Ruiz
Secretario General 


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