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Efemérides 01 de Diciembre – Ana de Bizancio

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La primera historiadora de Occidente

Un día como hoy pero de 1083 nacía Ana Comneno, princesa, maestra e historiadora que se dedicó al estudio de la filosofía y la teología, que se transformó en el centro del círculo de intelectuales más importantes de la época en Constantinopla y su zona de influencia y se convirtió en la primera historiadora europea al escribir Alexíada, una obra épica que describe la vida de su padre emperador, sus acciones militares y relaciones políticas, narra con minuciosidad la escalada militar en Europa, las estrategias y armamentos, las intrigas y conspiraciones, las luchas de poder y, en definitiva, exhibe la visión bizantina del mundo.
Hija primogénita del emperador Alejo I Comneno y de Irene Ducas, integrante de una poderosa familia bizantina. Su carácter de hija única la convertía en heredera al trono. Como era costumbre en la época, durante su infancia fue prometida en casamiento. El elegido fue Constantino Ducas, hijo de un emperador anterior y once años mayor que Ana. Ante la evidencia de que no existía un heredero varón, Constantino fue nombrado coemperador.
Esos acontecimientos impusieron que Ana fuera instruida como una erudita por su madre, su abuela, María de Bulgaria y su futura suegra, María de Alania. Recibió una sólida educación: matemáticas, astronomía, historia, geografía, retórica, lengua y literatura griega, filosofía, mitología, estrategia militar y medicina. Solo le prohibieron estudiar poesía profana porque la consideraban inapropiada pero ella se las ingenió para aprender con un eunuco del palacio imperial.
En 1087 nació Juan II, hermano de Ana y todas las certezas se trastocaron. Constantino perdió su título (murió a los pocos años) y Ana su posibilidad de ser emperatriz. Hecho que ella nunca asumió y contra el cual luchó. Su madre y su círculo femenino más íntimo fueron sus aliadas.
En 1097, a los catorce años, Ana se casó con Nicéforo Brienio, un respetado militar e historiador bizantino con quien tuvo dos hijos y dos hijas. Conspiró junto a su madre contra su hermano para que no accediera al trono pero el intento fracasó, en parte, por el desinterés mostrado por su esposo. En los años posteriores se hizo cargo del hospital y orfanato que el emperador Alejo I hizo construir en Constantinopla con capacidad para 10.000 personas. Sus conocimientos de medicina le permitieron ejercer la dirección con solvencia y enseñar rudimentos de enfermería.
En 1112 Alejo I comenzó a padecer problemas de salud. Ana se hizo cargo de sus cuidados durante seis años. En 1118 el emperador falleció pero no cambió la decisión respecto a su sucesión. De esa forma Juan II se hizo ungir en el trono en una ceremonia solemne en la basílica de Santa Sofía. Ana no aceptó esa decisión y pergeñó un nuevo complot. También fracasó. Su marido volvió a oponerse. El resultado fue demoledor. Fue obligada a renunciar a sus propiedades y tuvo prohibida la entrada a la capital del imperio. Curiosamente, su marido terminó siendo uno de los consejeros de confianza del nuevo emperador.
En 1137, Nicéforo Brienio, esposo de Ana, falleció. Su situación empeoró notablemente. Fue obligada a exilarse, junto a su madre y se hermana Eudoxia, en el monasterio de mujeres Theotokos Kecharitomene (Madre de dios, llena de gracia). Se terminaba su etapa de intrigante del poder, instigadora política y conspiradora y comenzaba su ciclo de intelectual e historiadora.
No obstante, fue un exilio lábil. No hicieron votos ni vivieron como monjas, hechos habituales en esa época cuando algunas mujeres caían en desgracia. Ana vivió en los apartamentos contiguos al monasterio. Intensificó sus estudios sobre historia y filosofía y, a pedido de su madre, comenzó a escribir sobre el reinado de su padre, a modo de reseña sobre el surgimiento de la dinastía Comneno.
Ordenó la copiosa información que tenía, tomó como base los escritos iniciales que su marido Nicéforo Brienio, había escrito en vida y dio rienda suelta a su pluma, a sus impresiones, a sus vivencias, a su visión pormenorizada de hechos y a sus conclusiones históricas y políticas.
Nació así Alexíada una biografía histórica sobre el ascenso al poder de la dinastía Comneno (gracias a los escritos heredados de su marido), del reinado de su padre, una descripción del contexto y de los cambios producidos entre 1069 y 1118 en Bizancio. La obra está escrita en lengua griega ática, un antiguo dialecto que se hablaba en la región homónimo cuya capital era Atenas, y consta de quince tomos. Su estilo está influenciado por antiguos historiadores como Tucídides y Polibio u oradores como Isócrates y Demóstenes. Esta obra es, aún en la actualidad, una fuente de consulta de los historiadores para entender el mundo bizantino de esa época.
Es el único documento histórico que describe la visión que los griegos-bizantinos tuvieron de la Primera Cruzada, de los intereses poco piadosos de algunos de sus jefes y de la actitud de la iglesia de Roma al respecto. Además, registró detalladamente la conformación de los ejércitos de Occidente, el tipo de armamento y sus tácticas militares y prácticas guerreras.
No es una obra neutral. Nombra como herederos del imperio romano a los bizantinos y, al resto como bárbaros. No denomina a los extranjeros por su origen y así, los normandos son celtas, los habitantes de Roma son latinos (incluido el Papa), los valacos de los Balcanes son dacios, los tracios son búlgaros, los turcos son persas, los pechenegas son escitas e integra el término “babilónico” para evitar hablar del sultán del Cairo.
Es apologética respecto a su padre y su reinado, benévola respecto a los errores y hechos reprochables cometidos por el emperador y despreciativa respecto a Occidente. Tiene talento narrativo para describir a un sinnúmero de personajes, delinear sus aspectos físicos y psicológicos y vincularlos con su carácter moral. Otra arista notable de su obra es la manera de retratar a las mujeres. Destaca sus capacidades, su inteligencia y su igualdad de cualidades respecto a los hombres en una época en que los perfiles las asociaban a la inestabilidad emocional y la desconfianza respecto a su potencial desempeño en el poder.
Es una obra que entremezcla hechos históricos con su propia historia personal. Que tiene lagunas cronológicas y falta de rigurosidad sobre algunos hechos históricos pero una gran precisión dado que sus fuentes son heterogéneas: archivos imperiales, diálogos con ex generales y recuerdos personales. Pero que tiene un notable nivel de detalle respecto a la época, sus personajes, las relaciones político-militares que dominaron ese período y las posibilidades y límites que tenían los actores sociales
Un fresco histórico escrito en el período renacentista de la literatura bizantina y con indisimulable pluma femenina que mixtura valor histórico, retratos precisos, erudición literaria, respeto, rigurosidad, humor o cinismo para describir la actuación de las instituciones y de los cruzados, las costumbres ciudadanas, a enemigos militares, personajes religiosos, herejes, hipócritas.
Letra de la primera historiadora de Occidente que escribió en condiciones difíciles y nos brindó una visión poco conocida sobre una región del mundo que se cuela en nuestros antepasados aunque no lo creamos…
Salú Ana de Bizancio!

Ruben Ruiz
Secretario General 


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