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Efemérides 25 de Mayo

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Efemérides de la Semana de Mayo – Viernes 25 de Mayo – Coraje ante lo desconocido e inicio de un sueño eterno

La mañana era fría y lluviosa. Sin embargo, el clima en la ciudad y en los suburbios estaba caldeado.
“Los infernales”, con French y Beruti a la cabeza se dirigían a la Plaza y arengaban a sus vecinos a imitarlos para acabar con la farsa de los últimos días y lograr la renuncia del virrey y la asunción de una nueva junta que representara la voluntad popular.
Durante la madrugada habían hecho correr para su firma una nota que correspondía a estas exigencias y que, según algunos historiadores, fue presentada en algún momento de esta turbulenta mañana con 400 rúbricas de vecinos de Buenos Aires.
Cisneros sabía que su situación era terminal. Preparó su renuncia pero jugó una última ficha para crear incertidumbre y prolongar la indefinición institucional.
Tal como estaba pactado los jefes militares de la ciudad se presentaron en el Cabildo a las 9 y media de la mañana. Ante la insistencia de algunos cabildantes en que se reprimiera la protesta popular, comunicaron que no tomarían acción alguna contra el pueblo que expresaba su disconformidad con la situación, que sus tropas no responderían a ese mandato solicitado por algunos cabildantes y que no existían condiciones para sostener a la junta electa el día anterior.
Finalmente, la resistencia de Cisneros fue superada y la mentada renuncia apareció. Con su soberbia habitual y su ceguera política argumentó que lo hacía “…prestándose a ello con la mayor generosidad y franqueza, resignado a mostrar el punto a que llegaba su consideración por la tranquilidad pública y precaución de mayores desórdenes”. En la batalla de Trafalgar había perdido parte de su audición. En Buenos Aires había perdido la perspectiva de su mirada.
Soberbia colonial que se derrumbaba irremediablemente.
Las discusiones continuaron y la paciencia en la Plaza llegó al límite. Los manifestantes se dirigieron al Cabildo. Una voz anónima lanzó el grito que quedó estampado en la historiografía nacional: “El pueblo quiere saber de qué se trata”. Las puertas se franquearon con bronca contenida. Fueron anoticiados de la renuncia del virrey. Pero ya no era suficiente. Expusieron con crudeza que el pueblo reasumía su potestad soberana y exigían que se constituyera una nueva Junta de Gobierno para lo que comunicaban a sus postulantes. Que de no darse cumplimiento a las exigencias era probable que la violencia creciera y la situación se desmadrara. Se retiraron a la Plaza para recibir la respuesta.
Se produjo un intervalo tenso. El Síndico procurador, Julián de Leyva, salió al balcón y pispeó una Plaza raleada por la lluvia y el cansancio. En ese instante, se atrevió a torear a algunos manifestantes que habían quedado en el recinto sobre la poca representatividad que veía en el solar público como para afirmar que se adjudicasen la representación del pueblo.
La respuesta de Beruti y algunos “infernales” fue escueta: que se animara a tocar la campana del Cabildo para verificar que la gente se congregaría con apuro y expresaría su voluntad sin cortapisa. Si eso no fuera posible (el badajo de la campana había sido retirado después de la sonada de Álzaga contra el virrey Liniers) ellos mismos la convocarían en breve lapso de tiempo. Hubo otra precisión más contundente: muchos vecinos estaban congregados en la puerta de los cuarteles y muchos soldados dispuestos a hacer cumplir la voluntad popular.
Las cuentas estaban claras. El tiempo se terminaba.
La realidad pudo más que la ilusión de perpetuidad colonial.
Reunidos en sesión plenaria, los cabildantes asumieron que la voluntad expresada en la Plaza era mandatoria y de ejecución urgente. En la sala capitular leyeron el petitorio alcanzado por los manifestantes y procedieron a la elección de la Junta provisional gubernativa de la capital del Río de la Plata (tal como consta en la proclama del día siguiente y que la historia resignificó como Primera Junta). Sus integrantes fueron los aportados por el pueblo en su carácter de soberano: presidente, Cornelio Judas Tadeo de Saavedra; vocales, Juan José Castelli, Licenciado Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Mateu y Juan Larrea; y secretarios, Juan José Passo y Mariano Moreno.
El equilibrio cumplió un papel decisivo en esa instancia compleja. Hubo siete criollos y dos españoles; entre ellos, cuatro abogados, dos militares, dos comerciantes y un sacerdote. Las sensibilidades políticas estaban representadas por tercios: los moderados, los que abogaban por una monarquía independiente regida por la infanta Carlota (hermana de Fernando VII) y los juntistas soberanos.
Juraron lealtad al rey Fernando VII pero no así a al Consejo de Regencia elegido en Cádiz. Una maniobra sutil para anticiparse a los acontecimientos venideros en la península, asegurarse sustentabilidad en el ejercicio del poder y capacidad de maniobra.
La lluvia, que había acompañado buena parte de la jornada fue el telón de fondo del discurso de Saavedra desde el balcón agradeciendo la firmeza demostrada por el pueblo y celebrando la victoria.
La caminata al Fuerte de la nueva Junta de Gobierno fue acompañada por vítores en la Plaza y salvas de artillería. Baltasar Hidalgo de Cisneros y los miembros de la Audiencia pretendieron huir vía Montevideo y unirse a Francisco Javier de Elío, gobernador de Montevideo y futuro virrey nombrado por el Consejo de Regencia. La intentona fue desbaratada con rapidez. Fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés. Primera asonada “contrera” frustrada por la novel Primera Junta.
El 26 de mayo se proclamó en las calles la nueva forma de gobierno y se invitó a las provincias a elegir sus diputados y enviarlos para incorporarse a la Junta. Después vinieron tiempos turbulentos.
Pero el primer paso soberano se había dado con grandeza.
Fue un largo camino que se nutrió de numerosos antecedentes globales.
La declaración de la independencia de Estados Unidos en 1776 que establecía un sistema de gobierno republicano, la rebelión de pueblos originarios y mestizos en el Perú conducidos por Tupac Amaru en 1780, la Revolución Francesa en 1789 y la divulgación de sus principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, la búsqueda de nuevos mercados y productos baratos por parte de Gran Bretaña debido al empuje de la revolución Industrial (y su eterno juego en las sombras cuando se trata de disputar poder), el insostenible monopolio del comercio por parte del reino de España y la invasión francesa que determinó el derrumbe provisional de la corona española y la ilegitimidad del Consejo de Regencia en tierras americanas.
En el plano interno, las exitosas defensas de la ciudad de Buenos Aires contra los invasores ingleses protagonizadas por el pueblo porteño y bonaerense en 1806 y 1807, la indignación provocada por la represión de las rebeliones de Chuquisaca y La Paz contra la arbitrariedad de los españoles (el antecedente más cercano de rebelión americana para animar a otros pueblos a enfrentarse al colonialismo español), la actuación de Manuel Belgrano en el Consulado de Comercio a favor del desarrollo económico autóctono, la diversidad productiva y las ciencias y la cofundación junto a Hipólito Vieytes del Semanario de Agricultura, Industria y Comercio que alertó sobre los peligros futuros que encarnaba dedicarse solo a la producción ganadera en perjuicio de la agricultura y la industria, el crítico informe titulado “La representación de los hacendados”, redactado por Mariano Moreno que develó las consecuencias inconvenientes del monopolio comercial español.
El 25 de Mayo de 1810 se plantó un mojón que permitió un grado novedoso de autonomía e inició un camino escabroso hacia la independencia. Un largo proceso de toma de conciencia, elaboración de un nuevo ideario, organización política y proclamación de la soberanía popular y territorial que seguimos disputando con avances y retrocesos pero con la convicción de que necesitamos una Patria soberana donde entremos todos/as y en donde la justa distribución de la riqueza, la justicia y la igualdad social sean principios innegociables.
Salú pueblo rebelde!! Más vigente que nunca levantemos nuestra consigna: Patria sí, colonia no!!!

Ruben Ruiz
Secretario General 


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