El cuestionamiento a la transparencia de los datos económicos comienza a tener fundamento técnico y a darnos la razón a quienes dudamos de los números del Indec porque no condicen con lo que experimentan nuestros bolsillos.
Por otro lado, se subió en forma insuficiente el piso mínimo del injusto impuesto al salario por lo que mayor cantidad de trabajadores/as comenzarán a pagarlo a partir del mes próximo.
En cambio, la política que beneficia a una minoría y perjudica a la mayoría está cada vez más clara y el impacto de la ley Bases sobre las relaciones laborales pega con fuerza en el aumento de la precariedad laboral y los despidos masivos y la eliminación de derechos que equilibran la disputa desigual en el mundo del trabajo.
En ese orden, el grado de violencia institucional del gobierno para discriminar y amenazar a quienes no piensen como ellos es muy grave. Los trabajadores/as que luchamos por recuperar la democracia lo sabemos.
Así se empieza y termina siempre mal. Los ejemplos de nuestra historia lo atestiguan con claridad meridiana.
En primer lugar, el cambio de metodología efectuado por el Indec para medir la inflación no refleja la realidad al subestimar el impacto de los servicios públicos y el peso de los gastos más comunes en la canasta total. Ya no lo pueden ocultar a pesar de los malabares comunicacionales y estadísticos.
La inflación es menor que la del año pasado pero mayor a la asumida oficialmente por el gobierno.
En febrero comienzan las audiencias públicas para realizar un nuevo aumento de tarifas (gas y luz), los aumentos de Aysa no aflojan (aunque no parezca), los peajes se incrementaron significativamente durante estos días, las expensas experimentaron un aumento muy importante y los impuestos nacionales, provinciales y municipales suben y se multiplican como efecto de la disputa entre el gobierno nacional y los gobernadores y entre éstos y los intendentes.
Además, habrá una baja temporal de retenciones para los exportadores de soja, trigo, cebada, maíz, sorgo y el girasol y una rebaja del 50% de los impuestos internos a los automóviles de alta gama. Con los sectores que aprietan, guantes de seda. Con los trabajadores/as mano de hierro, incluida la amenaza de exigir aumento cero en las paritarias de este año.
La defensa de nuestros salarios, la equidad impositiva y la lucha contra la precariedad laboral y los despidos será una condición integral para recuperar la confianza colectiva y encontrar un camino de reparación ante los embates recibidos. Menor inflación con mayor desigualdad e imperio del miedo no es el camino. Los trabajadores/as (registrados, no registrados, precarizados y jubilados) somos mayoría. Unidad y coraje colectivo para vivir mejor.
COMISIÓN DIRECTIVA APJ GAS