img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
home2
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_18
img_home_13
img_home_13
img_home_12
img_home_11
img_home_7
previous arrow
next arrow
Shadow

Efemérides 03 de Mayo

Compartir

Alejandro Korn

Un día como hoy pero de 1860 nacía Alejandro Korn, médico psiquiatra, filósofo, maestro y político argentino considerado el iniciador del pensamiento filosófico en Argentina. Fue el primer decano universitario electo por el voto estudiantil y uno de los “cinco sabios” de la ciudad de La Plata junto a Florentino Ameghino, Juan Vucetich, Almafuerte y Carlos Spegazzini.
Nació en San Vicente, Hijo de Carlos Adolfo Korn, militar alemán que se negó a participar de la represión de una huelga de trabajadores textiles durante las rebeliones de 1848, fue condenado a muerte y huyó a Suiza. Allí se recibió de médico y se casó con María Verena Meyer con quien emigró a la República Argentina.
Alejandro Korn fue el primero de ocho hermanos, cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata y universitarios en la Facultad de Medicina de la UBA donde se recibió en 1893 con una tesis que tituló “Locura y crimen”. Costeó sus estudios superiores con traducciones de obras y biografías del alemán.
Trabajó como médico rural en Navarro y Ranchos, localidades de la provincia de Buenos Aires donde conoció a María Cristina Villafañe. Se casaron y tuvieron siete hijos pero solo cuatro de ellos sobrevivieron. En esa época se mudó a Tolosa, aledaña a La Plata, y en 1888 fue designado como médico de la policía.
Fue un deportista activo y se destacó en la práctica de la esgrima. En 1891 fue elegido presidente del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata, cargo que desempeñó hasta 1894 y su principal obra fue lograr la habilitación de la manzana ubicada en las calles 1 y 47 para construir el primer campo de deportes del club que presidía.
Formó parte de la Unión Cívica Radical y participó de la Revolución de 1893 contra el gobierno conservador. En la provincia de Buenos Aires hubo rebeliones en 82 ciudades y su centro de operaciones se encontraba en Temperley. Korn fue nombrado intendente de La Plata por la Junta Revolucionaria, cargo que ocupó por poco tiempo hasta la derrota de la insurrección.
En 1894 fue electo diputado provincial pero renunció a su cargo en 1897 como protesta a una serie de actos de corrupción que se descubrieron en el Banco Hipotecario y en los que habían participado radicales conocidos por él.
Ese mismo año fue nombrado director del Hospital Provincial de Melchor Romero, primera colonia-hospital en Argentina que se especializó en el tratamiento de enfermedades mentales (asentada en 80 hectáreas que él amplió a 180) donde realizó una prodigiosa tarea hasta su renuncia en 1916 para dedicarse a la filosofía.
En 1906 comenzó su carrera docente como profesor suplente de Historia de la Filosofía. En 1909 fue designado profesor titular de esa cátedra e ingresó a la Facultad de La Plata como titular de la cátedra de Anatomía. Un años más tarde, fue titular de las cátedras de Gnoseología y Metafísica en ambas universidades. En 1910 cofundó la Sociedad Médica de La Plata que presidió durante varios años.
En 1912 fue elegido consejero de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, cargo que desempeñó hasta 1918. Su contacto con diferentes corrientes de pensamiento estudiantiles lo dotó de familiaridad con las nuevas expresiones y con el devenir de los acontecimientos que derivaron en la Reforma Universitaria. Fue uno de sus referentes. El centro de operaciones fue su casona en la ciudad de La Plata. Su lugar de batalla cotidiana fue la facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
El reformismo universitario se abrió paso. En 1918 Alejandro Korn fue electo como decano de la Facultad de Filosofía y Letras (por el voto mayoritario de los profesores y estudiantes) y ejerció el cargo hasta 1921, consejero superior de la Universidad Nacional de La Plata en el período 1921-1922 y, a partir de ese año, consejero superior de la UBA. No fueron gestiones neutras. Impulsó la renovación de sus profesorados, la creación de nuevas cátedras, la modificación de planes de estudios y la revitalización de las bibliotecas universitarias con la incorporación masiva de nuevas obras académicas y literarias.
No obstante, su pasión fue la filosofía. Formado en la tradición de la cultura alemana (Schopenhauer, Kant, Dilthey, Goethe) interconectó con otros autores como Spinoza, Bergson, Pascal, San Agustín. Se fue aquerenciando en la necesidad de mixtura entre filosofía genuina, maestría literaria y apego a la realidad circundante para darle importancia vital a esta ciencia que se define como amor a la sabiduría.
Su defensa por la libertad la entendía como una unión inseparable entre libertad económica y ética. Su credo fue el idealismo pero no fue dogmático. Reconocía a la intuición como fuente de conocimiento pero siempre unida al concepto y, también, la importancia del mundo de la ciencia y de las diversas valoraciones humanas (biológicas, sociales, religiosas, éticas, estéticas) como origen de conceptos básicos como utilidad e inutilidad, cierto o falso, lícito o ilícito.
En 1920 publicó La libertad creadora, una obra en la que asume al sujeto como un portador de dinamismo y actividad ante las cosas. Propone una polémica entre los conceptos de “realidad” y “actualidad” y sube al ring a la antinomia entre mundo objetivo y subjetivo. En 1925 editó Nuevas bases, un texto breve en el que interpelaba el ciclo histórico argentino inaugurado con los principios alberdianos y proponía una refundación basada en la justicia social y la cultura nacional frente al liberalismo y el concepto de civilización europeizante.
En 1930 irrumpió con Axiología que asumía a la filosofía como la teoría de los valores humanos y realizó un análisis exhaustivo de los valores tal y como se presentan en la vida real. Por ejemplo, el económico, que diseccionó bajo la dualidad “útil-nocivo”, definió su finalidad ideal como “bienestar”, su mecanismo de concreción como “técnica” (hoy podríamos llamarlo tecnología) y promovió su concepto valorativo como “utilidad”. En todos los casos, valora como superior la decisión personal, autónoma. Se adelantaba al concepto de nuevas subjetividades.
Korn tensionaba los principios de optimismo y pesimismo que nos acompañan más de lo que querríamos y los relacionaba con la existencia de la rebeldía humana. “…Ante la vida o nos resignamos o nos rebelamos, la rehuimos o la afrontamos, nos refugiamos en el claustro o descendemos resueltos a la arena. De ahí dos tipos humanos opuestos”, escribía con claridad.
En 1931 retomó su actividad política pública y se afilió al Partido Socialista. Dio valoradas conferencias sobre «Jean Jaurès», «Hegel y Marx”, el «Antimarx». En 1934 fue electo convencional constituyente para reformar la Constitución de la provincia de Buenos Aires pero renunció in limine a causa de los actos fraudulentos que había cometido el gobierno de turno.
En octubre de 1936 sus cavilaciones, análisis y conceptos dieron paso al reposo platense.
Salú Alejandro Korn! Un personaje poco conocido que percibió elementos propios de nuestra identidad y propuso algunas formulaciones que luego fueron rescatadas en la construcción sinuosa y contradictoria de nuestra historia contemporánea.

Ruben Ruiz
Secretario General 


Compartir
Volver arriba