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Efemérides 03 de Noviembre

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Selección de Básquet Campeona del Mundo en 1950

Un día como hoy pero de 1950 la selección argentina de básquet se consagró Campeona del Mundo con un triunfo aplastante ante EE UU por 64 a 50 y con un punto más que su derrotada en la tabla general de la ronda final.
Fue el Primer Campeonato del Mundo organizado por la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) y se disputó centralmente en el Luna Park entre el 22 de octubre y el 3 de noviembre, aunque también se disputaron partidos en Rosario, La Plata y en el Club Atlético River Plate. Participaron las tres mejores selecciones de los Juegos Olímpicos de Londres 1948: EE UU, Francia y Brasil; las dos mejores del Sudamericano de 1949: Uruguay y Chile; el campeón europeo de 1949, Egipto; los dos mejores clasificados del Torneo de Clasificación Europeo de 1950: Italia y España, una selección invitada por el Comité Organizador, Ecuador y el país organizador, Argentina. Italia resignó su participación por problemas económicos y fue reemplazada por la selección de Yugoslavia.
El campeonato tuvo un formato particular con dos zonas preliminares, repechaje, ronda de clasificación y ronda final. Los perdedores de los primeros partidos tuvieron la posibilidad de enfrentarse entre sí para incorporarse en la grilla y los ganadores disputaron la ronda final.
El básquet era un deporte muy popular en la Argentina. Tuvo un desarrollo importante en la ciudad de Bahía Blanca pero también en CABA, Córdoba, Rosario Mendoza, Santiago del Estero, Tucumán, Salta Jujuy, La Rioja, Neuquén, San Juan, Entre Ríos, Chaco, Pergamino, San Nicolás, Junín, La Plata y el gran Buenos Aires.
Equipos míticos en varias provincias argentinas como Estudiantes, Pacífico o Sportivo Bahiense de Bahía Blanca, Club Ciclista y Recreativo Altense de Punta Alta, Velocidad y Resistencia, Los Cóndores o Atenas de Córdoba capital, Estudiantes de La Plata, Gimnasia y Esgrima, Regatas o Unión de Santa Fe, Newell’s Old Boys de Rosario, Firmat Foot Ball Club, Inti o Estudiantes Unidos de Santiago del Estero, 9 de Julio o Ciclista de Junín, Regatas de Pergamino.
O en Ciudad y Gran Buenos Aires como YMCA, Sporting Social Club (fundado en el buzón de la esquina de Dorrego y Guevara de la ciudad de Buenos Aires), Hindú, Club Ñaró, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque, Palermo, El Tala, Estrella de Parque Avellaneda, San Lorenzo, Platense, Racing, Independiente, River, GEBA, Estudiantil Porteño.
Ese fue el piso popular en que se cimentó el básquet argentino para llegar con posibilidades al Mundial de 1950. Su historia olía a pueblo a lo largo y ancho del nuestro país. Llegó el primer partido y Argentina venció a Francia 56 a 40. En la ronda final aplastó a Brasil (40-35), a Chile (62-41), nuevamente a Francia (66-41), a Egipto (68-33) y llegó la noche esperada contra EE UU.
El equipo estadounidense estaba formado por los integrantes del Denver Chevrolets, subcampeón de la liga industrial de EE UU, reforzados con tres jugadores del campeón norteamericano. Eran más altos que los jugadores argentinos y tenían una capacidad de reacción mayor y la velocidad que ya caracterizaba esta competencia en el país del norte.
La selección argentina montó su centro de operaciones en el Club Atlético River Plate. Los jugadores entrenaban 6 horas diarias. Su técnico, Jorge Hugo Canavesi, armó un equipo de dirección con Casimiro González Trilla de asistente, Jorge Boreau de preparador físico, Carlos María Bouret, de jefe del cuerpo médico; 1 médico clínico, Valentín Martínez Mosquera, 1 ortopedista, Gregorio Beltrán, 4 kinesiólogos (Ernesto Holfeltz, Carlos Cufré, Lorenzo Morandi y Luis Morbelli) y 1 laboratorista, Víctor Pensa. Toda una novedad para el deporte argentino.
Y diseñó una estrategia basada en la enseñanza de diversas tácticas para aminorar las diferencias con el equipo más poderoso del torneo a quien, seguramente, habría que enfrentar en alguna fase y que ya conocían por haber perdido solo por dos tantos en los Juegos Olímpicos de Londres de 1948. Defensa hombre a hombre, ofensiva contra marca en zona, toma del rebote en dos tiempos, tiro en suspensión y quiebre de muñeca eran las novedosas tácticas que aprendieron y asimilaron como veteranos.
El plantel esta formado por los siguientes jugadores:
Oscar Furlong (Gimnasia y Esgrima Villa del Parque) Alberto Lozano (Newell’s Old Boys)
Ricardo “Negro” González (Sportivo Palermo) Pedro Bustos (Atenas Córdoba)
Raúl Menini (Obras Sanitarias) Vito Liva (River Plate)
Roberto Viau (Gimnasia y Esgrima Villa del Parque) Raúl Perez Varela (Racing Club)
Juan Carlos Uder (Sportivo Barracas) Alberto López (River Plate)
Leopoldo Contarbio (Racing Club) Omar Monza (Gimnasia y Esgrima V Parque)
Hugo Del Vecchio (Rosario Central) Ignacio Poletti (Racing Club)
Jorge Nuré (Gimnasia y Esgrima Villa del Parque) José Ventura (Gimnasia y Esgrima V Parque)
Noche mágica del 3 de noviembre. Luna Park de bote a bote. 20.000 almas y una sola bandera. No había separación entre la cancha y las tribunas. Los espectadores se enciman con el borde de la cancha y se acomodan debajo de los tableros. Arranca el partido con una selección argentina tímida y nerviosa por la responsabilidad ante su gente. Se acomoda y empareja. Funciona el hombre a hombre y el rebote en dos tiempos. No yerran tiros libres. Termina el primer tiempo 34 a 24 favorable a la Selección Argentina.
Segundo tiempo veloz con reacción norteamericana. Los “johnnies” se acercan en el marcador. Y Canevari hace su jugada magistral. Ingresa Del Vecchio al rectángulo. Cambia el partido. Del Vecchio está demoledor y convierte 14 tantos en ese corto lapso de tiempo. Furlong acierta más seguido y llega a los 20 puntos. González se enciende y deja atrás su noche opaca. Menini y Uder muestan bravura en la defensa. Contarbio contagia despliegue físico. Viau sorprende con su dominio de pelota. Los norteamericanos se ponen nerviosos y se llenan de faltas. Deben cambiar 7 jugadores por llegar a las 5 cinco faltas y faltando 90 segundos se quedan con 4 basquetbolistas.
El Luna Park rugía. Volaban los sombreros. Las mujeres saludaban con sus pañuelos. Aplausos ensordecedores. Final 64 a 50, invasión de cancha y los jugadores en andas. El equipo salió del estadio en un colectivo; subió por Avenida Corrientes (en esa época era mano hacia el Obelisco); era tardísimo y la gente que salía de los teatros y restaurantes homenajeó a los jugadores prendiendo las hojas de los diarios a su paso y armando la Noche de las Antorchas. Emocionante e inolvidable.
Fue el antecedente de la Generación Dorada que nos daría el subcampeonato del mundo en 2002 y 2019, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, la medalla de bronce en los Juegos de Beijing 2008 y el Campeonato Panamericano en 2019. Todo bajo la sombra del esencial León Najnudel que con su perseverancia y lucidez logró organizar la Liga Nacional de Basquetbol.
En el medio de todos estos logros deportivos, la brutalidad militar. La dictadura instaurada en el ’55 suspendió de por vida a los campeones del mundo y otros basquetbolistas (35 en total) solo por adherir al peronismo y acusándolos injustamente de recibir dinero y, por lo tanto, ser profesionales cuando este deporte era amateur. La historia se encargo de desmentir tales falacias, pero perdimos una hermosa generación de jugadores y de nobles personas.
Síntesis excelsa de 30 años de basquetbol, conjunción precisa de talentos argentos, mezcla de esfuerzo físico y arte en el rectángulo. Eso fue la selección campeona del mundo por única vez.
Salú muchachos!!! Por su nobleza, por su sapiencia para darse cuenta de que ese era el momento, por transpirar con la celeste y blanca para llevarla al podio, por la gloria y devoto sin ninguna razón.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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