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Efemérides 09 de Agosto – Mary G. Ross

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Matemática aplicada, ingeniería espacial y herencia de pueblo originario

Un día como hoy pero de 1908 nacía Mary Golda Ross, matemática, primera ingeniera indígena norteamericana (pertenecía a la nación Cherokee) y científica espacial que participó del diseño de conceptos para viajes espaciales interplanetarios, vuelos tripulados y no tripulados alrededor de la Tierra y de estudios preliminares de satélites en órbita.
Nació en Park Hill, estado Oklahoma, centro de la cultura Cherokee luego que el gobierno federal obligó a esa nación a emigrar al oeste por el Sendero de las Lágrimas. Su bisabuelo fue el jefe John Ross y sus padres fueron William Wallace y Mary Henrietta Moore Ross. Aprendió a leer escuchando cómo su padre le enseñaba a su hermana mayor. Desde pequeña quedó prendada con las matemáticas. Le parecían divertidas.
La comunidad cherokee apreciaba la educación y consideraba que los niños y niñas debían tener las mismas oportunidades de aprender. Mary se destacaba por su rapidez de aprendizaje y terminó los estudios primarios un año antes de lo previsto. A los 16 años fue enviada a vivir con sus abuelos en la capital de la nación Cherokee, la ciudad de Tahlequah.
Ingresó al Colegio Estatal de Maestros del Noreste. Caminaba seis kilómetros para llegar. Era la única mujer. Los varones no comulgaban con la atípica situación. Se sentaban de un lado del aula y Mary se apropicuaba solitaria en el otro extremo. Fueron años duros que supo manejar con dolor, paciencia y, muchas veces, mayor capacidad de aprendizaje que sus ocasionales compañeros.
En 1928 se graduó en Matemáticas y Herencia Cultural Cherokee. Trabajó como maestra de Matemáticas y Ciencias en varias escuelas rurales de Oklahoma. Era la época de la gran Depresión y el dinero no alcanzaba. Postuló para un puesto en la administración federal y ganó su concurso. Ingresó en la sección Estadísticas de la Oficina de Asuntos Indígenas en Washingon, D.C. Su economía mejoró y decidió ir por la maestría en Matemáticas. Realizó los cursos de verano en el Colegio Estatal de Maestros de Colorado donde se graduó en 1938. Allí también tomo sus primeras clases de astronomía.
En 1937 había sido reasignada como asesora residente en el internado indoamericano de la ciudad de Santa Fe, estado de Nuevo México, pero su persistencia por mejorar sus ingresos y alcanzar nuevos conocimientos la impulsaron a mudarse a California en 1941. Un año después se postuló para ingresar en la empresa Lokcheed Martin, fabricante de aviones militares. Ingresó como matemática en el equipo de diseño del modelo P-38 Lightning, avión que podía volar 1500 kilómetros sin reponer combustible y alcanzar una velocidad de 600 km/h pero tenía problemas con los efectos de la presión al alcanzar su máxima velocidad y con su aeroelasticidad.
Las herramientas de última generación que usaba el equipo de Mary eran una regla de cálculo y una calculadora mecánica Friden. Solucionaron los problemas y el avión se convirtió en uno de los elementos claves de la derrota nazi en el frente occidental. El gerente de Aerodinámica de Lockheed quedó impactado por el trabajo de Mary y le preguntó si quería convertirse en ingeniera. Ella respondió afirmativamente y comenzó otra historia. Tomó cursos de capacitación acelerada en ingeniería aeronáutica y trabajó como aprendiz de ingeniera durante los años que duró la guerra.
Finalizada la contienda mundial ingresó en la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) donde estudió ingeniería moderna, aeronáutica y mecánica celeste y de misiles y logró la certificación de Ingeniera Profesional en 1949. Tres años más tarde se incorporó al ultrasecreto Programa de Desarrollo Avanzado de Lockheed, apodado Skunk Works, que fue instalado en una carpa de circo frente a una fábrica de plásticos abandonada. Estaba formado por 40 científicos. Mary era la única mujer e indígena norteamericana.
Inicialmente se trabajó en el diseño sistemas de misiles y satélites y vuelos con o sin tripulación en la órbita terrestre para el ejército. Más tarde, en esquemas de vuelos de reconocimiento a Marte y Venus. Investigaron la viabilidad y rendimiento de misiles balísticos y estudiaron la distribución de la presión ejercida por olas del océano sobre elementos lanzados desde submarinos. Pero se desató la competencia por la supremacía en la carrera espacial con los soviéticos y eso direccionó los estudios hacia otros horizontes. En 1961 Yuri Gagarin había sido el primer astronauta en completar una órbita terrestre. Al año siguiente, la NASA replicó la hazaña con una nave al mando de John Glenn.
Los desafíos en la atmósfera terrestre eran enormes y, además, los viajes interplanetarios aparecieron como una posibilidad tangible. Pero existía un problema inicial. Un cohete debía cargar su propio oxígeno para quemar combustible y a la vez, debía ser lo suficientemente liviano para elevarse. Entonces se diseñaron los cohetes en etapas. Los inferiores transportaban y quemaban combustible y luego del lanzamiento eran descartados. Los superiores usaban combustible propio, sus propulsores y controles de navegación para orbitar. Mary trabajó en el diseño de los segundos, llamados Agena (que funcionó como un antecedente del programa Apolo). Tras cartón, la NASA se embarcó en el proceso de acoplamientos de naves espaciales en la atmósfera.
Nacía el proyecto Gemini. Allí estaba Mary con sus cálculos en su rol de ingeniera de sistemas avanzados y en sistemas de ingeniería para vuelos espaciales tripulados. Calculó las órbitas de transferencia del cohete Agena a medida que salía de la atmósfera terrestre y mapeó su ubicación para que los astronautas pudieran encontrarlo en un potencial acople.
Finalmente el Gemini XI tuvo éxito. Los astronautas encontraron al Agena en su primera órbita y pudieron acoplarlo sin problemas. Reiniciaron los motores del cohete, alcanzaron una altura orbital récord y regresaron a la órbita inicial. Era la culminación de múltiples fracasos. Durante el Gemini V el motor del Agena explotó antes de alcanzar su órbita. Durante el Gemini VIII el acople fue exitoso pero la nave ensamblada comenzó a girar descontrolada y hubo que desacoplarla y retornar. Durante la Gemini X hubo un error de cálculo y el acople se produjo en la cuarta órbita, con lo cual debieron acortar la misión para asegurarse que no faltara combustible para el regreso.
El Gemini XI fue la vencida. La posibilidad de alunizar ya no era solo una teoría.
Otra de las funciones cumplidas por Mary fue ser coautora del tercer volumen del Manual de Vuelo Planetario sobre viajes espaciales a Marte y Venus. Se jubiló en 1973 y comenzó una nueva travesía: difundir las ciencias duras y alentar a las jóvenes de los pueblos originarios estadounidenses a estudiar ingeniería y matemáticas. Hacía un tiempo que integraba la Sociedad de Mujeres Ingenieras y se incorporó a la Sociedad Indoamericana de Ingeniería y Ciencias (AISES) y al Consejo de Tribus de Recursos Energéticos.
En 1992 cofundó la seccional Los Ángeles de la Sociedad de Mujeres Ingenieras donde establecieron una beca en su honor y el mismo año fue incluida en el Salón de la fama del Consejo de Ingeniería de Silicon Valley. En 2004 participó de la ceremonia de apertura del Museo del Indio Americano con un vestido tradicional cherockee verde calicó. Allí se instaló un cuadro que es una alegoría a la trayectoria de Mary representada en un cohete Agena junto a una estrella de siete puntas. El número siete es central en la cultura ancestral cherokee ya que simboliza la constelación de las Siete Hermanas, los siete clanes de la Nación Cherokee y las siete direcciones de su cosmología.
El 29 de abril de 2008 su corazón se frenó, Mary se llevó un mundo de investigación y empirismo, donó 400.000 al Museo y dejó una frase para colgar en la pieza de cualquier joven curioso: “Para funcionar eficientemente en el mundo actual, necesitas matemáticas. El mundo es tan técnico, que si planeas trabajar en él, una base de matemáticas te permitirá ir más lejos y más rápido”.
Un buen consejo de alguien que supo moverse en un mundo adverso y conquistar su lugar.
Salú Mary Ross!!

Ruben Ruiz
Secretario General 


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