Primera ingeniera en el centro de control de la NASA y feminista multifacética
Un día como hoy pero en 1943 nació Frances Marian «Poppy» Northcutt, primera mujer ingeniera en trabajar en el Centro de Control de misión de la NASA durante el Apolo 8. Oriunda del estado de Luisiana, se mudó y creció en Texas. Cuando terminó el secundario sabía qué no quería ser: ni secretaria ni enfermera ni maestra ni esposa.
Decidió estudiar Matemáticas en la Universidad de Texas. Tenía dos razones: mucha facilidad para el manejo de los números y las fórmulas, y que era un trabajo mayoritariamente ocupado por hombres cuyos salarios eran mucho mejores.
Luego de graduarse ingresó en la empresa TRW Systems, contratista aeroespacial de la NASA, donde trabajó como computress o “computadora humana”, como se conocía a las mujeres que hacían monótonos cálculos matemáticos y a quienes se les pagaba hasta 54 horas semanales, aunque trabajaran entre 60 y 70 horas.
Tras quince tediosos meses fue contratada por la NASA como ingeniera asalariada, fue la única mujer en el equipo. Al principio, existió mucha presión, pero luego trabajó sin temores rodeada de ingenieros varones quienes también hicieron un “lento entrenamiento” en igualdad de trato.
La tarea del equipo era calcular los ángulos a los que se debían encender los propulsores de la Apolo 8 (tripulada) y el lapso necesario para que la nave estuviese en la trayectoria correcta para regresar a la Tierra, lo que se llamó el corredor de reentrada. Si la nave espacial salía de ese corredor, podía quemarse. Allí tuvo una actuación destacada al descubrir aspectos clave en la identificación de errores del plan original elaborado en la NASA.
La Apolo 8 fue la primera nave espacial tripulada que traspasó la órbita terrestre, alcanzó y orbitó la luna y regresó a la Tierra. ‘Poppy’ Northcutt tuvo bastante que ver con el éxito de la expedición. Participó en las siguientes misiones Apolo como especialista de cálculo de las trayectorias para la vuelta a Tierra de las sucesivas tripulaciones, pero fue un miembro fundamental en la misión Apolo 13. En esa ocasión, el alunizaje fue abortado por la explosión del taque de oxígeno que inhabilitó el módulo de servicio del cual dependía el módulo de mando.
Ese día Northcutt estaba franco, se enteró del incidente y volvió al Centro de Operaciones. Comenzó a trabajar junto al resto de los ingenieros sobre el diseño del programa que habían realizado para un eventual aborto de la misión, lograron que respondieran correctamente los sistemas de respaldo y seguridad y que los astronautas regresaran sanos y salvos a la Tierra. Otra vez, descolló.
Tuvo una relación tensa con la prensa que ninguneaba su trabajo profesional y la presentaba como «la rubia en el control de la misión» o «la rosa de Texas de la NASA». Su incomodidad era cada vez mayor y, lentamente, se incorporó al Movimiento Nacional de Mujeres, donde contribuyó a organizar manifestaciones, huelgas y ayudó en la elaboración del discurso feminista de la época.
En 1974, se convirtió en la primera Defensora de la Mujer de Houston, a instancias del alcalde. Desde ese cargo, logró que se aprobaran una cantidad de leyes que mejoraron la situación de las mujeres: que el Departamento de Policía y el Departamento de Bomberos aceptaran la incorporación de mujeres y eliminaran los requisitos de altura, que se trabajara sobre la igualdad salarial de toda la nómina municipal de Houston, que aumentara el número de mujeres en las juntas y comisiones estatales, que se prohibiera a los hospitales acusar a las mujeres que venían a hacerse los análisis de violación, que se llegara a la paridad de baños de mujeres y hombres en toda la ciudad, licencias para el cuidado infantil y beneficios para mujeres embarazadas.
En 1981 se recibió de Licenciada en Derecho en la Universidad de Houston mientras continuaba trabajando como ingeniera, pero esta vez, monitoreando las computadoras que controlaban los sistemas de energía en otros países. Se entusiasmó con su nueva profesión de abogada y trabajó en primera instancia con el fiscal de distrito en el condado de Harris, después como secretaria de un juez de apelación federal en Alabama y luego como abogada en forma privada. En 1984, se graduó como Doctora en Leyes en la Universidad de Houston, comenzó a ejercer como abogada en defensa criminal y continuó -con especial dedicación- en la defensa y promoción de los derechos civiles.
Rigurosa, incansable, defensora eficaz de los derechos de la mujer, sensible y pionera todoterreno.
Salú “Poppy”!! Por tu entereza y tu capacidad de abrir caminos que eran inaccesibles para millones.
Ruben Ruiz
Secretario General