Mamá África
Un día como hoy pero de 2008 se despedía Zenzile Miriam Makeba, cantante sudafricana, luchadora por los derechos civiles y símbolo mundial de la lucha contra el racismo y el apartheid que soportó la condición de apátrida y exilada durante más de tres décadas por su posición pública y consecuente contra la segregación racial y la desigualdad. Fue la primera mujer sudafricana en ganar un premio Grammy que compartió con Harry Belafonte.
Nació en 1932 en Sophiatown, un suburbio de Johannesburgo. Hija de un sangoma (chamán) de tribu xhosa y de una empleada de casas particulares y sanadora espiritual. Su vida comenzó complicada. Su madre fue presa por vender cerveza casera en tiempo de dificultades económicas e ingresó al penal con su hija de solo 18 días. Tiempo después, falleció su padre.
Vivió su infancia en Pretoria (hoy Tshwane), capital del país. En esa época, se instaló el apartheid, sistema racista impuesto por el gobierno de raza blanca en Sudáfrica. En 1949 se casó con el policía James Kubay, de quien se separó dos años después y con quien tuvo a su única hija, Bongi.
Comenzó a cantar en coros escolares protestantes de su barrio nativo que era un dinámico centro multicultural hasta que los negros/as fueron obligados a trasladarse por imposición de la Ley de áreas de grupos. A principios de la década del ’50 se integró como cantante en el grupo “Manhattan Brothers”, mezcla de ragtime, swing, doo-wop con ritmos y arreglos corales africanos y zulúes.
En 1956 creó el grupo “The Skylarks”, integrado solo por mujeres. Una mezcla perfeccionada de gospel, jazz y pop con estilos tribales sudafricanos, como el nbube (estilo armónico creado por mineros zulúes). En poco tiempo fueron el grupo de música negra más famoso de su país. No obstante, su vida familiar y su salud empeoraron. La violencia familiar hizo su aparición y el diagnóstico de un cáncer de mama la arrinconaron. Se separó y enfrentó la enfermedad con firmeza de carácter. Salió victoriosa.
Su activismo en favor de la igualdad racial también le trajo problemas en un país dominado por el apartheid. En 1959, fue protagonista de la película “Come back, Africa”, una denuncia punzante contra la discriminación racial que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Venecia. El gobierno sudafricano le revocó su pasaporte e impidió que regresara a su tierra para ser parte del funeral de su madre. Comenzaba un exilio forzado que duraría 31 años.
Cantó en Londres y viajó a EE UU. Allí recibió la ayuda del cantante y activista social Harry Belafonte que la incorporó a sus espectáculos y le abrió la puerta del mundo artístico yanqui. Su denuncia pública contra la política de discriminación racial que pronunció ante la Asamblea General de la ONU enfureció al gobierno sudafricano que prohibió la distribución de sus discos.
“…Todo el mundo reconoce ahora que el apartheid estaba mal, y lo único que he hecho es decirle a la gente que quiere saber de dónde vengo, cómo vivimos en Sudáfrica. Acabo de decirle al mundo la verdad. Y si mi verdad se convierte en política, no puedo hacer nada al respecto”, comunicó con claridad y simpleza ante la gobernanza mundial.
En 1964 se casó con Hugh Ramopolo Masekela, cantante, trompetista, cornetista y activista sudafricano que vivía en EE UU desde 1961. El matrimonio sobrevivió solo dos años. Mientras tanto, su sociedad artística con Belafonte fructificó y alcanzó su pico con “An evening with Belafonte/Makeba” que recibió numerosos reconocimientos.
En 1967 grabó su canción más popular: “Pata Pata”, un tema en idioma xhosa que remitía al nombre de un estilo de baile que se popularizó en los bares ilegales de Sophiatown a mediados de la década del ’50. Fue su afirmación como cantante global y su aporte a la “world music” a la que integró los ritmos y cantos de su tierra natal. Algunos/as recordarán su letra y ritmo:
Saguquka sathi bheka (nants’ ipata pata)
Saguquka sathi bheka (nants’ ipata pata)
Saguquka sathi bheka (nants’ ipata pata)
Saguquka sathi bheka (nants’ ipata pata)…
Ha, Yiyo mama, yiyo mama (nants’ ipata pata)
Yiyo mama, yiyo mama (nants’ ipata pata)
Ha, yiyo mama, yiyo mama (nants’ ipata pata)
Yiyo mama, yiyo mama (nants’ ipata pata)…
En 1969 se casó se casó con el activista trinitense Stokely Carmichael, uno de los líderes de los “Panteras Negras”. Su postura se radicalizó y sus temas también. El gobierno estadounidense endureció su control sobre Miriam Makeba, obligó a RCA a rescindir su contrato y canceló sus conciertos. Ante esa realidad angustiante decidió trasladarse a Guinea-Conakry donde vivió diez años. En 1975 trabajó como delegada de ese país ante las Naciones Unidas.
Su producción discográfica no se detuvo aunque tuvo menor influencia: Malaisha (1966), Miriam Makeba Live in Africa (1967), The Word of Miriam Makeba (1968), A Promise, 1974), Contry girl (1975). Posteriormente, mantuvo un largo silencio de producción musical y acrecentó su participación en eventos contra la desigualdad y la discriminación racial. Cantó en Nairobi con motivo de la independencia de Kenya, en Luanda por la independencia de Angola, en Addis Abeba con motivo de la inauguración de la Organización de la Unión Africana en Addis Abeba y en Mozambique presidida por Samora Machel.
En 1988 el gobierno sudafricano levantó la prohibición que mantenía sobre sus discos. Volvió a grabar canciones nativas y editó Sangoma (1988) y Welela (1989). Con las canciones de ese primer álbum participó del megaconcierto en honor a Nelson Mandela, 70th Birthay Tribute, que se realizó en el estadio de Wembley. En febrero de 1990 el régimen sudafricano liberó al líder negro, en diciembre de ese año Miriam Makeba regresó a su patria y en abril de 1991 ofreció su primer concierto después de su largo exilio.
Retomó su producción discográfica: Eyes on tomorrow (1991), Sing me a song (1993), A promise (1994), Live From Paris & Conakry_ (1998). En 2000 grabó su primer disco de estudio tras largos diez años, Homeland, con gran repercusión. En 1994 se unió nuevamente a su ex marido, Hugh Masekela con quien participó de la “Gira de la Esperanza”.
En 2001 creó la “Fundación Zenzile Miriam Makeba” con un centro de rehabilitación para niñas, espacios seguros para niñas y niños en situación de vulnerabilidad, espacios de organización social y promovió intensas campañas contra al abuso de drogas y el VIH/SIDA.
Fue la voz de muchas mujeres africanas que lucharon por sus derechos, lideraron tomas de tierras, pelearon por su derecho a participar de la toma de decisiones y para que el trabajo doméstico se incorporara al sistema económico. Una voz para la emancipación femenina.
En 2008 participó de un concierto en Castel Volturno, sur de Italia, en solidaridad con el periodista y escritor italiano Roberto Saviano, autor del libro Gomorra que estaba amenazado de muerte por la camorra. Al finalizar su actuación sufrió un paro cardíaco que acabó con su vida pero no con su legado que continúa incólume ante tanta locura global.
Salú Miriam Makeba! Por tu entereza, por tu lucha desigual y ejemplar, por tus canciones que permitieron conocer los sonidos de tu tierra y por la inmortal Pata Pata que nos sigue haciendo bailar a pesar de los años…
Una integrante de lujo de nuestra popular imaginaria.
Ruben Ruiz
Secretario General