Un texto y una música que hincha el corazón y nos une sin filtro, que nos templa cuando la mano viene mal, que nos enorgullece cuando la autoestima se discute, que nos identifica cuando nos encontramos con el mundo, que nos saca sonrisas y lágrimas en el mismo instante.
Que supo durar veinte minutos y tener frases antimonárquicas quitadas en nombre de los límites históricos de la época.
Que fue declarado el mejor del mundo.
Salú Himno de mi corazón!
Ruben Ruiz
Secretario General