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Efemérides 12 de Octubre – César Pelli

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El señor de los rascacielos

Un día como hoy pero de 1926 nacía César Pelli, arquitecto y profesor argentino con ciudadanía estadounidense que ayudó a definir el perfil de los rascacielos, que integró en sus obras los conceptos de tradición, modernidad y sustentabilidad y que se convirtió en una referencia de su profesión a nivel global.
Nació en San Miguel de Tucumán. Madre pedagoga. Padre funcionario estatal y artesano autodidacta. Educación primaria y secundaria en la escuela pública. Estudios superiores en la universidad de Tucumán donde se recibió de arquitecto en 1948. La carrera era novísima y la enseñanza era rudimentaria. Pero a finales del primer año llegaron dos profesores que revolucionaron la carrera: Eduardo Sacriste y Horacio Caminos. El centro de los estudios ya no estaría en el diseño de mausoleos sino en paradas de ómnibus, dispensarios, hospitales, barrios de viviendas. Fue un verdadero cambio de paradigma.
Pelli vivía de sus ingresos. Enseñaba en la universidad y trabajaba como encargado de estudios y proyectos en la Organización Financiadora de Empresas Mixtas Privadas Estatales (OFEMPE), un organismo formado por la Lotería de Tucumán, de la Caja de Ahorro de Tucumán y de Construcción de Vivienda Social, que tenía a su cargo la construcción de barrios populares.
Ya conocía a Diana Balmori, nacida en Gijón, futura arquitecta y paisajista con quien se casó y tuvo dos hijos. Su primera obra fue un regalo para sus suegros: el diseño de una casa de veraneo en Campo Quijano, provincia de Salta, con una estructura similar a los actuales lofs.
En 1952 ganó una beca de perfeccionamiento por nueve meses en la universidad Illinois (en la sede de Champaign-Urbana, al sur de Chicago). Partió con un boleto de Braniff en un vuelo que duró 36 horas y tuvo varias escalas. Dos semanas después llegó su esposa. Ambos sabían que no tenían recursos para quedarse en el país del norte más allá del período de la beca pero la novedad fue que Diana estaba embarazada.
La primera decisión fue gastar la menor cantidad de dinero posible y terminar sus estudios de perfeccionamiento. Como luego relataría César Pelli: “la dieta fue a base de pan tostado durante semanas”. Al finalizar la beca, Pelli consiguió una ayudantía y Diana un puesto de ayudante en el departamento de Literatura de la universidad. Era poco pero era un comienzo.
Al año, el profesor Ambrose Richardson lo conectó con el arquitecto finlandés Eero Saarinen quien lo contrató como diseñador de proyecto para la terminal de la TWA. La relación laboral continuaría varios años. En 1964 se incorporó como director de Diseño en la firma Daniel, Mann, Johnson and Mendenhall (DMJM) y luego fue socio de Diseño en Gruen Associates.
Tuvieron un rol destacado sus resoluciones aplicadas a las columnas centrales cruzadas del Centro de Vuelo TWA en el Aeropuerto Kennedy (las famosas alas de gaviota), el vidriado Pacific Design Center en Los Ángeles y el diseño multicolor del ayuntamiento de San Bernandino. Fue una etapa de consolidación. Se destacó por la celeridad en la construcción y el riguroso cumplimiento de los presupuestos. California sería su lugar en el mundo por un tiempo.
En 1977 fue seleccionado para el cargo de decano de la Facultad de Arquitectura en la universidad de Yale que ocupó hasta 1984. Abandonó el estudio donde trabajaba. Se aquerenció en New Haven (primera ciudad planificada de EE UU) y comenzó su vida como docente. Simultáneamente, abrió su propio estudio, Cesar Pelli & Associates, se ocupó de la ampliación del MoMA (Museo de Arte Moderno de New York) y en 1981 proyectó la embajada de EE UU en Tokio.
En 1984 terminó la construcción de la sede de Golman Sachs, el edificio más alto de Nueva Jersey. En 1988 puso su firma en el World Financial Center y su jardín de invierno -Brookfield Place- que fueron dañados en el atentado a las Torres Gemelas. Ese mismo año diseñó el Wells Fargo Center, de 236 metros de altura, en Minneapolis (Minnesota). En esos años también trabajó fuera de la línea de los rascacielos: el Herrig Hall, en la universidad de Rice, Texas, el Centro de Matemáticas y Computación de Hartford, Connecticut y el Centro Boyer de Medicina Molecular, en la universidad de Yale. Ejemplos de síntesis entre arquitectura típica, modernidad y funcionalidad. Todo a baja altura.
Su despegue internacional ocurrió en 1991 con el One Canada Square de Londres, un edificio de 237 metros de altura en la zona financiera de Docklands, de factura minimalista y funcional cuya gran superficie vidriada permite observar los cambios de luz. La otra intervención fue en el distrito de San Pauli, en la ciudad de Hamburgo. En 1996 proyectó el Edificio República (mas conocido como edificio Telefónica) en Puerto Madero, ciudad de Buenos Aires. El primer edificio inteligente en nuestro país.
En 1997 da vida a su rascacielos más famoso: las Torres Petronas, una simbiosis de cultura islámica, tradición arquitectónica y clima malayos. Un edificio de 452 metros con un puente de dos pisos a la altura de los niveles 41 y 42 utilizados para circulación, con sala de conferencias y de oración.
En 1998 realizó su primer proyecto en ciudad de México: las Torres del Bosque. Una torre comercial de 13 pisos y dos torres gemelas residenciales de 31 pisos ubicadas en Chapultepec. Once años después diseñó la Torre Libertad, un ícono del Paseo de La Reforma con sus 150 metros de altura. En 2000 regresó a la Argentina y no perdió tiempo. Al año siguiente diseñó la Torre del Banco de Boston, un edificio totalmente vidriado de 140 metros de altura ubicado en Retiro (Catalinas Norte).
En 2003 concluyó la construcción del Centro Internacional de Finanzas de Hong Kong, un edificio de oficinas de 412 metros y 88 pisos frente a las costas de la ciudad. En 2004 llevó al diseño una idea totalmente propia que dio vida al Museo Nacional de Arte de Osaka, Japón, una obra totalmente rupturista con el contorno, libre de restricciones geométricas. En 2007 diseñó la Torre Iberdrola de Bilbao, edificio de 165 metros junto a la ría en la zona de Abandoibarra.
En 2008 volvió a dejar su huella en Buenos Aires con la inauguración de la Torre YPF, en Puerto Madero, un edificio de 160 metros de altura, donde trabajaban más de 2000 personas y con un elemento distintivo: un pequeño bosque de eucaliptos entre el piso 26 y el 31.
En 2010 dejó su impronta en Madrid con la Torre de Cristal, el rascacielos más alto de España, con 249 metros de alto, 50 pisos y un jardín vertical de 600 m2 en su última planta. En 2012 proyectó el complejo Porta Nuova Garibaldi, en la ciudad de Milán, que contenía el edificio más alto de Italia con una altura de 231 metros, energéticamente sostenible y un pináculo de 85 metros de alto totalmente iluminado con Led’s.
En 2014 se inauguró otra hermosa obra de Pelli como fue la Gran Torre Santiago, en la capital chilena, una estructura de 300 metros de altura (en su momento el más alto de Sudamérica), con un mirador vidriado en el piso 61 y uno a cielo abierto en el piso 62 que tiene una vista en 360º de la ciudad trasandina. En 2018 se inauguró el Edificio Torre Macro, otro distintivo edificio de oficinas de 130 metros de altura en Puerto Madero diseñado por César Pelli.
Trabajador incansable, amante de las alturas edificadas y de las vistas amplias, perfeccionista, disciplinado, convencido y perseverante transeúnte de una frase que lo acompañó: “los arquitectos hacemos pedacitos de ciudades”.
Salú César Pelli!! Por tus ideas enormes que tradujiste en habitantes gigantes de muchas ciudades, que tienen movimiento, reflejan luz, conviven con la historia y la naturaleza e invitan a disfrutar la inmensidad.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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