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Efemérides 14 de Abril – Dante Panzeri Maestro del periodismo deportivo

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Dante Panzeri Maestro del periodismo deportivo

Un día como hoy pero de 1978 se despedía Dante Panzeri, uno de los periodistas deportivos más influyentes de nuestra historia, polemista fenomenal, confrontador de todos los gobiernos, opositor público a la realización del Mundial ’78, profesional incómodo para todos los que detentaron el poder en su época, antiperonista convencido, librepensador inclaudicable, marcador central, centrojás y goleador.
Nació en Las Varillas, provincia de Córdoba y vivió su infancia y adolescencia en San Francisco, en el límite con la provincia de Santa Fe. A los veinte años se mudó a la ciudad de Buenos Aires. A principios de la década del ’40 se incorporó a la revista El Gráfico como redactor. Escribió sobre atletismo, ciclismo, natación y otros deportes, pero no sobre fútbol. Preciso en las descripciones, cuidador del lenguaje, exhaustivo en las críticas, se fue haciendo un lugar sin escribir sobre el deporte más popular en la Argentina. A finales de la década ya era el tercero en la revista, detrás de periodistas como Borocotó y Félix Daniel Frascara.
En las postrimerías de la década siguiente su calzó el traje de director. Su primera misión fue incorporar periodistas deportivos con mucha formación y curtidos en los estadios: Osvaldo Ardizzone, Pepe Peña, Ernesto Lazzatti. Simultáneamente, crecía su antiperonismo. Tuvo una visión positiva del gobierno de los coroneles (Farrel-Ramirez-Rawson) que tomaron el poder en 1943 pero se fue decepcionando con el gobierno peronista por su práctica totalizadora. No había lugar para disidencias y eso fue decisivo para él. Después del golpe del ’55 fue interventor de la Federación Argentina de Ciclismo pero en 1956 se retiró por razones similares a las que habían cimentado su crítica al gobierno anterior y lo escribió en una nota en El Gráfico criticando a las Comisiones Investigadoras.
En 1962, al retornar del mundial de Futbol de Chile, renunció a la revista. El motivo: los dueños de El Gráfico querían obligarlo a que firmara una nota enalteciendo al ministro de Economía de esa época, Álvaro Alsogaray. Renunció y se llevó sus petates. Sin solución de continuidad trabajó en la gráfica: revista “Así”, “Chaupinela”, “Confirmado”. “Análisis”, “Panorama”, “Ahora”, “El Ciclón” o el diario “El Día”. También incursionó en Radio Belgrano con “Futbol al centímetro” y en Radio Colonia.
En 1965 dio sus primeros pasos en la televisión. En Canal 7 desplegó “Discusiones por deporte” y, posteriormente, realizó micros deportivos en el noticiero central de Canal 11. Dicen que con su verba despertó un interés mayor de las mujeres por el fútbol. En 1966 fue uno de los corresponsales del diario “Crónica” en el Mundial de Futbol de Inglaterra y en 1967 publicó una obra conceptual: Futbol, dinámica de lo impensado. Un libro desmitificador y anticipatorio. El eje de su discurso fue que el futbol no era un negocio, era un juego. Era necesario que imperara lo lúdico, el desparpajo, el potrero y lo imprevisto sobre los esquemas, la parafernalia del espectáculo, la falsa profesionalización y el imperio del dinero.
En su epígrafe aclaraba: “Este libro no sirve para jugar al fútbol. Sirve para saber que, para jugar al fútbol, no sirven los libros. Sirven solamente los jugadores… y a veces ni ellos, si las circunstancias no los ayudan”.
Para que el futbol sea serio, debe ser juego”, escribió. “Si a los 18 años al jugador no le gusta gambetear, difícilmente a los 25 sepa jugar. Si después de los 20 años sigue gambeteando, habrá que temer que a los 30 siga mirando al suelo”, sentenciaba. “Para la mente, hielo; para el pecho, calor; para los pies, tibieza. Las tres temperaturas ideales de un futbolista”, matizaba. “Ni todas cortas, ni todas largas. Todas cortas es fulbito. Todas largas es rugby”, enseñaba. Era una llamada para mirar el futbol de otra manera, para que no aburriera, para que los pobres no lo dejaran en manos de la publicidad engañosa, del show business y de las finanzas manejada por los ricos.
A principios de la década del ‘70 se incorporó a “La Opinión” y “Satiricón” y colaboró en “Goles”. En 1974 escribió otro libro revelador: _Burguesía y gansterismo en el deporte”, que describía en forma puntillosa los manejos en la AFA, las mentiras periodísticas, el papel que jugaban los directores técnicos en la compra y venta de jugadores, las luchas intestinas de las hinchadas y la irracionalidad con que se manejaban en los estadios y adyacencias.
Sólo unas frases para saber de qué viene el libro: “…dónde el fútbol limite su incidencia material a la que tuvo siempre (siempre se jugó por plata), veremos el equilibrio entre el placer y la ambición. El placer solo no puede sobrevivir económicamente, pero la ambición sin placer mata al individuo como generador de espectáculo y hace que el espectáculo también se suicide”.
Posteriormente, publicó una obra imperdible: Dirigentes, decencia y wines que Panzeri definió con claridad: son las tres cosas que le faltan al futbol argentino. Una recopilación de escritos para revistas, diarios y boletines de circulación privada y textos para radio y televisión, que denunciaban pero, a la vez, se transformaban en una herramienta sensata y eficaz para disfrutar, amar y defender al deporte más popular de nuestro país desde el sentimiento y la razón.
Al final de su carrera retornó al éter en “Radioshow” en Radio del Plata, apareció fugazmente en Canal 13 y fue director deportivo del diario La Prensa hasta sus últimos días.
Lo insustituible de Dante Panzeri fue que no huyó de su condición de periodista deportivo para construir su teoría de crítica social. El futbol fue el vector que le permitió cuestionar otros ámbitos. Habló de futbol y lo hizo desde sus entrañas, desde adentro de los 105×70 y desde el vestuario. Supo hilvanar un relato que no separaba las podredumbres del negocio deportivo de las miserias de la sociedad. Para que esa mezcla fuera comprensible fue meticuloso con las palabras, apeló al sentimiento futbolero y a la reflexión, cotejó las similitudes del campo deportivo y el entretejido social y puso altiva la conciencia ética.
Su trayectoria periodística fue quijotesca, su trabajo tuvo las características de lo que él mismo pedía a los jugadores de futbol: talento y sudor, su veracidad fue incuestionable porque se cimentaba en datos duros, su anticipación evidente, su vigencia notable. Solo con mirar los títulos de sus libros podríamos afirmar que fueron escritos hace pocas semanas.
Pasional, cabeza dura, intransigente, gran lector, incisivo, honesto, difícil y jugador de toda la cancha.
Una última cita del personaje: “… la palabra no ha sido inventada para NO decir lo que pensamos. Para callar y ocultar se inventó, antes, el silencio”.
Salú Dante! Por incluir al poder y a sus cómplices en las incumbencias del periodismo deportivo, porque viviste como escribiste, porque no te importó ir a contramano para defender la dignidad y la auténtica alegría popular, por tratar de que lo importante fuera evidente y pudiera ser usado a favor.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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