Segundo Storni
Un día como hoy pero de 1876 nacía Segundo Rosa Storni, marino argentino, vicealmirante y jefe del Estado Mayor General de la Armada y ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina que desarrolló una doctrina de reivindicación de los derechos soberanos sobre la plataforma continental y sus recursos e impulsó la creación de una conciencia marítima nacional sostenida sobre una base científica.
En honor a la fecha de su nacimiento se conmemora el “Día de los Intereses Argentinos en el Mar” que se instituyó mediante la ley 25.860 sancionada en el año 2003.
Nació en la provincia de Tucumán. En 1894 ingresó en la Escuela Naval y egresó tres años después. Desde sus inicios como marino estudió la importancia de incorporar la defensa de los intereses marítimos dentro de la concepción de soberanía nacional y desarrollo económico sustentable y permanente.
Prestó servicios en la mayoría de los buques de la marina argentina y participó de numerosas comisiones a Europa con el objetivo de supervisar la construcción de buques adquiridos por nuestro país e incorporar las innovaciones tecnológicas proyectadas y ejecutadas por los astilleros más importantes de la época.
Junto a su práctica como marino fue un estudioso profundo de la historia naval. Comprendió las consecuencias prácticas de los hechos del pasado y la necesidad de incorporar la conciencia marítima para sostenerse dentro del concierto de las naciones.
La batalla de Trafalgar en 1805 había sido decisiva en el cambio del paradigma bélico mundial y de la dinámica geopolítica, al menos, hasta la Primera Guerra Mundial. El triunfo británico sobre las flotas aliadas de España y Francia determinó una disputa novedosa sobre la hegemonía en territorio europeo, la prevalencia de nuevos sistemas políticos y la consolidación de una nueva potencia naval a nivel global que expandió la influencia británica. La Armada Invencible ya no era imbatible y la decadente corona española se debilitaba en el mundo.
Las consecuencias geopolíticas de esa batalla se reflejaron de inmediato en el continente americano, especialmente, en las colonias de América del Sur. Las invasiones inglesas fueron una muestra práctica del intento de una nueva imposición colonial y objetivos comerciales concretos en estas tierras. La resistencia y rechazo de las invasiones por parte del pueblo de Buenos Aires un acontecimiento inesperado.
La nueva potencia marítima reordenaba el mapa comercial del continente americano con violencia militar, diplomacia de doble juego, ideas sobre el libre comercio y desarrollo tecnológico sostenido. Pero el freno que protagonizó el pueblo del Río de la Plata al invasor dio nacimiento a un consciente colectivo que exigía ser libres para disputar en ese nuevo escenario y conferirse un grado de soberanía que permitiera ser jugador y no solo “partenaire”.
La crisis política fue indetenible y la lucha por el poder se desencadenó. Alcanzamos la Independencia pero no pudimos superar los conflictos internos. La Revolución inconclusa todavía nos interpela. Probablemente, con esa información Storni elaboró una hipótesis que desarrolló con datos: la actuación de la Marina de Guerra argentina se centraba en los ríos interiores, especialmente el Rio de la Plata y el Paraná con sus afluentes. Las diferencias con los caudillos federales del Litoral y la guerra soberana contra Francia e Inglaterra son dos ejemplos.
La costa argentina y el mar no eran parte de ninguna estrategia nacional.
En pocos años publicó Trabajos hidrográficos y límite argentino en el Canal de Beagle (1905), _Balística y explosivos para la marina de guerra (1908) y Proyecto de Régimen de Mar Territorial (1911). Este último, un concepto que abriría la caja de Pandora.
Como capitán de fragata, jugó una partida arriesgada. El 8 y el 12 de junio de 1916 dio dos extensas charlas en el Instituto Popular de Conferencias: una fue “Razón de ser de los Intereses Marítimos Argentinos. Factores que facilitan u obstaculizan el desarrollo del poder naval de la Nación” y la otra “Política Naval Argentina. Problemas de la Defensa Nacional por el lado del Mar”. Compendio de ideas profundas: soberanía marítima y puntos estratégicos a valorar (Islas Malvinas, Antártida, Mar Territorial), la plataforma continental y las pesquerías, desarrollo de la defensa nacional, explotación sustentable de recursos naturales, desarrollo de la industria naval y la marina mercante, apertura a la investigación científica y a la comunicación intercontinental. Geopolítica y visión estratégica sólida, inesperada y futurista.
Sus tres pilares eran: producción nacional, transportes propios y mercados. Y, a pesar de ser militar, afirmaba: “…la adquisición de material bélico no debe hacernos olvidar ni por un momento que solamente las industrias mecánicas, la marina mercante propia, las poblaciones marineras, las pesquerías, permitirán resolver satisfactoriamente los problemas del porvenir”.
El éxito de las disertaciones fue contundente: la prensa tuvo que darle centimetraje y se publicó un libro bajo el título de Intereses argentinos en el mar. En 1926 completó su idea con El Mar Territorial que planteó la discusión sobre el régimen jurídico en el mar argentino. Ambas publicaciones fueron material de debate en la Conferencia de Codificación del Derecho Internacional (La Haya, 1930) y en la Primera, Segunda y Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1932).
Entre 1926 y 1928 se desempeñó como Jefe del Estado Mayor General de la Armada, con el rango de Contralmirante. Desde ese puesto impulsó el desarrollo de la industria nacional como puntal de la defensa. Fue uno de los fundadores, junto con Adolfo Holmberg, Ezequiel Paz y Ángel Gallardo, del Instituto Oceanográfico Argentino en Mar del Plata y en 1935 cofundó la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires.
Tras el golpe del ’43 que derrocó al último gobierno de la “década infame” y bajo la presidencia de Pedro Pablo Ramírez, fue designado ministro de Relaciones Exteriores. Su posición era clara: era un militar nacionalista pero “aliadófilo”, se inclinaba por declarar la guerra al nazismo y abandonar la neutralidad. El crecimiento del sentimiento antinorteamericano dentro de las fuerzas armadas debilitó su posición y fue reemplazado a los tres meses por Alberto Gilbert.
Un puntal de la oceanopolítica argentina que consolidó las ideas del mar territorial argentino (12 millas marinas a partir de las líneas de base o línea de bajamar a lo largo de la costa) e influenció por instituir conceptos como zona contigua argentina (24 millas marinas medidas a partir de las líneas de base), zona económica exclusiva (hasta una distancia de 200 millas marinas a partir de las líneas de base) y plataforma continental argentina (lecho y subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas medidas a partir de las líneas de base, en los casos en que el borde exterior no llegue a esa distancia).
En el verano de 1954 se despidió, levó anclas y desplegó velas.
Salú vicealmirante Segundo Storni!
Ruben Ruiz
Secretario General