Patrice Lumumba
Un día como hoy pero de 1961 era asesinado Patrice Émery Lumumba, líder anticolonialista africano, primer congoleño en ocupar el cargo de primer ministro a través de elecciones libres en la República Democrática del Congo y declarado héroe nacional en 1966.
Lumumba nació en 1925 en Onalua, territorio de Katako-Kombe en la región de Sankuru, en el Congo Belga (actual República Democrática del Congo). Pertenecía al pueblo telela pero se crió en un ambiente multiétnico porque la región estaba habitada por otros pueblos: los kusu, de la provincia de Maniema; los luba, songye y otros grupos de la región de Kasai o los mongo, de la provincia de Équater. En general estos grupos llegaron por la acción devastadora del tráfico de esclavos que comandaban los colonialistas belgas, con colaboración de los suajilis y los árabes.
Cursó la primaria en una escuela de misioneros católicos y la secundaria en una escuela protestante dirigida por suecos. Trabajó como empleado administrativo en una empresa minera de la provincia de Kivu del Sur y como periodista en varios periódicos de Léopoldville (hoy Kinshasa) y Stanleyville (Kisangani). Posteriormente, recibió la tarjeta de mérito cívico y adquirió la condición de matriculado en la ciudad de Kisangani lo que le permitió ingresar a la administración pública de su país aun siendo negro.
Ingresó en la empresa de Correos como gestor del servicio de giros postales, un puesto de trabajo normalmente reservado para los europeos.
Pero la discriminación se hizo presente desde el primer momento. Por ser negro, su salario era la décima parte de otro empleado que realizara la misma tarea; no gozaba del beneficio de una vivienda gratuita, un coche y vacaciones pagas como sus colegas belgas. Esa realidad y otras muestras cotidianas de racismo lo hicieron perder sus esperanzas de convivencia entre blancos y congoleños en condiciones de igualdad y comenzó a abrazar las ideas nacionalistas y africanistas que lo guiarían en su futuro.
Intentó formar un sindicato de los trabajadores del Correo y fue encarcelado. En 1955 creó la Asociación del Personal Indígena de la Colonia (APIC) y luego se afilió al partido Liberal junto a otras personalidades congoleñas. Desde esa agrupación tomó contacto con el ministro belga del Congo, Auguste Buisseret, que intentó desarrollar la enseñanza pública pero fracasó ante la oposición de los funcionarios conservadores de la colonia.
En 1957 fue encarcelado durante un año en una causa amañada por una supuesta malversación de correo sufrida por un ciudadano europeo. Luego de su liberación comenzó a trabajar como vendedor de una cervecería; curiosamente, ese trabajo que lo obligaba a hablar y convencer, le permitió mejorar su dicción y oratoria. En 1958 fundó, junto a otros grupos independentistas, el Movimiento Nacional Congolés (MNC). En diciembre de ese año el presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, lo invitó a participar de la Conferencia Panafricana que reunía al movimiento anticolonial de los pueblos de África.
Allí conoció a Frantz Fanon, del Movimiento de Liberación Nacional argelino, a Amílcar Cabral del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde, a Félix-Roland Moumié de la Unión de las Pueblos de Camerún, a Joshua Nkomo de la Unión Nacional Africana de Zimbawe, a los dirigentes del Congreso Nacional Africano de Zambia, a los militares revolucionarios de Alto Volta (hoy Burkina Faso), entre otros. Profundizó sus teorías respecto a la independencia nacional y a la unidad africana y dio un célebre discurso ante 10.000 personas a favor de la independencia de su país y en contra de la explotación de los hombres y las mujeres, más que evidente en el continente negro.
El 4 de enero de 1959 se produjo una rebelión popular en la capital del Congo belga y la represión fue feroz con centenares de muertos. El pueblo rechazaba la autoridad colonial y, sorpresivamente, realizó la primera expresión violenta en las calles. En octubre el MNC y otros movimientos independentistas organizaron una asamblea en Kisangani y los colonialistas belgas intentaron encarcelar a Lumumba; se produjo otra rebelión con un saldo de 30 muertos y la detención se efectivizó. Pero la presión popular sacó de la cárcel a su dirigente y se declaró intempestivamente la independencia del Congo. Se acordó con el gobierno belga la realización de elecciones y la ratificación de la independencia, aunque con un salvavidas de plomo: la joven nación debía hacerse cargo de una deuda por una suma que nunca había recibido de la metrópoli. No obstante, se avanzó en el proceso pactado. El MNC ganó las elecciones en forma aplastante y Patrice Lumumba asumió el 23 de junio de 1960 como el primer ministro electo por los votos de su pueblo.
Comenzó a transformar las estructuras heredadas del estado colonial y africanizó el ejército. La reacción colonialista fue inmediata. El 10 de julio Bélgica invadió las provincias mineras del sur, el 11 de julio se separó la provincia de Katanga, rica en minas de cobre y luego Kasai, rica en yacimientos de oro, donde se produjeron matanzas masivas. Lumumba respetó los protocolos internacionales y pidió la intervención de la ONU que no emitió ninguna resolución y permitió la consolidación de los invasores y sus gobiernos provinciales títeres. Ante estos hechos el presidente congolés, Joseph Kasa-Vubu, cedió a la presión y destituyó a Lumumba que, no obstante, recibió el apoyo del Consejo de Ministros y del Parlamento para su continuidad.
La situación se degradó y se produjeron levantamientos populares en varias ciudades a favor del primer ministro. El director de la CIA, Allen Dulles, no dejó dudas y el 26 de agosto emitió un telegrama feroz: “Hemos decidido que su eliminación es nuestro objetivo más importante y que, en las circunstancias actuales, merece alta prioridad en nuestra acción secreta». El 14 de septiembre de 1960, el coronel Mobutu Sese Seko, jefe del ejército, dirigió un golpe de estado, con la anuencia del presidente, y persiguió a Lumumba que fue apresado mientras cruzaba el río Sankuru y llevado a un campamento militar.
Él y dos compañeros que lo acompañaban fueron torturados, subidos a un avión, conducidos a Katanga y ejecutados el 17 de enero de 1961 en presencia de dirigentes separatistas de esa provincia y espías belgas y yanquis que certificaron su muerte. Los cuerpos fueron despedazados y disueltos en ácido. Pero como en toda saga de horror humano, sobrevivió una prueba. La justicia encontró un diente de Lumumba entre las pertenencias de un policía belga que participó del descuartizamiento y quema de los cuerpos. Hasta hoy continúa el juicio contra Bélgica por estos crímenes de guerra y, durante un acto oficial en 2020, el rey belga se vio obligado a pedir perdón al pueblo congolés por su oprobioso pasado colonialista.
Fue otra muestra de barbarie de los poderosos. Los dueños de las corporaciones mineras que tenían explotaciones desde el Congo hasta Sudáfrica, los colonos blancos que negociaron participar de las ganancias, la avaricia del colonialismo belga derrotado por el pueblo congoleño y el intervencionismo norteamericano en plena guerra fría se unieron y masacraron a un líder popular como una muestra de su poder omnímodo regido por la lógica de la dominación económica, política y militar.
Lograron quedarse con muchas de las riquezas del pueblo del Congo a través de la fuerza militar y las operaciones secretas, pero no pudieron retrotraer la independencia. Patrice Lumumba se transformó en un icono de la liberación de los pueblos africanos. Y como sabemos la memoria de los pueblos tiene un valor sustancial en esta lucha desigual.
Salud Patrice Lumumba!! Por tu coraje para enfrentar al colonialismo en ese país inmenso, por tu inteligencia para luchar contra los regionalismos y los tribalismos que tanto mal hacen a los pueblos, por la emotividad y la simpleza para dirigirte a tu pueblo congoleño y africano.
Ruben Ruiz
Secretario General