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Efemérides 17 de Noviembre

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Lola Mora

Un día como hoy pero de 1866 nacía Dolores Candelaria Mora Vega, popularmente conocida como Lola Mora, escultora argentina que también se sumergió en las artes visuales, el urbanismo y la minería.
En honor a su nacimiento se conmemora el Día del Escultor y el Artista Plástico en nuestro país.
Hija de Romualdo Alejandro Mora Mora, comerciante y hacendado de origen catalán, propietario de algunas estancias en la zona fronteriza de Tucumán y Salta y de Regina Vega Sardina, una estanciera salteña nacida en El Tala. Fue la tercera de 7 hermanos. Su lugar de nacimiento es controversial. Algunos afirman que Lola Mora nació en El Tala, provincia de Salta. Otros, se aferran a su fe de bautismo certificada en Trancas, provincia de Tucumán. Ella siempre se consideró tucumana.
A los siete años, se mudó con su familia a San Miguel de Tucumán y cursó sus estudios en el Colegio Sarmiento, institución laica de la capital tucumana. A sus 18 años sufrió la pérdida de sus padres: primero falleció su madre de una neumonía y a los dos días, su padre de un infarto.
Dos años más tarde inició su preparación con el pintor italiano Santiago Falcucci, quien le enseñó pintura, dibujo y retrato y la introdujo en el mundo del neoclasicismo y el romanticismo italiano, estilos que la acompañarían durante toda su vida artística. Comenzó a dibujar a personajes conocidos de la sociedad tucumana hasta que realizó un magistral retrato a la carbonilla del gobernador de Salta, Delfín Leguizamón, que impactó por el realismo de los rasgos y su incipiente estilo personal. Luego de ese éxito, retrató a todos los gobernadores tucumanos desde 1853; dichas obras fueron adquiridas por la legislatura provincial por un monto de cinco mil pesos.
En 1895 viajó a la ciudad de Buenos Aires con un objetivo: conseguir una beca para perfeccionar sus saberes en Europa. El gobierno argentino se la concedió el 3 de octubre de 1896 a través de un subsidio mensual de 100 pesos oro por un lapso de dos años. Se instaló en Roma y fue alumna de grandes maestros. Pintura y fotografía con Francesco Paolo Michetti, el arte de trabajar la terracotta con Constantino Barbella y escultura con Giulio Monteverde, maestro del trabajo en mármol. A los pocos meses, el gobierno argentino suspendió el pago del subsidio y Lola Mora debió vender sus obras. Una reacción rápida de sus amigos/as en Argentina e Italia permitió el restablecimiento del mencionado subsidio y su permanencia en territorio europeo.
Comenzó a ser reconocida a ambos lados del Atlántico y recibió encargos desde España, Francia y Alemania. En Argentina eran cada vez frecuentes noticias de su obra. A finales de siglo expuso en el Museo de Bellas Artes de Roma, el medio busto de una campesina bajo el seudónimo L. M. di Vinci. Un autorretrato realizado en mármol de Carrara, ganó la medalla de oro en la Exposición Universal de París de 1900. Su vuelta a la Argentina fue ampliamente registrada por la prensa. Ese mismo año, recibió el primer encargo oficial: dos bajorrelieves para presentar en la Casa Histórica de Tucumán y la realización de la estatua de Juan Bautista Alberdi. Posteriormente, acordó en Salta la fundición de nuevas estatuas y bajorrelieves para ornamentar el monumento al 20 de febrero, batalla de Salta.
Simultáneamente, le ofreció a la municipalidad de Buenos Aires la realización de un conjunto escultórico para enclavar en Plaza de Mayo: Las Nereidas, que remitía a la mitología romana. La idea fue aceptada y Lola Mora contratada para la obra. Regresó a Roma y comenzó a trabajar en ellas.
En agosto de 1902 regresó embarcada a Buenos Aires con los bloques embalados de Las Nereidas. Cuando presentaron la obra a las autoridades, advirtieron el lío en que se habían metido. El lugar de emplazamiento era frente a la Catedral. El conjunto escultórico representaba el nacimiento de Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad que emergía de las aguas en una ostra marina y era sostenida por dos Nereidas con escamas en sus muslos y colas de pez. Los desnudos y la alegoría mitológica eran demasiado para enfrentarla al mayor templo católico de Buenos Aires. Se generó un debate público de proporciones y, finalmente, las estatuas fueron emplazadas en las actuales Leandro N. Alem y Perón para acallar los cuestionamientos eclesiásticos y de la “alta sociedad”. No obstante, se convirtió en un sitio muy visitado por las y los porteños, que querían ver la estatua del escándalo y quedaban maravillados por su belleza. Las presiones continuaron y en 1918 fue trasladada (escondida, digamos) a la Costanera Sur, lugar donde se encuentra en la actualidad.
No obstante, sumó encargos en su nuevo retorno a Roma. Una estatua de la reina Victoria para ser emplazada en Melbourne (Australia) y otra, del zar Alejandro I para ubicarla en San Petersburgo (Rusia). Los rechazó porque ambos ofrecimientos implicaban adoptar la ciudadanía británica o rusa.
También tuvo pedidos desde la Argentina: un busto del presidente Julio Argentino Roca, una estatua de Aristóbulo del Valle, una alegoría de la independencia, dos sobrerrelieves para la Casa Histórica de Tucumán y cuatro estatuas para decorar el nuevo edificio del Congreso Nacional con las figuras de legisladores que habían presidido el Congreso en diferentes etapas de la vida nacional: Carlos de Alvear, Francisco Narciso de Laprida, Facundo Zuviría y Mariano Fragueiro.
En 1904, retornó con todas las obras encargadas por las autoridades argentinas y durante años continuó los periplos entre su patria y el viejo continente. En 1909 se casó con Luis Hernández Otero, empleado del Congreso, hijo de un ex gobernador de Santiago del Estero, diecisiete años menor que ella. Una osadía para la época. Vivieron en Roma y se separaron cinco años después.
Diseñó la cuadriga que se observa en la parte superior del parlamento argentino. Cinceló el tintero de bronce del Senado, finalizó las alegorías que se colocaron en el Congreso y, en 1913, inauguró el monumento a Nicolás Avellaneda, en la ciudad homónima. En esos años, comenzó su declive. La muerte del ex presidente Roca, que la había protegido de los funcionarios más obtusos y los cultores del conservadurismo social que condenaban su audacia artística y su feminismo, le pasaron factura. Varias de sus obras comenzaron a ser cuestionadas, desmontadas y repartidas en cinco provincias.
Se dedicó al emplazamiento de mausoleos, presentó proyectos artísticos, urbanísticos y viales a la municipalidad de Buenos Aires que fueron rechazados; se interesó por las nuevas tecnologías y se asoció para presentar un dispositivo que permitía ver cine sin necesidad de oscurecer una sala llamado “cinematografía a la luz”, pero no concitó interés comercial.
Ante ese panorama se afincó en el norte argentino. En 1924 fue designada por las autoridades jujeñas como encargada de parques, jardines y paseos. Presentó varios proyectos de remodelación, ampliación y rediseño de avenidas, calles y espacios verdes pero, la mayoría, fueron relegados. Frustrada, se mudó a Salta donde incursionó en la extracción de combustibles (petróleo) con base en destilación de rocas sólidas. Invirtió todos sus ahorros y recorrió las montañas de la provincia con el objeto de desarrollar el negocio pero el fracaso fue mayúsculo.
En 1933 retornó a la ciudad de Buenos Aires empobrecida y con la salud deteriorada. Vivió sus últimos años bajo el cuidado de sus sobrinas. Finalmente, el Congreso de la Nación le otorgó una pensión de doscientos pesos mensuales que no llegó a cobrar. Su salud quebrantada dijo basta unos días antes de percibirla. El reconocimiento a su obra y su audacia artística existió pero fue muy tardío. En 1997 el Poder Ejecutivo declaró a la Fuente de las Nereidas como Bien de Interés Histórico Nacional y un año después se sancionó la ley 25.003 que declaró su fecha de nacimiento, el 17 de noviembre, como el Día Nacional del Escultor y de las Artes Plásticas.
Salú Lola Mora!! Por tu talento, por tu dominio exquisito del mármol y la arcilla, por enfrentarte a la hipocresía social sin tapujos, por romper con los estereotipos de género en una época harto difícil.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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