El maestro del bolero, el artista de los mil ritmos, el autor de temas que cantamos muchos argentos y que traspasó fronteras
Un día como hoy pero de 2023 se despedía Bernardo Mitnik, cuyo alias era “Chico Novarro”, autor, cantante, músico y actor argentino que transitó por el jazz, el bolero, el tango, la cumbia, el pop, la música para niños/as, escribió más de seiscientas canciones, obras de teatro y música para shows y películas y se convirtió en uno de los emblemas del cancionero popular.
Nació en 1933 en el barrio Roma de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz. Fue el hijo más pequeño de la pareja formada por Rosa Lerman, ama de casa de origen judío-rumano y Albert Mitnik, ucraniano, ferroviario, ex soldado del zar que conoció a su futura esposa en el pueblo de Mărculești, en la actual Moldavia. Ambos y sus dos hijas mayores arribaron a Santa Fe en 1923 y se instalaron. Él también era zapatero remendón que transitaba con sus herramientas, su meticulosidad y su detallismo por Laguna Paiva y otros pueblos cercanos.
Bernardo fue influenciado por las diferentes músicas que se escuchaban en su casa. Su madre cantaba en idish y su padre tenía buena entonación, un gran vozarrón y le gustaba escuchar a los tenores. El ritmo que más le atrajo fue el tango que aprendía en la vereda polvorienta con la revista “El alma que canta”. A los diez años comenzó a estudiar música en el Liceo Municipal de Santa Fe. Parecía que el dos por cuatro lo había imantado. Pero su hermano mayor se la complicó. Le hizo escuchar jazz. Era baterista de la agrupación “Jazz Don Peralta” y admirador de Gene Krupa. Su oído cambió de rumbo y su gusto musical se amplió.
Como Bernardo era asmático se mudaron a un clima más seco. Se aquerenciaron en Deán Funes, provincia de Córdoba. Su padre no instaló un taller. Prefería trabajar en forma ambulante e interactuar con los habitantes de la ciudad. Era analfabeto y muy conversador. Bernardo escuchaba anécdotas y recogía filigranas de personajes reconocibles. Ingresó al colegio comercial y, a los catorce años, ganó sus primeros pesos como baterista de la “Blue Star Jazz” con el maestro pianista Carmelo Taormina.
Se instaló en la ciudad de Córdoba, continuó estudiando música y trabajó como empleado contable. Su jefe fue Felipe Brisky, el padre del actor. No obstante, rumbeó hacia la tribu jazzera. Integró como baterista la “Montecarlo Jazz” y su alias ya era “Miky” Lerman. En 1951 tomó una decisión aventurera: recalar en la ciudad de Buenos Aires. Se incorporó a una orquesta de música tropical en la que tocaba el bongó, la batería y, eventualmente, el contrabajo. El proyecto fracasó y volvió a Córdoba. En 1955 se instaló en Chile (donde el bolero prevalecía sobre el tango) y tocó en las orquestas de Don Roy, Lucho Gatica y Arturo Millán.
Su frustrante experiencia en Buenos Aires no lo amilanó y en reiteradas oportunidades retornó a la gran ciudad donde la rivalidad entre el swing y el bebop inundaba el mundo del jazz porteño. Se entremezcló en los clubes de jazz, tocó con Jorge Navarro, Santiago Giacobbe, Gato Barbieri y Rodolfo Alchourron e integró algunas bandas: Orquesta Argentina de Jazz, el grupo Swing Timers, la Agrupación Nuevo Jazz.
En esas idas y venidas se reencontró con Raúl Bonetto (cuyo nombre artístico era Boné) con quien había tocado en Córdoba que le propuso sumergirse en el mundo de la música tropical y armar un dúo. Así fue. Viajaron a Colombia, tierra de cumbia, donde vivieron y cantaron durante un año. Su centro de operaciones fue Bogotá. De vuelta, arribaron a Buenos Aires, tomaron el desafío de hacer pie en la ciudad y se encargaron de lucir su perfil “latino”.
Fueron a una prueba de aspirantes en la discográfica RCA Víctor. El productor ecuatoriano Ricardo Mejía fijó su atención en el dúo y los contrató. Los apodó “Los Novarro” y, por una cuestión de estatura, los bautizó “Largo” y “Chico”. Grabaron algunos discos y se separaron.
No obstante, Chico Novarro quedó en el radar de Mejía e integró el “Club del Clan” junto a Johnnie Tedesco, Violeta Rivas, Nicky Jones, Palito Ortega, Jolly Land, Raúl Lavié, Lalo Fransen, Cachita Galán y otros. Producto creado para competir con el rock and roll cantado en inglés. Sus canciones eran en castellano. Música liviana, melódica, comercial, bastante artificial que tuvo un éxito notable. De sobrepique, apareció en escena el rock nacional y otra fue la historia.
Chico Novarro se destacó como el más prolífico autor del clan. Sus cumbias “El orangután”, “El camaleón”, “El sombrero de paja” y “La mula” su volvieron virales e integraron el gusto popular. También compuso para los integrantes del grupo temas como “Mi juramento” (Violeta Rivas) o “Despeinada” (Palito Ortega). En 1964 se retiró de “Sábados circulares”, dejó el clan y condujo Tropicana Club junto a Marty Cosens y María Concepción César. Exitazo en el mismo canal.
En 1965 compuso su primer tango: Nuestro balance, intimista, emocional y con influencias bolerísticas. Su camino tanguero continuó con Cantata a Buenos Aires, El último round, Un sábado más (con perfil de balada), Cordón, Convencernos junto a Eladia Blázquez, Minas de Buenos Aires, con Héctor Stamponi, Se juega, con Rubén Juárez, entre otros.
En los ’70 colaboró con María Elena Walsh y emergieron otras composiciones notables: Orquesta de señoritas, Carta de un león a otro (que en 1983 retomó y popularizó Juan Carlos Baglietto), Educación sexual, Balada del ventarrón.
Su amistad con el bolero produjo canciones que quedaron en la memoria popular: Algo contigo, _Arráncame la vida, Cuenta conmigo, Cómo, El último acto. Poética sin rebusques, situaciones reconocibles, amores y desamores cotidianos, agudeza y sensibilidad. Versiones de su letra en la voz de cantantes de muchos lares: Olga Guillot, Tito Rodríguez, Eydie Gormé, Sandro, el Trío Los Panchos, Luis Miguel, Rosario, Nana Caymmi, Vicentico, María Creuza, Andrés Calamaro, Sandra Mihanovich. Djavan.
También se animó con la música infantil (y no tanto) y compuso temas variopintos con cierto éxito: “Estaba la Catalina”, “Había una vez una escuela”, “Tío Mario veterinario”, “Jugaremos”.
Actuó en el café concert, compuso música para películas, interpretó personajes junto a Sbaraglia, Alterio, Omedo, Porcel, Sergio Renán, María Rosa Gallo, Luis Sandrini, Olinda Bozán, Zulma Faiad, Ricardo Darín, Mercedes Morán, Moria Casán. Personaje ecléctico si lo hay…
Multifacético, emocional, doctor en boleros, amante del golf, hincha de Racing Club (grabó una canción para homenajear a esos colores: “Por esas cosas de Dios/por una cierta bohemia/y el fútbol de la Academia/que tanta gloria nos dio… Por esas cosas de Dios/por el sentir de su gente/y porque tuve la suerte/de verlo salir campeón…”.
Salú Chico Novarro!
Ruben Ruiz
Secretario General