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Efemérides 18 de Diciembre – Marcha contra las reformas jubilatoria, tributaria y laboral

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Marcha contra las reformas jubilatoria, tributaria y laboral

Un día como hoy pero de 2017 se realizó la marcha convocada por las dos CTA, la Corriente Federal y una parte de la CGT encabezada por Federación Nacional de Trabajadores de Camioneros para oponerse a las reformas que querían consolidar en la Cámara de Diputados de la Nación. La jubilatoria y la tributaria lograron ser votadas, la reforma laboral quedó archivada en el cajón de algún diputado/a.
Pero como todo, esta marcha tiene su historia previa. El 30 de noviembre el Senado votó la reforma jubilatoria que impuso dos modificaciones esenciales: elevó la edad jubilatoria en forma voluntaria para aquellos trabajadores/as que lo quisieran y estableció una nueva fórmula y frecuencia de actualización de los haberes previsionales. Se estableció, por una parte, un mix compuesto en un 70% por la variación del Índice de Precios al Consumidor (costo de vida) y en un 30% por la variación de un índice de salarios formales (RIPTE) y, por otra parte, una actualización trimestral. Con esta nueva fórmula los jubilados perderían 23,5% en los dos años subsiguientes.
El 14 de diciembre se convocó a sesión a los diputados nacionales para darle sanción definitiva. Desde la mañana miles de trabajadores/as nos concentramos en las inmediaciones del Congreso Nacional para expresar nuestro repudio a semejante despojo. Fue una jornada nerviosa y movida en la que la presión de la calle y la unidad de la oposición parlamentaria lograron que se cayera la sesión y el intento de legalizar un amañado quórum que el oficialismo pretendió plasmar mediante diversas maniobras y diputruchos, pero que duró sólo siete segundos.
No obstante, en los días posteriores se convocó a una nueva sesión para el 18 de diciembre.
Fue un lunes caluroso y cargado de tensión. Centenares de policías de un lado y 500.000 personas del otro que llenaban las calles para hacer oír su reclamo. El inicio de la sesión se dilató hasta que, finalmente, el oficialismo logró el quórum y la posibilidad de sesionar.
La inmensa mayoría de los trabajadores/as cumplimos cabalmente la jornada de movilización y tuvimos una actitud firme, de oposición al proyecto de ley pero disciplinada. En un momento, se produjeron enfrentamientos frente al edificio del Congreso y comenzó una represión indiscriminada, a sabiendas de que las columnas de trabajadores/as no habíamos participado de los mismos. Se reprimió con saña, se utilizaron una cantidad inusitada de gases lacrimógenas que podían ser disparadas desde distancias mayores a las habituales y que tenían un mayor poder de penetración en la respiración de los/as manifestantes. Se persiguió a la muchedumbre a varias cuadras a la redonda y durante varias horas. Hubo decenas de detenidos y heridos.
Simultáneamente, en la Casa Rosada se realizaba una reunión entre el presidente de la Nación y los gobernadores en la que se anudaron cambios en la ley reforma tributaria o Consenso Fiscal que fue la herramienta pactada para presionar el voto a favor de los diputados necesarios para la aprobación de la resistida reforma jubilatoria.
No obstante, la bronca continuó y se realizó una mueva y multitudinaria marcha con cacerolazos durante gran parte de la noche para continuar expresando el rechazo mayoritario a la ley. Lo destacado de esta segunda marcha fue la cantidad de jubilados indignados que participaron de la misma. Nada alcanzó. El contubernio triunfó y, efectivamente, los jubilados/as perdieron 19% en 2018 y 4,5% en 2019 en su lucha desigual contra la inflación.
Como vivimos en Argentina podían suceder situaciones que empeoraran la situación de muchos jubilados/as y en 2020, pandemia mediante, eso ocurrió. Se inició el camino de los decretos y, hasta el momento, la pérdida alcanzó a un 7% más que si se aplicara la fórmula anteriormente resistida. Con la necesaria aclaración de que las jubilaciones mínimas fueron contenidas con varias sumas dinerarias adicionales para que el impacto fuera menor, se amplió la cantidad de remedios gratuitos y se generaron o ampliaron varios programas para atenuar la situación de necesidad que viven esos millones de jubilados/as. No es fantasía, es realidad argenta cien por cien.
Pero ese día, los trabajadores/as tuvimos un triunfo no menor. El oficialismo no pudo avanzar con la reforma laboral que pretendía redefinir el concepto de salario, reducir las indemnizaciones y limitar las posibilidades de accionar por las mismas, beneficiar a los empleadores que tuvieran trabajadores/as no registrados y reducir aportes patronales, entre otras perlas. La cantidad de manifestantes sorprendió a los mismos convocantes. Los trabajadores/as sabíamos que jugábamos varios partidos a la vez y, si bien, el resultado fue agridulce logramos frenar una ley laboral que hubiera perjudicado a varias generaciones y nos hubiera hecho retroceder décadas. Fue posible por el compromiso de 500.000 trabajadores/as que ejercimos el derecho de la defensa propia.
Combatir la economía informal, el trabajo no registrado y las tercerizaciones es el inicio para una reforma jubilatoria a favor de las mayorías trabajadoras. Consolidar una escala tributaria en la que no se castigue al consumo, al salario y a la producción es un comienzo para una reforma fiscal progresiva que pueda ser sostenida en el tiempo. Una nueva ley de Entidades Financieras que privilegie a la producción y no, a la especulación, es una señal de largada para un país mejor. Consolidar derechos y responsabilidades en el mundo del trabajo y castigar a quienes las evaden es signo de sentido común para cualquier intento de reforma laboral que tenga en el centro de gravedad a quienes hacemos girar la rueda de la economía y de la historia.
No es imposible, solo se requiere pensar en la comunidad, registrar correctamente nuestro lugar en el mundo y ser capaces de transformar el sacrificio colectivo en bienestar común. También, depende de nosotros/as.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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