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Efemérides 19 de Mayo

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Efemérides de la Semana de Mayo

La reunión que mantenían los patriotas desde el día anterior se mantuvo durante toda la noche. Evidentemente, la petición al virrey había caído en saco roto y las tensiones afloraban con toda su crudeza. La arriesgada jugada había comenzado y no había vuelta atrás.
En el complejo ajedrez del sector patriota existían divisiones notorias.
Un sector vinculado a Martín de Álzaga (héroe de la Reconquista, más tarde encarcelado en Carmen de Patagones por organizar una asonada para derrocar al virrey Liniers y, finalmente, retornado a Buenos Aires), comerciante español, antimonárquico y enfrentado a las ideas del libre comercio. Bajo ese ala se unificaban comerciantes vinculados a la vida económica cotidiana de la ciudad, funcionarios del Cabildo o el Consulado y algunos jefes militares y oficiales de regimientos de procedencia española. Larrea y Matheu eran otras caras relevantes.
Un sector liderado por Juan José Castelli, adherentes a las ideas de la Revolución Francesa y los filósofos ilustrados galos, proclives a la autonomía y a la innovación del sistema económico y político, librecambistas e inclinados a métodos revolucionarios para acabar con el régimen colonial impuesto. Algunos tenían relaciones con los denominados “tenderos”, criollos y británicos que abogaban por el libre comercio y la apertura económica. Otros abogaban por la implantación de un gobierno independiente bajo el paraguas de la infanta Carlota Joaquina, enfrentada en el exilio a José Bonaparte, mandamás francés en la ocupada España.
El grueso de sus integrantes eran los que se juntaban en las casas de Vieytes o Rodríguez Peña.
Y un sector liderado por Cornelio Saavedra, comandante del Regimiento de Patricios, que nucleaba oficiales y soldados de batallones criollos que habían participado en los combates contra los invasores ingleses y en la defensa de la ciudad y otras figuras vinculadas a ideas reformistas moderadas con rasgos conservadores. Martín Rodríguez, Juan José Viamonte, Juan Ramón Balcarce, Feliciano Chiclana y Joaquín Campana fueron exponentes públicos de esta corriente política.
Esa realidad variopinta modeló los avances y retrocesos experimentados en el proceso histórico inmediato y tuvo un mérito: la unidad para enfrentar al dominio español en estas tierras y sus ansias de ser libres.
Esa unidad es la que primó para que prosiguieran con el camino trazado. Esta vez encomendaron a Cornelio Saavedra y a Manuel Belgrano para comunicarle al alcalde de primer voto del Cabildo, Juan José de Lezica, una petición: que el Cabildo hiciera cesar al virrey en su cargo y que fuera reemplazado por un nuevo gobierno que emanara de la voluntad popular.
Lo mismo comunicó Juan José Castelli al síndico procurador Julián de Leyva.
Al mismo tiempo ocurrieron otros hechos poco conocidos pero relevantes.
Los soldados fueron acuartelados y se les proveyó de municiones donadas por el español Pedro Dorna. Además, soldados y oficiales cobraron un aporte dinerario extraordinario generado por sendos préstamos que realizaron Nicolás Rodríguez Peña y los hermanos Miguel y Matías Irigoyen.
Los acontecimientos se precipitaban lentamente pero sin solución de continuidad…

Ruben Ruiz
Secretario General 


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