El Centauro del Norte, único mexicano que invadió Estados Unidos
Un día como hoy pero de 1923 era asesinado José Doroteo Arango Arámbula, cuyo seudónimo era Pancho Villa, líder militar y campesino del norte mexicano e ícono de la cultura popular. Fue uno de los principales dirigentes de la Revolución Mexicana y fue parte de los innumerables conflictos agrarios en los estados de Chihuahua, Durango y la comarca lagunera.
Nació en 1878 en la hacienda de Río Grande (actualmente La Coyotada), San Juan del Río, estado de Durango. Fue un campesino pobre, huérfano, que trabajó desde pequeño y nunca fue a la escuela. También trabajó en la mina El Verde y como albañil en la ciudad de Chihuahua. A los 16 años tuvo su primer episodio con la muerte. Su hermana sufrió un intento de violación por parte de un terrateniente (aparentemente, Agustín López Negrete), él llegó al lugar y ajustició al atacante. Luego de ese hecho, tuvo que huir a las montañas.
Su existencia era paupérrima. Comenzó su periplo de bandolero. Hacia 1900 se aquerenció en el estado de Chihuahua, donde sus actos de bandidaje tuvieron tres objetivos: sobrevivir económicamente, enfrentar a los grandes terratenientes y dueños de las haciendas que abusaban de los campesinos al amparo de leyes injustas y distribuir parte de sus botines entre los más pobres. Su popularidad creció y la admiración popular también. Nacía Pancho Villa.
En 1910 conoció a Abraham González, representante político de Francisco Madero en Chihuahua, quien le enseño rudimentos de educación básica y algunos conceptos políticos. Madero era un político mexicano que se enfrentó al dictador Porfirio Díaz. El 20 de noviembre de 1910 hizo público su Plan de San Luis por el cual convocaba al pueblo mexicano a levantarse en armas contra la dictadura y prometía la devolución de tierras al campesinado despojado mediante la violencia consuetudinaria.
Pancho Villa se unió al maderismo. En la lucha armada se distinguió por su audacia, coraje y dotes de organizador. Actuó como jefe indiscutido en las batallas de San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo, Las Escobas y Estación Bauche y secundó a Pascual Orozco en la decisiva batalla y toma de Ciudad Juárez. Además, se apropió de los trenes y comandó las líneas férreas de la región mediante la cual transportaría grandes cantidades de tropas.
En seis meses desalojaron del poder a Porfirio Díaz. La importancia de las fuerzas norteñas fue crucial. Pese a la debilidad de las medidas tomadas por el maderismo, Pancho Villa se mantuvo leal al nuevo gobierno. Combatió en la División del Norte Federal que comandaba Victoriano Huerta (futuro traidor). Su conocimiento del terreno y su brillantez táctica lo enemistó con su comandante que lo acusó de robo y lo envió a las Penitenciarias de Lecumberri y Santiago Tlatelolco, en la ciudad de México.
Allí, conoció a Bernardo Reyes y a Gildardo Magaña Cerda, quienes mejoraron su instrucción general y lo introdujeron en las ideas agraristas. A fines de 1912 Pancho Villa se fugó, se dirigió al norte, emprendió la lucha contra Huerta que había usurpado el poder y ordenado el asesinato de Madero y su vicepresidente y se puso a disposición del gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, que había convocado a la rebelión. En septiembre de 1913, participó de la creación de la División del Norte del Ejército constitucionalista en la que fue nombrado general en jefe. A principios de 1914 tomó la ciudad de Ojinaga desde donde controló el noroeste del estado de Chihuahua.
A los pocos meses fue nombrado gobernador provisorio de Chihuahua, aunque en la práctica extendió su mandato y ejerció el poder cuando el presidente nombró a Manuel Chao como gobernador efectivo. Villa decretó el establecimiento del Banco del estado e imprimió billetes, intervino haciendas y abasteció el mercado de carnes con las reses expropiadas, abarató los precios del maíz y los frijoles, reemplazó a comerciantes corruptos por administradores honestos, asumió el gerenciamiento de los ferrocarriles y telégrafos, expulsó de la región a los españoles cómplices de Huerta, fundó más de cincuenta escuelas y reabrió el Instituto Científico y Literario. Su gestión política y la rapidez de los actos de gobierno impactaron profundamente en la población del estado y mejoraron la calidad de vida, no solo de los más pobres.
Finalmente, el constitucionalismo triunfó y Carranza fue elegido presidente provisional. No obstante, las diferencias ya se habían expresado en el transcurso de las acciones. Villa exigía la convocatoria de una Convención de generales y gobernadores revolucionarios para consensuar la celebración de elecciones y formular un programa de gobierno.
A finales de 1914, Carranza convocó a la convención de las fuerzas revolucionarias que comenzó en la ciudad de México y luego se trasladó a Aguascalientes. Hizo su aparición Emiliano Zapata junto a su Ejército Libertador del Sur y se conformó un tándem que fortaleció a Pancho Villa en la Convención de Aguascalientes. Allí firmaron el Pacto de Xochimilco en el que se establecían normas para la restitución de la tierra a los campesinos, se comunicó la negativa a disolver sus respectivos ejércitos, se desconoció la autoridad de Carranza y se convino elegir un presidente civil comprometido con la Revolución.
Villa y Zapata entraron a la ciudad de México e ingresaron juntos al Palacio Nacional con el presidente de la Convención, Eulalio Gutiérrez Ortiz. Contrariados, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, no aceptaron las decisiones de la mayoría convencional, huyeron a Veracruz y planearon el contrataque.
En poco tiempo afloraron las diferencias entre Emiliano Zapata y Pancho Villa. El Ejército Libertador del Sur y su comandante se retiraron hacia sus estados para no ahondar las discrepancias pero produjo un vacío de fuerzas que aprovecharon desde Veracruz. Obregón se dirigió a la ciudad de México y produjo cuatro derrotas consecutivas a las fuerzas villistas. Las ametralladoras provistas por los estadounidenses, los alambres de púas, el terreno impropio para la caballería revolucionaria y municiones defectuosas inclinaron la balanza. Villa y sus tropas se dirigieron hacia el norte.
Intentaron tomar Sonora pero fracasaron. Se instalaron en Chihuahua y desde allí operaron. En enero de 1916, un grupo de villistas emboscó un tren de la compañía “México North Western Railway” y ejecutó a 18 empleados estadounidenses de la compañía minera ASARCO. El 9 de marzo, 1500 hombres al mando de Ramón Banda Quesada, atacaron Columbus en territorio yanqui como represalia por el apoyo estadounidense al gobierno de Carranza y en busca del comerciante que les había vendido las municiones defectuosas.
Inmediatamente, el presidente de EE UU ordenó una acción punitiva al mando del general “Black Jack” Pershing (que luego comandaría las fuerzas en la Primera Guerra Mundial) y 10.000 hombres. Incursionaron 600 kms dentro de territorio mexicano en la persecución a Villa y su tropa, lo buscaron durante once meses infructuosamente hasta que se retiraron. Villa regresó a la región y continuó con sus acciones guerrilleras hasta 1920.
La guerra mundial implicó la escasez de armamento y municiones. El asesinato de Venustiano Carranza y la oferta del nuevo presidente de pactar la paz, convencieron a Villa de firmar los Convenio de Sabinas por los cuales abandonaba las armas y el gobierno le entregaba tierras por sus servicios a la Revolución.
Se instaló en la desolada hacienda de Canutillo (Durango). Con sus hombres, en poco tiempo, reconvirtió el lugar. Reconstruyeron el casco, los establos y las bodegas, dotó a la hacienda de líneas telefónicas y la transformó en una gran plantación de cereales. Construyó una oficina de correos y telégrafos. Fundó una escuela, exigió al gobierno un plantel de profesores, mejoró su salario y aseguró alimentación y ropa a los 300 alumnos de Canutillo y sus alrededores.
Pero la venganza política rondaría por Durango. El general Álvaro Obregón siempre consideró a Villa como un enemigo. Cuando llegó a la presidencia decidió conspirar para que se consumara su muerte. El 20 de julio de 1923 fue emboscado en Hidalgo del Parral cuando se dirigía a una fiesta familiar manejando su Dodge. Recibió 16 disparos de fusiles M-40 y M-50 y pistolas calibre 44, 45 y 50.
Vivió sin pedir permiso. Murió sin pedir clemencia. Su vida fue polvareda y vértigo. Nació en la miseria, creció en la necesidad y aprendió rudimentos políticos y militares en la práctica. Dirigió sus acciones hacia los desposeídos en tiempos turbulentos, crueles o de paz. Su figura sigue siendo un faro para una gran parte del pueblo mexicano. La cultura popular no se olvida de él. Pancho Villa sobrevivió a su muerte trágica. Los poderosos todavía se preguntan por qué…
Salú! Al “amigo de los pobres” como lo sigue llamando su pueblo y lo cristalizó John Reed en el libro México insurgente.
Ruben Ruiz
Secretario General