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Efemérides 21 de Diciembre – Thomas Sankara

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El líder africano que se enfrentó al neocolonialismo y la corrupción

Un día como hoy pero de 1987 fue asesinado Thomas Isidore Noël Sankara, militar, revolucionario marxista, teórico panafricanista y presidente de Burkina Faso que inició un proceso político inesperado en el continente negro. Su gobierno estuvo presidido por una lucha decidida contra la pobreza, por la autosuficiencia económica de su país, una confrontación implacable contra la corrupción y el patriarcado ancestral, una firme descolonización del pensamiento, la igualdad concreta de género, el respeto del medio ambiente, la revalorización de la cultura africana y el rechazo a la guerra como método.
En su continente se lo conoce y recuerda como “el Che Guevara africano”.
Nació en 1949 en Yaco, provincia de Passoré, Alto Volta (hoy, Burkina Faso). Hijo de Marguerite Sankara, de la etnia fulani y religión musulmana y de Sambo Joseph Sankara, de la etnia mossi, militar y de religión cristiana. Esa mixtura permitió que Thomas abrevara tanto en la Biblia como en el Corán y le daría una comprensión integral de conceptos, costumbres y movimientos enfrentados en muchos países de África. Transcurrió su primera infancia en Gaoua, una ciudad del suroeste de su país de mayoría étnica lobi donde había sido trasladado su padre.
Luego cursó sus estudios primarios en Bobo-Dioulasso, segunda ciudad en importancia y secundarios en el liceo Ouezzin Coulibaly de la misma ciudad. Se destacaba en las matemáticas y el idioma francés. A los 17 años ingresó a la academia militar de Kadiogo, en la ciudad capital: Uagadugú. Allí se encontró por primera vez con las ideas marxistas, anticolonialistas y antimperialistas de la mano del profesor Adama Touré. Cuatro años más tarde fue enviado a la academia de oficiales de Antsirabe (Madagascar) donde estudió historia y estrategia militar y adquirió nociones de agricultura (siembra, políticas de rindes, costumbres rurales). Leyó a Marx y Lenin y fue testigo de una masiva protesta de estudiantes malgaches que junto al resto de la población derrocaron al presidente de ese país.
Finalmente, realizó un curso en Marruecos (donde conoció a Blaise Compaoré, compañero de ruta y futuro verdugo) y fue enviado a capacitarse en la escuela de paracaidistas de Francia. En 1972 regresó a Alto Volta y participó de las acciones bélicas en la “Disputa de Agacher”, una franja fronteriza con Malí sin demarcaciones precisas. Su heroica actuación implicó un grado de popularidad inesperado. Además, se trasladaba en moto y era guitarrista en la banda “Tout-à-Coup Jazz”, lo que imprimió un inicial carisma entre la población.
En 1976 alcanzó el grado de comandante en el Centro de Entrenamiento de Comandos en Pô y en 1979 fue designado capitán y destinado a la División Operacional de Uagadugú. El país era dirigido por un gobierno de facto en cabeza del coronel Saye Zerbo y la crisis no tardó en llegar. Thomas Sankara formó, junto a Henri Zongo, Jean-Baptiste Boukary Lingani, Blaise Compaorè y otros jóvenes oficiales, la Agrupación de Oficiales Comunistas y entabló contacto con los sindicatos y organizaciones civiles. Su prestigio crecía y su prudencia lo sostenía.
El gobierno intentó cooptarlo y lo designó secretario de Estado para la información. Sankara fue a la primera reunión de gabinete en bicicleta. Denunció gradualmente y con firmeza la política antiobrera del gobierno y en poco tiempo fue encarcelado en la prisión de Dédougou. Estuvo encerrado seis meses. Su prestigió creció aún más. El pueblo se organizó ante la situación de inestabilidad cotidiana, se movilizó y en noviembre de 1982 se produjo un nuevo golpe de estado. Esta vez encabezado por los suboficiales y dirigido por el comandante y pediatra Jean-Baptiste Ouédraogo. Un dato novedoso en el convulsionado continente africano.
Nombró primer ministro a Thomas Sankara. El gobierno era timorato y el pueblo se impacientó. El crítico Sankara fue destituido y confinado a arresto domiciliario junto a sus camaradas Henri Zongo y Jean-Baptiste Boukary. El levantamiento popular fue irrefrenable. A la rebelión popular se sumaron las Fuerzas Armadas que depusieron al presidente. Tras cartón, Thomas Sankara asumió como jefe del Consejo Nacional de la Revolución y presidente.
Cambió el nombre de la nación. Su nombre definitivo fue Burkina Faso (Patria de los hombres íntegros) en clara alusión a su original lucha contra la corrupción. Puso un techo al sueldo de todos los funcionarios (en su caso solo cobró el salario de capitán), vendió los Mercedes Benz en que se trasladaban hasta ese momento y popularizó el uso del Renault 5. Prohibió los viajes aéreos en primera clase y obligó a los funcionarios a destinar un mes de salario a los proyectos públicos. En octubre definió a su gobierno como antimperialista y definió las prioridades: acciones anticorrupción sin cuartel, combate a la hambruna, masividad de la educación y salud pública, ampliación de derechos ciudadanos y reforestación y cuidado del medio ambiente.
Promovió la reforma agraria. Se prohibió a los jefes tribales el cobro de impuestos, la existencia del trabajo forzado y la potestad de tener tribunales propios. Se redistribuyeron las tierras feudales. Se iniciaron programas de irrigación y fertilización. Se impulsó el cultivo del trigo y algodón. En cuatro años se alcanzó la autosuficiencia alimentaria y se comenzó a industrializar el algodón en el país. Se crearon fábricas de ladrillos para construir viviendas en los barrios urbanos más pobres y se consolidó una política de infraestructura de servicios básicos.
“Produzcamos en África, fabriquemos en África y consumamos en África” fue uno de sus lemas.
Se construyeron centenares de escuelas y se ejecutó un plan masivo de alfabetización. La tasa de alfabetizados creció del 13 al 73%. Ejecutó una campaña de vacunación masiva contra la poliomielitis, la meningitis y el sarampión (se vacunaron 2,5 millones de personas en una semana). Fue el primer gobierno africano en reconocer la amenaza que suponía el VIH.
La reforestación no se presentó solo como una cuestión ecológica. Era una necesidad. Había que frenar la desertificación y las sequías y había que regenerar la existencia de árboles ya que la madera era la única fuente de energía. En quince meses se plantaron diez millones de árboles y se creó la Cosecha Popular de Viveros Forestales para abastecer a 7000 viveros comunitarios. Además, se apalancó en tres políticas públicas: contra los incendios forestales, contra el pastoreo de ganado expansivo y contra el corte de leña irresponsable.
Construyeron 700 kms. de vías férreas (especialmente hacia las minas de manganeso) sin ayuda económica extranjera. Un dato revelador de la posibilidad de no continuar endeudándose. La lucha desigual contra la deuda externa la llevó al plano internacional. Propuso la creación de un frente unido africano para rechazarla y medidas para financiarse.
Se enfrentó a prácticas ancestrales que tenían a las mujeres como víctimas: prohibió la mutilación genital femenina (ablación), el matrimonio forzado y la poligamia. Impulsó la participación de las mujeres en forma integral: las incorporó a la administración nacional y permitió su ingreso en las fuerzas armadas; impulsó un programa de retención escolar aún cuando estuvieran embarazadas, alentó a que trabajaran fuera de su casa y que los varones hicieran compras y prepararan comidas en esa disputa invisible por el uso del tiempo.
Las denuncias internacionales contra los monopolios y la presión financiera internacional, la denuncia de la venta de armas francesas a países en guerra, la insistencia en que se incluyera a Nueva Caledonia en la lista a territorios a descolonizar, su negativa a ingresar en guerras con otros países africanos y su posición pública al no pago de la deuda externa complicaron el frente externo. Una nueva y breve guerra en la franja de Agacher contra Mali en la que perdió territorio también fue un varapalo. La inflexibilidad ante una huelga de maestros (que significó 2500 despidos), la presión de los Comités de Defensa de la Revolución y la actuación unilateral de muchos Tribunales Populares Revolucionarios fueron el talón de Aquiles interno.
Ese combo alentó a la traición. Su compañero Blaise Compaoré la ejecutó. Lideró un cruento golpe de estado contra Sankara que fue asesinado junto a doce oficiales leales. La violencia inmovilizó al pueblo que estaba dispuesto a dialogar con su líder y exigir rectificaciones. El ejemplo de un pueblo que se autoabasteció y comenzó a crecer fue demasiado. El huevo de la serpiente una vez más apareció desde las sombras y los fantasmas coloniales se corporizaron.
Salú Thomas Sankara! Estás en los corazones de los africanos y africanas que no se resignan y luchan junto a tus hermanos Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Kwame Nkrumah, Amílcar Cabral, Modibo Keïta, Agostinho Neto, Samora Machel, Julius Nyerere, Kenneth Kaunda, Ruben Um Nyobé, Frantz Fanon, Marcus Mosiah Garvey, Henry Sylvester Williams.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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