Bernardo Houssay
Un día como hoy pero de 1971 nos dejaba Bernardo Alberto Houssay, médico, farmacéutico, docente universitario y premio Nobel de Medicina. Nació en Buenos Aires y fue el menor de cuatro hijos de una pareja de inmigrantes franceses, Alberto Guillermo Houssay y Clara Laffont.
Fue un niño y adolescente precoz. A los 13 años se recibió de bachiller en el Colegio Nacional Buenos Aires (promoción 1900). Un año después se inscribió en la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) pero como deseaba costearse sus gastos comenzó a trabajar de asistente en la farmacia del Hospital Francés; tardó tan solo tres años en graduarse. A continuación, comenzó sus estudios en la facultad de Medicina y a los 21 años fue nombrado profesor de Fisiología en la UBA (primero ayudante y luego jefe de trabajos prácticos) y estuvo a cargo del laboratorio de bioquímica. A los 23 años, se recibió de médico luego de hacer sus prácticas en el Instituto de Emergencias Psiquiátricas Alvear.
Antes de terminar la carrera, el decano de la Facultad de Agronomía y Veterinaria Pedro N. Arata, lo nombró provisoriamente en la cátedra de Fisiología de la Escuela de Veterinaria y al año siguiente ganó el concurso de profesor titular entre 33 candidatos que compitieron por ese cargo. En paralelo, trabajó en el Departamento Nacional de Higiene organizando el laboratorio de Fisiología Patológica donde estuvo a cargo de la preparación de sueros antiofídicos. Estudió los venenos de serpientes, arañas y escorpiones, publicó cerca de 50 trabajos y estableció la Red Nacional de Distribución Gratuita de sueros antiofídicos.
En 1919 ganó el concurso de profesor titular de la cátedra de Fisiología en la facultad de Medicina; desde allí, organizó el Instituto de Fisiología de la facultad y lo transformó en un centro científico de calidad internacional. Comenzó otra era en la medicina argentina. Transformó la clínica médica. Introdujo técnicas nuevas y precisas para la observación y para la aplicación del método científico en los estudios clínicos. Cambió el enfoque y la práctica y logró notables resultados.
Pero no todo fue trabajo académico. Hubo espacio para relaciones menos regladas, aunque cercanas al mundo del saber. En 1920 se casó con la doctora en química María Angélica Catán con quien coincidía en mantener un estilo austero de vida y con quien tuvo tres hijos, todos ellos médicos…
Y también hubo espacio para para disputas políticas. En octubre de 1943 fue cesanteado por el gobierno del general Pedro Ramírez, cuyo ministro de Educación Gustavo Martínez Zuviría (también conocido como Hugo Wast) y su interventor en la UBA, Tomás Casares, eran representantes del nacionalismo católico-hispanista. Las posiciones públicas de Houssay de enfrentamiento con esa visión respecto de la educación y la ciencia y respecto a la necesidad de apoyar a los aliados en la Segunda Guerra Mundial, le costaron caras: perdió sus cargos en la Universidad de Buenos Aires. Su última clase, en la que intercaló parte de su alegato político, fue escuchada por más de 2000 estudiantes y hubo una larga ovación.
No obstante, en 1944 fundó -en forma privada- el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) donde continuó con sus tareas de investigación en las áreas de endocrinología, nutrición, farmacología, patología experimental, glándulas suprarrenales, páncreas e hipertensión. En 1945 escribió su obra más relevante: Fisiología humana, reconocida mundialmente, traducida a varias lenguas y tomada como obra de consulta.
Su objeto de estudio permanente (más de 50 años) fue la hipófisis o glándula pituitaria. O sea, la glándula de control maestro del cuerpo humano. La que produce hormonas que regulan el crecimiento o la actividad sexual y las funciones de otras glándulas de nuestro organismo. Tiene el tamaño de un garbanzo y se aloja en la base del cerebro. Una sala de control minúscula y trascendental para nuestra vida.
Sus estudios minuciosos y sin solución de continuidad le permitieron descubrir que el metabolismo de los hidratos de carbono en la sangre está regulado por el lóbulo anterior de la hipófisis y que tiene una gran influencia en la distribución de la glucosa en el cuerpo.
Hasta ese entonces, no se sabía.
Este descubrimiento fue un avance enorme en la lucha contra la diabetes.
Por ese descubrimiento, Bernardo Alberto Houssay, junto a Carl Ferdinand Cori y Gerty Theresa Cori, recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947.
Fue asimismo, presidente de la Academia Nacional de Medicina, de la Sociedad Argentina de Biología y de la Federación Internacional de Diabetes. Desde 1934 hasta 1957 fue presidente de la de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias, precedente histórico de organismos de investigación técnica y científica junto al Conityc, creado en 1950.
En 1958 se creó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y su primer presidente fue Bernardo Alberto Houssay con el inestimable apoyo y la vicepresidencia de Rolando García, decano de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Ocupó ese cargo hasta su fallecimiento.
Su intenso trabajo docente y de equipo dejó una pléyade de discípulos que impulsaron la transformación de la salud en Argentina; Luis F. Leloir (que también recibió un Premio Nobel), Venancio Deulofeu y Agustín D. Marenzi en Bioquímica, Alfredo Lanari en Clínica Interna, Antonio Battro, Alberto Taquini, Eduardo Braun Menéndez y Juan Carlos Fasciolo en Cardiología, Alfredo Biasotti, Enrique B. del Castillo, Juan Reforzo Membrivez y Rodolfo Pasqualini en Endocrinología, Alfredo Pavlovsky en Hematólogía, Enrique Hug en Farmacología, Marcelo Royeren en Gastroenterología.
Científico pionero, servidor público eficaz, trabajador, riguroso, generoso, de personalidad firme, sembrador de conocimiento.
Salú Bernardo!! Por tus descubrimientos, tus enseñanzas prácticas, tu firmeza ante las adversidades e incomprensiones y por tu grandeza.
Ruben Ruiz
Secretario General