La chica del aire
Un día como hoy pero de 1965 nos dejaba Ellen Church, enfermera y piloto estadounidense, amante de la aviación, considerada la primera auxiliar de vuelo del mundo. Hoy esa profesión se denomina tripulante de cabina y tiene responsabilidades mayores que incorporan cuestiones de emergentología, seguridad y preparación del instrumental, entre otras.
Fue la primera auxiliar, no sobrecargo, un puesto de características parecidas e implicancias menores que había ocupado el alemán Heinrich Kubis en 1912 a bordo del Graf Zeppelin Schwaben, de la compañía DELAG.
Nació en 1904 en la localidad de Cresco, Iowa. Siempre soñó con ser parte del mundo de la aviación por lo que tomó clases como piloto pero se enfrentó a la negativa de su padre que lo consideraba peligroso. Cumplió con el mandato paterno y se recibió de enfermera. Su primer trabajo fue en el Hospital de San Francisco.
La casualidad quiso que en el trayecto entre su casa y su trabajo se encontrara la empresa aérea Boeing Air Transport (luego, United Airlines). Hasta esos momentos la tripulación en los vuelos comerciales la conformaban solamente el piloto y el copiloto. Originalmente, algunos servicios de atención a los pasajeros lo realizaban los hijos de los dueños de las compañías (era más una diversión que un trabajo) o el copiloto que abandonaba sus tareas relacionadas al manejo del avión.
Ellen, que ya poseía su licencia de piloto, se presentó en Boeing con el propósito de ser contratada. Encaró a Steve Simpson, directivo de la empresa, y solicitó ingresar. Simpson quedó sorprendido pero sabía que no la contratarían como piloto. Venía barruntando la idea de incorporar personal auxiliar para atender a los pasajeros, alivianar la tarea de los copilotos y mejorar la seguridad en los vuelos. Pero lo pensaba para varones; hasta había pensado una denominación: cabin boys. Sabía que las enfermeras tenían entereza y formación para afrontar situaciones difíciles. Pero también sabía que los directores eran reacios a contratar mujeres.
Ellen no se amilanó y le propuso a Simpson la idea de la incorporación de auxiliares de vuelo mujeres. Mantuvieron varias reuniones para pulir una propuesta convincente. Finalmente los directores cedieron. Ellen fue contratada por un período de tres meses bajo la condición de que encontrara otras siete enfermeras aptas para trabajar en el puesto de auxiliar. Los requisitos eran ser enfermera registrada, soltera, menor de 25 años, no superar un metro sesenta centímetros de altura y pesar menos de 52 kilos. El sueldo era de 150 dólares por 100 horas de vuelo al mes.
El primer equipo de asistentes de vuelo fue bautizado “The Original Eight” pero popularmente se las conoció como “The Sky Girls”. El 15 de enero de 1930 Ellen Church se transformó en la primera auxiliar de vuelo a bordo en un trimotor Boeing 80-A que unía Oakland-Chicago. El trayecto duró 20 horas, tuvo 13 escalas y viajaron 14 pasajeros. Tenía 23 años.
El piloto fue otro pionero de la aviación, Elrey Borge Jeppesen.
Ellen se encargaba de comprobar que los asientos estuvieran correctamente atornillados al suelo del avión, que se cumplieran las normas de sujeción de los pasajeros en los asientos, de ofrecer un refrigerio básico, de evitar que confundieran las puertas de los baños con la de salida, que no arrojaran las colillas de los cigarrillos, de calmar a quienes se pusieran nerviosos y atender a quienes se mareaban, de colaborar con la carga y descarga del equipaje, de dar cuerda a los relojes y ajustar los altímetros de a bordo, y, en muchas ocasiones, ayudar a introducir los aviones en los hangares.
El cambio fue notable y las aerolíneas comenzaron a contratar auxiliares de vuelo. Las “Sky girls” se convirtieron en azafatas o aeromozas según la costumbre de los países y su importancia creció. Ellen solo pudo trabajar durante 18 meses ya que un accidente automovilístico le impidió volver a volar.
Luego de su convalecencia inició su carrera de docente de enfermería en la Universidad de Minnesota. En 1942, en plena Segunda Guerra Mundial se alistó como voluntaria y fue incorporada con el grado de capitán al Servicio de Evacuación Aérea del Cuerpo de Enfermeras del Ejército. Contra todo pronóstico volvió a volar y a curar heridos. Fue condecorada con la “Medalla del Aire” por los servicios prestados en el norte de África, Sicilia, Inglaterra y Francia durante la conflagración.
Al volver de la guerra, retornó a su primera profesión y ocupó el cargo de enfermera directora en el Terre Haute Union Hospital de Indiana. Allí conoció a Leonard B. Marshall, director de esa institución, se casaron y convivieron hasta la muerte de Ellen. Paradójicamente, la primera auxiliar de vuelo del mundo falleció a causa de una caída mientras montaba un caballo. Pocos metros para toparse con la tragedia y recordar la fragilidad del ser humano.
Salú Ellen!! Por tu audacia, tu decisión y tu pertinencia para proponer la existencia de un puesto de trabajo que no estaba previsto para las mujeres y que demostró ser necesario y eficaz.
Ruben Ruiz
Secretario General