Primer libro impreso en el mundo occidental
Un día como hoy pero de 1455 se completó la primera impresión mediante el uso de una imprenta manual de tipos móviles de metal, cuya invención generó grandes avances en la cultura, la alfabetización, el desarrollo de las lenguas autóctonas, el acceso a la información, la circulación de ideas y la posibilidad de unificar y expandir con más fundamentos la crítica al poder político, económico y religioso.
El inventor de esta herramienta que masificó la publicación de textos fue el herrero, orfebre y editor alemán Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg, más conocido como Johannes Gutenberg, que había iniciado sus primeras pruebas en 1439 y avanzaba en su perfeccionamiento.
Desarrolló un método mediante el cual aplicaba tinta sobre moldes mecánicos que se traspasaba al papel con el uso de una prensa de tornillo. Inspirado en la prensa que utilizaban los romanos para obtener vino y aceite, ideó una adaptación que permitió aplicar una presión uniforme de la placa sobre el papel y tener una elasticidad suficiente para cada uso. Además, añadió una tabla móvil en la parte inferior para cambiar las hojas con mayor rapidez.
También trabajó con la galera de composición, una caja de madera que mantenía inmóviles las letras que luego se imprimían y creó un tipo de tinta específica para imprenta en base a aceites, adecuada para la impresión de calidad con moldes de metal.
Pero, quizás, el adelanto mayor fue el desarrollo de matrices de metal moldeadas a mano que permitió las impresiones móviles, el abaratamiento de las copias y el copiado en serie. Lo logró con la creación de dos elementos distintivos: una aleación de plomo, estaño y antimonio, fácilmente adaptable a la impresión, y el molde de mano para ajustar las matrices.
Existieron antecedentes en la historia de la impresión pero, en ningún caso, se alcanzó el grado de masividad en la producción de publicaciones que permitió la imprenta.
El uso de punzones en la civilización griega para hacer monedas, el estampado de sellos jeroglíficos sobre los objetos que usaba la civilización minoica (Grecia antigua), las impresiones sobre arcilla que realizaban los romanos, la serigrafía que utilizaron los egipcios para decorar pirámides, templos y murales o los pueblos nativos de las islas Fiyi sobre cáscara de banana o el uso de sedas laqueadas sobre papel para realizar dibujos por parte de chinos y japoneses. La xilografía utilizada en Oriente y que en Europa se empleó para la impresión de naipes, estampas religiosas panfletos o ilustraciones.
En rigor, el primer libro conocido con un método parecido a la imprenta fue Sutra del diamante, publicación china para la que se usaron piezas móviles de porcelana con caracteres tallados y marcados con tinta, que luego se aplicaron sobre papel de arroz. En Corea, durante la dinastía Koryo, se utilizaron tipos móviles de metal pero durante muy poco tiempo.
Gutenberg adaptó la tecnología conocida y la unió a la impresión en bloques de manera, al uso del papel y a la producción de nuevas tintas, de manera tal que creó un sistema de circuito completo, funcional, más fácil de utilizar que los existentes hasta ese momento y más económico.
La primera publicación se trató de La Biblia. Una obra maestra de impresión artesanal con letras góticas de color negro y con mayúsculas y encabezados adornados a mano de color rojo que compitió exitosamente con la caligrafía de los monjes, los escribas oficiales de la época.
Se imprimieron 180 ejemplares: 135 sobre papel y 45 sobre vitela (pergamino de superficie pulida y delgada de piel de ternero). Cada ejemplar tenía 1282 páginas y cada una de ellas tenía 42 líneas divididas en dos bloques. La mayoría de los libros fue encuadernada en piel de cerdo blanco.
También se la conoció como “La Biblia de los 42 renglones” o “La Biblia de Gutenberg”.
El tránsito para llegar a la impresión de estos ejemplares fue tortuoso. Gutenberg pidió un primer préstamo en 1448 para construir su taller. Otro más en 1449 para adquirir las máquinas que quedaron prendadas. En 1450 imprimió las primeras pruebas. Volantes de una hoja, calendarios, gramáticas breves, pequeños diccionarios. Todos de dudosa calidad. En 1452 se volvió a quedar sin dinero y recurrió al financista Johannes Fust, que primeramente le negó el préstamo y luego aceptó ser su socio. Delegó el control de los trabajos en su sobrino, Peter Schöffer, quien trabajó a la par de Gutenberg. Aprendió aceleradamente la profesión y cuidó los intereses de su tío.
Antes de completar la publicación de los ejemplares de la Biblia, Gutenberg reincidió en la falta de dinero. La imprenta quedó en manos de Schöffer, quien alcanzó acuerdos con altos cargos del clero europeo, inclusive con la Santa Sede, para que compraran los ejemplares. Gutenberg no alcanzó ningún rédito económico ni comercial pero su invento permitió la difusión exponencial de libros y publicaciones.
En 1465 El arzobispo Elector Adolf II von Nassau lo integró como sirviente de la corte y lo eximió del pago de impuestos y servicios. En 1468 se asoció al abogado Konrad Humery, que había comprado maquinaria de la imprenta de Gutenberg, y continuó su trabajo en una imprenta de Maguncia.
Desde 1400 hasta 1450, en toda Europa, se habían copiado a mano unos veinte mil libros. En los siguientes cincuenta años se imprimieron cerca de veinte millones de ejemplares. A fines de ese siglo se habían impreso entre 150 y 200 millones de libros. El impacto fue descomunal y sus consecuencias inmediatas. En 1500 comenzó una guerra civil en Alemania. Los impresores de Maguncia huyeron de la contienda y la difusión de la imprenta fue indetenible. Un solo ejemplo: Las 95 tesis, la lista de proposiciones de Lutero que dieron origen a La Reforma, tuvo 300.000 impresiones en solo dos años.
Posteriormente, vinieron sin solución de continuidad, los avances tecnológicos en impresión y reproducción. La litografía en blanco y negro y a color (aunque esta técnica se podría colocar en la categoría de estampado), la imprenta de alta velocidad (a vapor), la linotipia, las rotativas con procesos automatizados, la foto-transparencia, el offset, el mejoramiento de la serigrafía, la xerografía, la flexografía, el fotograbado, la fotografía electrolítica, las impresoras de sublimación, a inyección, de matriz de puntos, láser, digital, las tintas y libros electrónicos.
Pero la imprenta que permitió masividad a las publicaciones y libros empezó con el revolucionario invento de Johannes Gutenberg. Un hito notable en la historia de la humanidad, las ideas y la cultura.
Modificó el conocimiento, la educación, el pensamiento, la política, el debate público, las artes, la difusión de las teorías y las prácticas en todos los campos. Nos hizo menos ignorantes y más curiosos.
El saber escrito dejó de ser un bien exclusivo de los ricos y poderosos, el poder monolítico del oscurantismo quedó jaqueado, el acceso a la información de millones de personas fue una posibilidad concreta, el conocimiento de otras culturas y maneras de sentir y pensar fue un hecho. Abrió cabezas y corazones.
Salú Gutenberg!! Por tu capacidad para ensamblar mecanismos complejos, prestar atención a prácticas ancestrales e idear maquinarias precisas y por aplicar técnicas audaces que nos hicieron más libres, pacientes y reflexivos. Aunque a veces, no se note…
Ruben Ruiz
Secretario General