Matemático genial, ludópata empedernido
Un día como hoy pero de 1501 nacía Gerolamo Cardano, matemático, médico, filósofo, enciclopedista, estudioso de los juegos de azar y astrólogo. Fue autor de las primeras autobiografías modernas, el primero en describir las características de la fiebre tifoidea y el creador de novedosas técnicas para operar las hernias.
Nació en Pavía, en la región de Lombardía, Italia. Hijo ilegítimo de Fazio Cardano, abogado, profesor de Geometría en la Universidad de Pavía y amigo de Leonardo Da Vinci. Al nacer le concedieron pocas probabilidades de vida y para reanimarlo le dieron un baño de vino caliente.
Su infancia transcurrió en condiciones de extrema pobreza. Su amiga incondicional fue la matemática, producto de la influencia paterna a quien ayudó como asistente durante algunos años. En 1520 ingresó a la universidad de Pavía y comenzó sus estudios de medicina que finalizó en la universidad de Padua. Se recibió en 1525 con notables calificaciones. Durante esos años utilizó sus conocimientos matemáticos para aplicarlos al juego (especialmente dados y ajedrez) y de esa manera financiar sus estudios a costa de sus eventuales oponentes. Fue una ayuda inestimable para alcanzar su título pero incorporó la adicción al juego por el resto de su vida.
De hecho, en 1524, había escrito Libro sobre juegos y azar (que fue publicado muchos años después) en donde mezcló anécdotas de su experiencia como jugador, realizó consideraciones morales sobre el juego y sentó las bases de la teoría matemática de la probabilidad.
Se trasladó a Milán para matricularse como galeno pero el Colegio de Médicos le negó la admisión por su condición de hijo ilegítimo y su carácter intransigente y pendenciero. No obstante, logró ser contratado como profesor de Matemáticas en la Fundación Piatti de Milán. Estabilizó su economía y tuvo tiempo libre para practicar la medicina en forma clandestina. Su centro de operaciones fue Saccolongo, en la vecina región del Véneto. Sus eficaces prácticas fueron cada vez más reconocidas y logró una gran reputación que le permitió, finalmente, colegiarse como médico en 1539. Llegó a atender al Papa y al arzobispo escocés de Saint Andrews.
Ese año escribió Aritmética práctica y mediciones individuales en el que describió operaciones con números enteros, fraccionados e irracionales y mecanismos mnemotécnicos para la ejecución rápida de cálculos aritméticos en correspondencia con tendencias astrológicas. Esta obra fue completada con una guía llamada Tú cuentas menos en la que elaboró un sistema de cómputo que fue muy utilizado para transacciones y contabilidad mercantiles.
También fue admitido como profesor en la facultad de Medicina de la Universidad de Milán y al poco tiempo fue nombrado rector. En 1543 retornó a Pavía como médico prestigioso y fue nombrado profesor de medicina en la universidad de su ciudad natal.
En 1545 escribió Ars magna, la primera obra de envergadura especializada en álgebra durante el Renacimiento. En ella desarrolló el primer análisis completo de la solución de las ecuaciones de tercer y cuarto grado mediante radicales y enunció la ley de los grandes números. Otra novedad fue el uso de fórmulas que contenían raíces cuadradas de números negativos.
Fue Cardano quien introdujo el uso de la a, la b y la c en esta materia, que en la actualidad son de uso habitual. En ese contexto, tuvo una dura controversia con Nicolò Fontana, más conocido como Tartaglia, por la autoría de esas soluciones algebraicas publicadas en su libro y también con su ayudante, Ludovico Ferrari, por cuestiones similares. Duda molesta en su extenso currículum.
En 1550 publicó Sobre las sutilezas de las cosas, un esbozo de teoría del arte -junto a conceptos filosóficos y científicos- que vinculó con las percepciones humanas y en la que definió a la pintura, la escultura y el arte de la talla como las artes más acabadas en la búsqueda por descifrar la complejidad de las cosas que nos rodean y nos influyen.
Incursionó, además, en hidrodinámica. Inventó un mecanismo de suspensión, hoy conocido como cardán entre los fabricantes de automóviles y como estabilizador de las brújulas en los barcos, que permitía mantener la orientación de un eje de rotación en el espacio aunque su soporte se moviera. También se introdujo en la óptica. Aconsejó el uso de una lente oscura para mejorar la nitidez de la imagen: anticipo remoto de la fotografía.
En 1531 se había casado con una mujer llamada Lucía, con la que tuvo dos hijos y una hija. La falta de trabajo indujo a Gerolamo a reincidir en el juego con resultados desparejos. La consecuencia fue que debieron vender sus muebles y las joyas de su esposa para pagar deudas y terminar habitando en un asilo de beneficencia de Milán. Luego su suerte cambió, se asentó en su profesión y su economía repuntó. Sus libros se vendían profusamente y fue el médico más famoso de su época.
No obstante, la tragedia lo perseguiría. Primero fue el temprano fallecimiento de su esposa, y luego la ejecución de su hijo mayor en 1560 por el envenenamiento de su cónyuge y el encarcelamiento repetido de su hijo menor por diferentes delitos. La deshonra de ser el padre de un asesino fue creciendo en su ciudad. Por esa razón solicitó una plaza docente en la universidad de Bolonia, en la que ingresó en 1962 como profesor de matemáticas.
Fue una época de muchos enfrentamientos con sus colegas pero también muy productiva. Incursionó en la psiquiatría y publicó El libro de los sueños (1562), una creativa metáfora sobre la interacción de los fenómenos en el universo, teorías sobre la movilidad de las fronteras entre lo racional y lo irracional, el intento de aprehender el mundo hasta sus aspectos más ínfimos; todo contaminado y teñido bajo el manto de los sueños.
También publicó Libro de mis libros, una guía bibliográfica sobre sus pensamientos, preocupaciones e intereses y numerosas claves sobre el trabajo de la escritura, con opiniones sobre métodos y estilos. Y por último, Elogio de Nerón, una obra ambigua sobre el dictador romano e implacable perseguidor de los cristianos, que incomodó al poderoso clero. En 1570 completó su enfrentamiento con la iglesia al publicar el horóscopo de Jesús de Nazaret. La ira eclesiástica no se hizo esperar. Fue expulsado de sus cargos universitarios, su obra fue censurada, fue detenido y encarcelado bajo el cargo de herejía.
Pero hubo un clamor popular para liberar al médico más famoso del mundo occidental en ese momento. Esa presión hizo que las autoridades civiles y eclesiásticas lo rehabilitaran, decidieran olvidar los cargos, lo admitieran en el Colegio Médico de Roma y, a través del Papa, le concedieran una pensión vitalicia en compensación por los sufrimientos que le había ocasionado la falsa acusación de herejía.
Pero faltaba su último acto. Aficionado perpetuo a la cábala y a las predicciones, había pronosticado en su propio horóscopo que su vida acabaría antes de cumplir los 75 años. Afecto a cumplir ese cabalístico plazo, dejó de ingerir alimentos en sus últimas semanas y falleció tres días antes de la fecha estipulada por su rigurosa predicción. Suicidio consciente o demencia y egolatría por validar el acierto de su pronóstico. Difícil saberlo, inútil investigarlo. Amo y figura de su propio destino.
Salú Gerolamo!! Por tus inventos y creaciones, por tus opiniones precisas y polémicas, por tu primitiva ambigüedad humana que no intestaste ocultar, por tu curiosidad vital, por tu locura indescifrable.
Ruben Ruiz
Secretario General