José Antonio Balseiro
Un día como hoy pero de 1962 se despedía José Antonio Balseiro, uno de los más importantes físicos de la República Argentina.
Nació en la ciudad de Córdoba en 1919. Fue el cuarto hijo de Antonio Casimiro Balseiro, inmigrante español, y de Victoria Lahore, argentina, con ascendencia francesa. Cursó el secundario en el Colegio Nacional Montserrat donde se recibió de bachiller en 1938. Al año siguiente ingresó a la carrera del doctorado en Ciencias Físico-Matemáticas de La Plata gracias a una beca otorgada por la Universidad de Córdoba que no dictaba esa carrera.
Fue alumno del físico y escritor Ernesto Sábato en la cátedra de Teoría cuántica y relatividad. Se recibió en 1944 con una tesis sobre física experimental dirigida por el profesor Ramón Loyarte con el asesoramiento del profesor Héctor Isnardi. Ese mismo año fue designado ayudante de trabajos prácticos en Física y luego, encargado técnico de Rayos X.
A los pocos meses se trasladó a su provincia natal donde trabajó en el Observatorio de Córdoba en temas de física teórica bajo la dirección del físico austríaco Guido Beck, que sería su maestro en las ciencias. En 1947 fue convocado nuevamente por la Universidad de La Plata donde asumió la titularidad interina de la cátedra de Física Matemática (como profesor de Trabajos de Investigación en Física), cargo al cual renunció para que el famoso físico alemán Ricardo Gans, recientemente retornado a la Argentina, asumiera la titularidad de la cátedra. En 1948 fue designado profesor titular de Trabajos Prácticos de Física.
Ese año se casó con la profesora y tenaz promotora de la educación pública María Mercedes Cueto, “Covita”, con quien tuvo cuatro hijos/as. En 1950 logró una beca del Consejo Británico para trabajar en temas relacionados a la física nuclear. Lo magro de la beca y la situación de reconstrucción en que se encontraba Europa determinaron que su esposa y su primera hija debieran permanecer en Buenos Aires.
Al año siguiente representó a la Asociación Física Argentina en el Congreso Internacional de Física y en la Reunión de la Unión Internacional de Físicos. En julio de 1952 fue convocado de urgencia por el gobierno argentino para integrar la Comisión Investigadora del Proyecto Huemul, liderado por el misterioso físico austríaco Ronald Richter quien había persuadido al presidente Perón de que se podía obtener energía por el proceso de fusión controlada.
El informe presentado por Balseiro, Mario Báncora y otros científicos en septiembre fue demoledor; en su párrafo final expresaba: “En virtud de las constataciones y consideraciones que preceden, el suscripto se considera autorizado para afirmar que no existe un fundamento científico serio en las afirmaciones del Dr. Richter de haber logrado una reacción termonuclear controlada, lamentando profundamente el haber tenido que llegar a esta conclusión”. El engaño se pudo develar y el proyecto se anuló.
Simultáneamente, Balseiro ganó el concurso como profesor titular de la cátedra de Física Matemática y, posteriormente, fue designado director del Instituto de Física en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA; en 1953 fue designado director general del Ministerio de Asuntos Técnicos de la Nación. Desde ese cargo y junto a Mario Báncora impulsaron la creación del Instituto de Física de Bariloche, proyecto que avanzó lenta pero firmemente.
En 1954 ingresó a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Participó del Primer Curso de Verano sobre Reactores y Física Teórica a cargo del profesor Alberto González Domínguez que se realizó en Bariloche y al año siguiente fue designado para dirigir el segundo curso junto a otro curso para profesores de física auspiciado por la UNESCO.
El 22 de junio de 1955 se firmó el acuerdo entre la CNEA y la Universidad de Cuyo y nació el Instituto de Física de Bariloche en parte de las instalaciones que habían sido cerradas del extinto Proyecto Huemul, en el lago Nahuel Huapi. Su primer director fue José Antonio Balseiro que, además, tomó a su cargo la cátedra de Electromagnetismo. En 1958 se graduó la primera cohorte de licenciados en Física y pocos meses después se presentó en la Universidad de Cuyo, la primera tesis de un egresado del Instituto, Leo Felicov, dirigida por el propio Balseiro.
Hoy, el Centro Atómica Bariloche-Instituto Balseiro (tal, la actual denominación) tiene unos 100 alumnos, 60 graduados y los Departamentos de Investigación Básica, de Investigación Aplicada y de Ingeniería Nuclear. Su producción científica tiene reconocimiento internacional y se publica en revistas con referato y firma contratos con empresas de la industria referidos a desarrollos de punta e ingeniería no convencional.
En 1959 fue elegido presidente de la Asociación de Física Argentina, cargo en el que fue reelecto en 1961 y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba y de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de Buenos Aires.
Perseverante, inteligente, terco, capaz, profesional de la persuasión y el estímulo por la ciencia.
Salú Balseiro! Por tu sabiduría como científico, tu constancia como docente inspirador y tu eficacia como funcionario.
Ruben Ruiz
Secretario General