Primera expedición argentina al Polo Sur.
Un día como hoy pero de 1965 comenzó la primera expedición terrestre argentina al Polo Sur bajo la conducción del coronel de caballería Jorge Edgar Leal. Se denominó Operación 90, por la latitud de 90 grados en que se encuentra el Polo Sur. La travesía duró 66 días y transitaron 2982 kms. hasta su definitivo retorno el 31 de diciembre de ese año.
La operación comenzó a ser concebida en 1963, luego de conocerse los resultados de la expedición aérea que anevizó en el Polo Sur el 6 de enero de 1962. El objetivo fue consolidar la presencia nacional en los confines de nuestro territorio, afirmar la soberanía sobre la Antártida Argentina que nos correspondía por tratados internacionales y realizar estudios geológicos, gravimétricos y meteorológicos que ayudaran a entender un poco más la vida en el mismísimo fin del mundo.
La expedición partió de la Base Belgrano con el coronel Leal, el capitán Gustavo Adolfo Giró Tapper (jefe de las tareas científicas), el suboficial principal Ricardo Bautista Ceppi, los sargentos ayudante Julio César Ortíz, Alfredo Florencio Pérez y el sargento primero Jorge Raúl Rodríguez como mecánicos, los sargentos primero Roberto Humberto Carrión y Adolfo Oscar Moreno como topógrafos, el sargento primero Domingo Zacarías como especialista en Comunicaciones y el cabo Oscar Ramón Alfonso como patrulla.
Previamente, entre el 19 de enero y el 2 de abril de 1965, Giró Tapper cumplió las órdenes recibidas de jalonar el camino a transitar hasta el Paralelo 82 y establecer una base secundaria de operaciones para hacer posible la llegada al Polo Sur. Con 14 expedicionarios, un avión con patines, nueve vehículos a oruga y dos jaurías de perros polares lograron marcar la ruta, mover 110 toneladas de provisiones y 9 toneladas de materiales, construir la base -a 420 kms. al sur de la Base Belgrano- que fue inaugurada el 2 de abril bajo el nombre de Base de Avanzada Científica Alférez de Navío Sobral y constituir una primera dotación de cuatro hombres. La misma estuvo formada por el teniente Adolfo Eugenio Goetz, el sargento ayudante Julio César Ortiz, el sargento primero Adolfo Oscar Moreno y al cabo primero Leonardo Guzmán.
Ese 26 de octubre a las 10 de la mañana partió la expedición con 6 Snowcat con trineos de arrastre, cielo nublado y enormes sastrugis, profundos surcos provocados por el viento en la superficie del hielo; la precedía una patrulla de cuatro hombres con trineos tirados por 18 perros que confirmaron el jalonamiento con lanzas de caballería, la Patrulla 82. Ambos grupos se reunieron el 4 de noviembre en la Base Navío Sobral. La temperatura era de 33 grados bajo cero.
Allí, se encontraron con el grupo de apoyo logístico y radioeléctrico formado por el teniente Pedro Acosta (jefe del grupo) y los sargentos primero Carlos Bulacio (que permaneció en la Base por una importante herida en la mano) y Hugo Britos. También realizaron tareas de mantenimiento en los vehículos y en los trineos que estaban bastante deteriorados porque el tramo había sido más duro de lo previsto.
El 18 de noviembre la expedición se separó de la Patrulla 82 (en realidad habían llegado hasta los 83,2 grados de latitud sur) que había cumplido su misión de avanzada y quedó realizando tareas de cartografía y geología en el cordón Santa Fe. El coronel Leal y sus hombres avanzaron hacia el objetivo. En el camino se rompieron dos trineos; reubicaron la carga y dejaron un Snowcat como depósito de combustible para el trayecto de vuelta. La situación se agravó. La temperatura se acercaba a los 40 grados bajo cero.
Decidieron armar un campamento a 1900 m de altura para reparar patines y reforzar la estructura de los trineos con soldadura autógena. Aumentó el viento y la nevisca. Le pusieron nombre al campamento improvisado: Desolación. Un indicio del estado de ánimo imperante. Tardaron dos días con las reparaciones y continuaron viaje. Desde los 86 grados los sastrugis fueron más agresivos y altos. Llegaron a los 88 grados de latitud sur. Sintieron la fragancia de la victoria, solo restaban 200 kms. El 8 de diciembre llegaron a los 2650 m de altura. El terreno se hizo más amigable. Empezó el último tramo. Tras 28 horas de marcha -el 9 de diciembre- estimaron encontrarse a 45 kms del Polo Sur y de la base Amundsen-Scott instalada allí por EE UU. El 10 de diciembre a las 10 horas alcanzaron el objetivo. El coronel Jorge Leal con su Snowcat Salta y la tripulación de otros dos tractores pisaron los 90 grados de latitud sur. Improvisaron un mástil con una torre de antena e izaron la bandera argentina. Emoción y orgullo por definir nuestra presencia en el emblemático límite austral argentino del territorio antártico. Son emociones que no se empardan.
El regreso fue más amigable. El camino estaba jalonado por los depósitos dejados en su momento y los mojones firmemente amarrados al terreno. El 31 de diciembre de 1965 llegaron a la Base Belgrano, lugar en que se inició la hazaña. Días después, regresaron al continente y fueron recibidos como héroes.
Ya todos y todas sabíamos donde terminaba el punto más austral de nuestra inmensa Patria.
Salú muchachos!! Por su intrepidez y patriotismo, por encontrar las coordenadas correctas en el enorme desierto blanco, por mirar al otro lado del globo terráqueo bajo la celeste y blanca.
Ruben Ruiz
Secretario General