Inauguración del Ferrocarril del Oeste
Un día como hoy, pero de 1857 fue inaugurado el Ferrocarril del Oeste (actual Ferrocarril Sarmiento) y se dio inicio, así, a la actividad ferroviaria en Argentina. Era un sábado soleado en la ciudad de Buenos Aires y, puntualmente, a las 13 horas partió el primer tren encabezado por la locomotora La Porteña. El trayecto de casi 10 kilómetros se iniciaba en la Estación del Parque (donde actualmente se encuentra el Teatro Colón) y llegaba hasta la Estación La Floresta (en el actual barrio del mismo nombre) y su duración era de media hora. Un dato para recordar: los viajes a caballo, en carruajes o en carreta demoraban seis horas para realizar el mismo tramo…
Al día siguiente comenzó el servicio público regular tarifado: $10 en coches de primera clase y $5 en segunda clase (coches descubiertos). De Estación Parque a La Floresta partían a las 9, a las 12 y a las 15 horas. Desde La Floresta partían a las 11, a las 14 y a las 17 horas. Por esa razón, en esa fecha, se festeja el Día del Ferrocarril en nuestro país.
La empresa concesionaria que construyó el ferrocarril e inauguró el servicio fue la Sociedad Camino de Fierro de Buenos Aires al Oeste. Como el nombre era muy largo, los porteños la bautizaron rápidamente como Ferrocarril Oeste. Era un grupo de capitales privados que recibió un importante aporte financiero de la provincia de Buenos Aires, en ese momento separado de la Confederación Argentina. Fue de tal magnitud ese aporte que en 1863 el ferrocarril pasó a manos del Estado, pero la presión británica y el endeudamiento del estado argentino determinaron que en 1890 fuera nuevamente vendido a la empresa inglesa Buenos Aires Western Railway. Durante esos 27 años hubo dos rasgos distintivos: su puntualidad y las tarifas más baratas que los otros ferrocarriles ingleses.
La Estación del Parque ocupaba casi toda la manzana. Hacia la actual calle Libertad se encontraban las oficinas, el Salón de Pasajeros y la Plataforma (de 4 metros de ancho por 50 de largo). Sobre la actual Cerrito estaban los talleres. A efectos de obtener al agua para las locomotoras se construyó un aljibe de 500 metros cúbicos donde los aguateros volcaban el agua que traían del río.
El tren partía de la Estación hacia el oeste hasta la esquina de las actuales Talcahuano y Lavalle, por ésta hasta Callao donde hacía una curva por la actual Enrique Santos Discépolo hasta la avenida Corrientes. Continuaba por la avenida que nunca duerme hasta Pueyrredón donde viraba por Perón para ingresar al Mercado del Oeste (hoy Plaza Miserere) e ingresar a la Estación 11 de Setiembre que era de madera. Continuaba por un trazado paralelo a Bartolomé Mitre hasta Medrano y Lezica, donde se encontraba el Apeadero Almagro (también de madera).
Allí terminaba la ciudad y empezaba el Partido de San José de Flores en la Provincia de Buenos Aires. El tren seguía recto hasta la estación Caballito (actual calle García Lorca,) de madera y cartón, llegaba hasta la actual calle Caracas (Estación San José de Flores) y proseguía su trayecto hasta la Estación La Floresta (entre las actuales calles Joaquín V. González y Bahía Blanca).
Las primeras locomotoras fueron La Porteña y La Argentina, construidas por la firma británica Railway Foundry Leeds -subsidiaria de E. B. Wilson & Co-; llegaron a Buenos Aires el 25 de diciembre de 1856 junto a dos jóvenes ingenieros y maquinistas: John y Thomas Allan, oriundos de Liverpool, que estuvieron a cargo de la dirección de las tareas de montaje y puesta en marcha de las locomotoras y las obras civiles correspondientes a la construcción de la línea.
La primera prueba se hizo el 7 de abril, pero en el viaje de vuelta el maquinista entusiasmado aceleró la marcha, las vías no resistieron y descarrilaron sin que se produjeran víctimas. Finalmente, el 29 de agosto, La Porteña realizó el primer viaje.
Constaba de 4 vagones para 30 pasajeros cada uno y 12 vagones de carga que podían llevar hasta 5 toneladas de carga cada uno. Su maquinista fue el italiano Alfonso Covassi, quien había sido fogonero durante ocho años y maquinista durante un año en la compañía Strada Ferrata Leopoldina, de Toscana, Italia. Al llegar a la Estación La Floresta se congregó una muchedumbre que le dio la bienvenida y la empresa brindó un refrigerio a los pasajeros en “El Quiosco”, conocido restaurante explotado comercialmente por la firma Soldati y Maggiani. Postales de la época.
En 1858 el trazado se prolongó 8 kilómetros hasta Ramos Mejía, en 1859 hasta Morón y en 1860 hasta Moreno, completando 39 km. En 1866 llegó a Chivilcoy y en 1885 tenía los siguientes ramales: de Merlo a Lobos y Saladillo, de Luján a Pergamino y desde allí a Junín y San Nicolás; de Tolosa a Ensenada, La Plata y Ferrari (la actual Brandsen) y también a Temperley y a Cañuelas.
En 1871, con la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, se inauguró el tramo que se iniciaba en Bermejo (actual Jean Jaurès) y Av. Corrientes hasta la Estación Fúnebre, en la Chacarita de los Colegiales (predio en el que se instaló el cementerio). La Porteña era la locomotora de la pequeña formación de dos vagones y su maquinista era John Allan, quien fue abatido por la epidemia el 17 de abril de ese año.
La llegada del tren cambió la vida de esta ciudad de 170.000 habitantes en ese momento, revolucionó el uso del tiempo, mejoró las comunicaciones y la distribución de mercaderías, facilitó las exportaciones e impulsó la creación de una parte de la red de agua desde Recoleta al centro de la ciudad debido a la necesidad de la empresa de utilizar el fluido para las locomotoras.
Tiempo después se empezó a escribir otra historia decadente que nos trae al ferrocarril actual. No obstante, ya nada fue igual en la ciudad de Buenos Aires y sus zonas aledañas.
Salú Ferrocarril Oeste!! Fiel habitante de nuestro país, testigo privilegiado de nuestras idas y venidas.
Ruben Ruiz
Secretario General