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Efemérides 28 de Junio

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Juan José Saer

“El narrador que perseguía la poesía*
Un día como hoy pero de 1937 nacía Juan José Saer, escritor y poeta argentino, considerado una de las más relevantes plumas argentinas y latinoamericanas que fue un innovador de la ficción contemporánea y mixturó con maestría lo cercano y lo universal. Sus obras fueron traducidas al francés, inglés, alemán, italiano, portugués, neerlandés, sueco, griego, checo y japonés, entre otros idiomas.
Nació en Serodino, provincia de Santa Fe. Hijo de María Anoch y José Saer, inmigrantes sirios católicos que se dedicaban al comercio. Tenían un almacén de ramos generales. En 1948 se mudó con su familia a la ciudad de Santa Fe donde terminó sus estudios primarios y secundarios. Ingresó a la Facultad de Derecho de la UNL pero abandonó la carrera a los pocos años.
Trabajó como periodista en el diario “El Litoral” (donde debió renunciar por las repercusiones de su cuento “Solas”) y dictó clases de Historia del Cine y Crítica y Estética Cinematográfica en la Universidad Nacional del Litoral (UNL). En esa época tomó contacto con algunos escritores entre los que se destacaron los poetas Hugo Gola y Juan L. Ortiz que ejercieron gran influencia en su forma de escribir y en su acercamiento a la poesía. Entre 1958 y 1959 vivió en Rosario.
En 1960 publicó En la zona, libro de cuentos que se aquerencian en la topografía que conocía: las islas, la costa, una ciudad del Litoral, la llanura y se concentra en los gestos de sus personajes: la forma de conversar, de beber, caminar, reflexionar.
En 1962 se mudó con su esposa Bibi Castellaro a Colastiné Norte, un barrio costero de la ciudad santafecina, cruzando la Laguna Setúbal. Allí consolidó un espacio geográfico de su narrativa que fue continua en su obra y formateó con mayor precisión sus recurrentes personajes.
Nacieron: Palo y hueso un cuentario de personajes espesos, convivientes con la incertidumbre, fluctuantes. Realismo no convencional. Lectura exigente. Responso, novela en la que a través de narraciones mínimas y un personaje atribulado presenta un telón de fondo que muestra la realidad nacional (precariedad, autoritarismo, deterioro del individuo). Un mundo de percepciones para el lector/a curioso y paciente.
También publicó, La vuelta completa, relato de situaciones críticas para personajes que desean abandonar sus rutinas cotidianas (parejas, militancia, profesiones) y toman caminos donde lo que no abunda es la certeza y Unidad de lugar, considerada una obra de culto, donde la pérdida, la memoria, las relaciones amorosas y las percepciones coexisten con notables descripciones de la geografía circundante: arvejales, dorados, sequía extrema, calor sofocante.
En 1968 ganó una beca de la Alianza Francesa y rumbeó para Francia. Parecía que iban a ser seis meses pero duró el resto de su vida. Trabajó como profesor de la cátedra de Estética en la Facultad de Letras de la universidad de Rennes hasta que se jubiló en 2002.
Al año siguiente publicó Cicatrices, historias cruzadas que abrevan en la adicción al juego, un asesinato marital, lo obsesión por una traducción y la fantasía de una relación con alguien más joven, la coexistencia del rumbo fijo en la vida de los personajes y la deriva. Desafío sobre cómo escribir más que sobre qué escribir.
Al año siguiente nació su hijo, Jerónimo, futuro músico y cineasta.
En 1974 publico El limonero real, quizás su novela más compleja. Relato del encuentro de una familia y vecinos del Paraná santafecino que se reúnen desde la mañana para festejar el fin de año. Pescado al mediodía y cordero a la noche. Layo, el personaje central, asume su papel de asador hostigado por dos ausencias: la de su hijo recientemente muerto y su esposa en duelo que se negó a participar del “banquete”. Ritual colectivo, luces y sombras, muerte y ausencia, densidad narrativa, escritura rigurosa.
Ese año sobrevino la separación de Castellaro y Saer. El deterioro de la situación política en Argentina y la lejanía con su hijo que vivía en París (él residía en Rennes) incidieron en su ánimo y producción. No obstante, inició una relación sentimental con Laurence Gueguén con quien se casaría y tendría una hija, Clara.
En 1976 publicó La mayor, cuentario que rinde culto al minimalismo narrativo, que disecciona gestos y movimientos mínimos, que se sumerge en la descomposición microscópica del tiempo y el espacio. Exasperante literatura con lejanos toques fantásticos. En 1977 publicaría su único libro de poemas: El arte de narrar, poemas 1960/1975. Beneplácito por la cadencia del verso, almacenamiento de recuerdos, inclinación por borrar las diferencias de los géneros literarios.
En 1980 publicó Nadie nada nunca, novela política no convencional. La sombra de la dictadura asoma en la trama. La llegada de un auto en la noche, la presencia de unos secuestradores, enigmáticos asesinatos seriales de caballos que asolan la costa, rememoración de un crimen y el ritual de violencia. Literatura oscura junto al río Colastiné. Prosiguió con ese estilo en Glosa, relato de un cumpleaños imaginario que los personajes van generando durante veintiún cuadras con versiones propias y aditamentos de amigos que se encuentran en el camino y que condice con finales trágicos homologables a los sufridos por militantes políticos durante la dictadura como el exilio o le suicidio con pastillas de cianuro.
En 1983 editó El entenado, novela sobre un grumete integrante de una expedición al Río de la Plata que es apresado por los colastinés y presencia una cantidad de actos salvajes que no se retirarán de su memoria. La contradicción sobre una tribu pacífica que una vez al año delira en una celebración de orgía sexual y canibalismo; sobre cómo salva su vida al ser adoptado y lo ocurrido con sus compañeros. La turbulencia de los actos, el papel de la memoria, la creación de los lenguajes, el peso de las costumbres. Fábula filosófica de alto vuelo.
Esta trilogía sobre el pasado se completa con La ocasión y Las nubes. Incertidumbre sobre la paternidad y soledad, en caso y relato desopilante sobre la locura y la razón en un viaje por la llanura pampeana en el irrumpen locos, prostitutas, gauchos y soldados.
De su prolífica obra, la última novela fue La grande. Recapitulación de recuerdos en la vida de varios personajes que se encuentran en la ciudad de Santa Fe y desgranan historias que los entrelazan. El regreso de “Willie” Gutiérrez a su ciudad natal y el encuentro con “Nula” es el disparador de historias que transitan durante siete días. La lentitud del tiempo y la extensión de los acontecimientos, el entrelazamiento entre pasado y presente, la minuciosidad en la descripción de los actos, son las marcas de los relatos que conviven con la lluvia, los zapatos embarrados o la destreza del paisano para eviscerar un pescado. Una agonía literaria sin final.
En junio de 2005 un cáncer de pulmón detuvo su pluma, su inventiva y su veta innovadora.
Salú Saer! Por haber internacionalizado el Litoral, sus personajes y su geografía con una escritura despojada de pintoresquismo, alejada de una miraba con enfoque urbano, con realismo costero.
Gracias por Carlos Tomatis, Ángel Leto, Washington Noriega, el Matemático, Barco, Fiore, Escalante, Rosemberg, “Pichón” Garay, personajes reconocibles de Santa Fe de la Vera Cruz…

Ruben Ruiz
Secretario General 


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