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Efemérides 02 de Enero – John Berger

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Un hijo de la clase trabajadora. Un hombre tranquilo. Un crítico de arte que nos enseñó a mirar

Un día como hoy pero de 2017 se despedía John Peter Berger, escritor, crítico de arte, pintor, historiador, guionista y cineasta inglés que se convirtió en uno de los grandes escritores de su generación y un extraordinario divulgador cultural con un compromiso social y político claro y lúcido.
Nació en 1926 en Hackney, al noreste de Londres. Hijo de Miriam Branson y S. J. D Berger, oficial de infantería durante la Primera Guerra Mundial. Desde los seis años estuvo en diferentes colegios pupilos. Luego, cursó estudios secundarios en el Saint Edward´s School, de donde se escapó a los 16 años con una decisión tomada: estudiar arte. Obtuvo una beca para estudiar en la Escuela Central de Arte de Londres hasta que en 1944 partió como soldado a la Segunda Guerra Mundial. A su retorno, logró otra beca otorgada por el ejército y continuó sus estudios en la Escuela de Arte de Chelsea.
Trabajó como profesor de dibujo de esa casa de estudios y, simultáneamente, escribió artículos en el semanario “Tribune”, bajo la atenta supervisión del escritor George Orwell. En 1951, ingresó como crítico de arte de la revista “New Statesman” en donde prosiguió con diversas colaboraciones durante diez años. En esos años toma contacto con el Partido Comunista británico e incorporó un estilo menos caótico a su intención literaria y más enfocado en determinados grupos sociales, cuya existencia comenzó a visibilizar y sus orígenes empezó a “descubrir”.
En 1956 decidió dejar la pintura y dedicarse plenamente a la escritura. Eran momentos críticos de la guerra fría y Berger concluyó que había cosas para decir. En 1958 se publicó su primera novela. Fue Un pintor en nuestro tiempo, obra sobre un pintor húngaro exiliado en Gran Bretaña que desaparece y cuya historia se revela a través de su diario personal encontrado por un amigo. Salió a la venta y retirada al mes por la fuerte presión ejercida sobre la editorial desde una fundación de abogados anticomunistas. A continuación publicó Algunos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible, su primera recopilación de críticas de arte_. Era una obra más atemporal. No la prohibieron.
En 1967 publicó Un hombre afortunado que narraba las historias de John Sassal, un médico que ejercía su profesión un pueblo rural y al que acompañó con su amigo fotógrafo Jean Mohr. La incorporación de imágenes fortaleció en gran forma el relato. Un libro sobre la importancia de una vida humana y la verdadera realidad de la medicina. Imágenes y descripciones precisas, pertinentes reflexiones del autor, citas de Gramsci, Piaget, Sartre y un intento formidable de innovación literaria.
Asfixiado por la vorágine londinense, el excesivo conservadurismo y su sensación de no pertenecer a ese entorno, se mudó a Ginebra. Visión periférica de varios fenómenos y tiempo para leer.
En 1972 compuso un programa emblemático para la BBC: Modos de ver, una serie de cuatro capítulos que marcaron a una generación de críticos de arte y aficionados a la pintura. Demostración práctica de que toda historia es contemporánea. Como él mismo relataba en la televisión respecto a las obras: “Vemos estas pinturas como nadie las ha visto antes y si descubrimos porqué, descubriremos también algo sobre nosotros y la situación en que vivimos”. Fue una serie impactante.
El mismo año recibió el prestigioso Book Prize por su obra G. Narración de autor que media en forma irreverente entre los personajes. Ofrece conceptos. Moldea circunstancias. Describe la alteración social que significó el fin del siglo XIX y el principio del XX a través de un extraño Don Juan que enamora mujeres y las libera de sus ataduras y, a la vez, devela desde la escritura, la decadencia de las aristocracias, la fuerza del imperialismo, las luchas proletarias, la aparición de los nacionalismos y su potencial violencia.
Al recibir el premio indagó la procedencia de los organizadores del evento y descubrió que su fortuna provenía del comercio de esclavos. Su acción inmediata, fue donar la mitad del efectivo al movimiento Panteras Negras, activo en la comunidad negra. La otra mitad la utilizó para publicar una nueva obra literaria que retrataba a los migrantes. El revuelo fue grande. Su tranquilidad fue mayor.
Su amistad con Alain Tanner lo acercó al cine. Ya habían filmado La salamandra en 1971. Tres años más tarde se animaron con _En el centro del mundo, que relata la relación entre un ingeniero y candidato político suizo que aspira a ser votado por quienes no tienen interés en la política y una camarera italiana, sus diferentes aspiraciones y un aire de intercambios aunque nada valioso cambie.
En 1976 filmaron Jonás, que cumplirá los 25 años en el año 2000, una película sobre las ilusiones y los fracasos del Mayo del ’68 y una alegoría al compañerismo y la vigencia de las acciones comunes, que mantiene la vitalidad contagiosa de sus imágenes y sonidos de un tiempo que fue hermoso, en que fueron libres de verdad, parafraseando a Sui Generis (pequeña licencia de El Pelícano) …
Junto al fotógrafo Jean Mohr volvieron a las andanzas y publicaron Un séptimo hombre, quizás el primer estudio sociológico sobre los migrantes europeos en su propio continente después de la Segunda Guerra Mundial y el papel central que cumple esa parte itinerante de la humanidad en la maquinaria económica. Una exploración minuciosa del mundo de los migrantes con fotos, dibujos, reportajes y poesías que transmiten verosimilitud y develan las aspiraciones, esperanzas, miedos y frustraciones que sufren en su lugar de origen y en el extranjero. Escritura e imágenes reveladoras. Energía desesperada en movimiento y transformación.
En ese momento, concluyó que no sabía nada respecto a los orígenes de los migrantes europeos ni de su modo de vida cotidiana. Se mudó, entonces, a un pequeño pueblo de los Alpes franceses. Vivió como un campesino. Sembró, cosechó, limpió pozos y cumplió con las costumbres del devenir de las estaciones del año. Su experiencia práctica en el campo y su capacidad de observación y traslación a la escritura dieron por resultado la trilogía De sus fatigas que describió el forzado tránsito de la vida rural a la urbana, la lenta pérdida de esa cultura amasada durante centenares de años y sus modos de resistencia. Son tres obras: La tierra puerca, Una vez en Europa y Lila y Flag.
El amor por ese estilo de vida, el tipo de narraciones, el valor de la memoria, la dureza de la vida diaria, las privaciones, las brutalidades, la desconfianza por el progreso y algunas constataciones de la pertinencia de sus sospechas, la cercanía inevitable del mundo industrial y las expectativas que genera, la migración juvenil y su inserción en la vida urbana. Un retrato agónico y sugestivo.
Continuó su producción literaria sin cesar. Publicó El tamaño de la bolsa o la historia de pequeñas formas de resistencia ante el poder económico, Hacia la boda, relato de fin de siglo XX con personajes imborrables, la presencia del sida y con un ciego griego como narrador de las historias que “escucha”, King, una historia de la calle, relato de los sin techo y vagabundos a través del relato de un perro callejero, en el que retempla su compromiso político y su perspectiva ideológica.
Y no abandonó su mirada crítica sobre el arte y las nuevas técnicas. Mirar, El sentido de la vista, Otra manera de contar, Entender una fotografía, Retratos, John Berger sobre los artistas y su inclinación a la inspiración o reflexión como en El cuaderno de Bento, Y nuestros rostros, mi vida, breve como fotos o Rondó para Beverly, homenaje póstumo a su esposa y sabia editora.
Humanista, perseguidor consecuente del sueño de libertad, igualdad y fraternidad, de mente abierta y sentidos alertas, inventor de un lenguaje propio y entendible, cultor de la esperanza, crítico lúcido.
Salú John Berger! Por enseñarnos a comprender que siempre miramos de una manera diferente, por mostrarnos que inventamos nuestra sensibilidad y que eso nos cambia, por recordarnos que somos parte permanente de la historia y sus consecuencias. Un digno integrante internacional de nuestra popular imaginaria…

Ruben Ruiz
Secretario General 


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