Día mundial de los Humedales
Un día como hoy pero de 1971 se celebró La Convención relativa a los humedales de Importancia Internacional en Ramsar, Irán, ubicada a las orillas del Mar Caspio. En ese encuentro, 18 naciones acordaron la firma del Convenio de Ramsar (en la actualidad lo rubricaron 170 países), cuyo objetivo fue la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo.
Entró en vigencia el 21 de diciembre de 1975 y se confeccionó una lista de áreas que incluyó diversos tipos de humedales: pastizales húmedos, esteros, pantanos, marismas, manglares, arrecifes de coral, turberas, ojos de agua, ríos, lagos, estuarios, deltas, bajos de marea, zonas marinas costeras, y lugares artificiales como estanques de peces, arrozales, embalses y salinas o salobrales.
En honor a esa Convención -desde 1997- se decidió conmemorar el Día mundial de los Humedales cada 2 de febrero. Continúa siendo el único tratado internacional para un solo bioma (grupo de ecosistemas que comparten características como el clima, la flora y la fauna).
El Convenio de Ramsar definió a los humedales como zonas de la superficie terrestre que están temporal o permanentemente inundadas de agua (dulce o salada), reguladas por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan. Esa cobertura líquida satura el suelo que se queda sin oxígeno y da lugar al nacimiento de los ecosistemas híbridos (acuáticos y terrestres).
Su característica esencial no es el agua sino la humedad que permite la vida de ecosistemas con gran diversidad de animales y vegetales. Un reservorio de vida.
Su importancia radica en que son filtradores naturales del agua (gracias a sus plantas hidrófitas que almacenan y liberan agua), regulan el ciclo del agua y el clima, contribuyen en el control de las inundaciones y sequías y a mitigar el calentamiento global (las turberas almacenan el 30% del carbono existente en el planeta), son proveedores de remedios naturales, grandes reservorios de aguas y, además, son lugares de intensa actividad turística natural.
La lista de los sitios Ramsar para proteger a los humedales consta de 2421 lugares en todo el planeta que cubren 255 millones de hectáreas en 170 países. Estos humedales gozan de una protección especial y en ellos se aplican planes específicos de uso racional. Los países que más sitios Ramsar tienen son Gran Bretaña (173) y México (142). El país que tiene más superficie bajo la protección Ramsar es Bolivia (148.000 km2); Canadá, Federación Rusa, Chad y el Congo tienen designados más de 100.000 km2 cada uno.
El primer sitio se creó en 1974 en la península de Cobourg, Australia.
Los sitios Ramsar más grandes que existen en la actualidad en el mundo son: Río Negro, en Brasil (120.000 km2) y Ngiri-Tumba-Mainbombe, en República Democrática del Congo y Golfo de la Reina Maud, en Canadá, con más de 60.000 km2 cada uno.
La República Argentina tiene 23 sitios Ramsar con una diversidad de tierras, fauna, flora y climas importante, distribuidos en 18 provincias que abarcan casi 6 millones de hectáreas.
Laguna de los Pozuelos, en Yavi y Reserva Lagunas de Vilama, en Susques (Jujuy); Parque Nacional Laguna Blanca, en Zapala y Parque Provincial El Tromen, en Chos Malal (Neuquén); Parque Nacional Rio Pilcomayo (Formosa); Reserva Costa Atlántica, en Rio Grande y Glaciar Vinciguerra y turberas asociadas, en Ushuaia (Tierra del Fuego); Laguna de Llancanelo, Malargüe y Reserva Natural Villavicencio, Las Heras (Mendoza); Bahía de Sambobombón y Reserva Natural Otamendi (provincia de Buenos Aires).
También en Lagunas de Guanacache, Desaguadero y del Bebedero, en el vértice que une las provincias de San Juan, San Luis y Mendoza; Jaaukanigás, depto. General Obligado y Humedal Laguna Melincué, depto. General López (Santa Fe); lagunas y esteros del Iberá (Corrientes); bañados del Rio Dulce y laguna de Mar Chiquita (Córdoba); Reserva Provincial Laguna Brava (La Rioja); humedales del Chaco, dtos. de San Fernando, 1º de Mayo y Bermejo (Chaco).
Además, en la Reserva ecológica Costanera Sur (CABA); lagunas altoandinas y puneñas en los departamentos de Antofagasta de la Sierra, Tinogasta y Belén (Catamarca); Palmar Yatay, Colón (Entre Ríos); humedales de península de Valdés (Chubut) y los Parques Nacionales Islas de Santa Fe y Pre-Delta en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos.
Brindan diversidad biológica, agua limpia y purificada, clima regulado naturalmente, turismo natural. Sus amenazas son el desarrollo indiscriminado de las industrias metalífera, la construcción inmobiliaria, el agronegocio, la acumulación de plásticos y desperdicios no biodegradables.
Deberemos encontrar un equilibrio entre la actividad humana, nuestras costumbres consuetudinarias y la sostenibilidad del medio ambiente. Es un desafío enorme y debemos extremar nuestra disposición a desarrollar nuevas prácticas de producción, de acumulación y de índole social si queremos seguir habitando nuestra casa común.
La conservación de los humedales no es una imposición o una utopía. Es una necesidad.
Lamentablemente, continúa cajoneado el proyecto de ley sobre “Presupuestos mínimos para la protección y recuperación ambiental de los humedales” que tiene consenso de las fuerzas política pero no es impulsado por ninguna de ellas. En medio de todos nuestros problemas sin resolver, será hora de preocuparnos más por este tema que puede ayudar a resolver parte de nuestros problemas y poner nuestro grano de arena para la generación de un medio ambiente sostenible.
Ruben Ruiz
Secretario General