Terremoto de San Juan
Un día como hoy pero de 1944, a las 20,52 horas, se produjo el terremoto de San Juan con epicentro en los alrededores de La Laja (departamento de Albardón), 20 kilómetros al norte de la ciudad de San Juan. Murieron aproximadamente 10.000 personas (nunca se supo el número exacto), se desmoronaron 13.000 viviendas y el 90% de la ciudad capital de la provincia quedó destruida. Tuvo una intensidad de 7,4 grados en la escala Richter (9 grados en la escala Mercalli), una profundidad de entre 11 y 16 kilómetros, y la zona de máxima intensidad abarcó unos 200 kilómetros. Fue el evento natural con más poder destructivo en la historia argentina.
Se conjugaron varios factores para semejante tragedia: la violencia del movimiento sísmico, la vulnerabilidad de las edificaciones (muchas eran de adobe pesado) y la ausencia de un código de construcción urbano y de prácticas constructivas pertinentes para un lugar que ya había sufrido otros sismos en 1804, 1894 y 1941.
También se registraron varios fenómenos de licuefacción y salida a la superficie de agua sulfurosa y arena que produjeron hundimientos del suelo y derrumbe de construcciones, agrietamiento de caminos, campos y terraplenes de las rutas, desacoplamiento de líneas férreas, roturas de canales de riego y modificaciones pasajeras del caudal de las aguas termales de la zona.
Inmediatamente se creó el Consejo de Reconstrucción, dependiente del Ministerio del Interior. Al inicio tuvo poderes de control sobre las construcciones en todo el valle, ejerció la función de policía técnica constructiva (controló cada plano, los cálculos de hormigón y las distintas etapas de la construcción de cada proyecto para su aprobación definitiva) y tuvo las competencias legales suficientes para ejecutar los planes de reconstrucción. Pero a partir de 1950 perdió poder, se transformó en un ente constructivo y se desligó de la obra pública mayor.
Las dos primeras medidas que se tomaron fueron: reconstruir las ciudades y pueblos en los mismos lugares de origen y erigir barrios de emergencia para alojar a quienes habían perdido sus viviendas. Así surgieron 25 barrios (Doctor Cumplido, Capitán Lazo, Enfermera Medina, Ramírez, Perlinger, Mecánico Mella, entre otros) por fuera del entramado urbano que estaba semidestruido. Eran construcciones precarias con estructuras y paredes de madera, techo de fibrocemento y zócalos de ladrillos que se levantaron gracias a las colectas nacionales, subsidios del gobierno central y a fondos propios de la provincia. Llegaron a erigirse 1500 casas provisorias sin agua potable y sin luz.
No obstante, en la ciudad algunos habitantes comenzaron espontáneamente un proceso de autoconstrucción con adobe de parte de sus viviendas en los patios de sus casas derrumbadas, acción que no fue detenida por las autoridades porque la consideraron una solución complementaria ante el panorama desolador que se vivía y la posibilidad concreta de ayuda rápida.
Hubo muchos chicos huérfanos y se generó una red de familias en todo el país que los adoptaron pero no los registraron formalmente porque no existían leyes de adopción. La solidaridad económica masiva no se hizo esperar. Se lanzó la colecta Solidaridad Nacional con San Juan y en pocos meses se recaudaron 30 millones de pesos (10 millones de dólares). El primer gran evento se realizó en el Luna Park el 22 de enero de 1944 en el que participaron Nini Marshall, Hugo del Carril, Libertad Lamarque, Alberto Castillo, Pepe Iglesias, el dúo Buono-Striano, Santiago Gómez Cou, Luisa Vehil, Pedro Quartucci, Enrique Muiño, las orquestas de tango de Juan D’Arienzo, Ángel D’Agostino, Ricardo Tanturi, Alfredo De Angelis, Aníbal Troilo y numerosos intérpretes de música folklórica.
Pero esa noche también ocurrieron dos hechos que influenciaron los acontecimientos políticos futuros. Fue el primer evento del coronel Juan Domingo Perón frente a una multitud -que lo reconocía como la cara visible de la colecta nacional- y se conocieron Perón y Evita, quien terminó siendo la organizadora e impulsora más decidida de dicha recolección de fondos.
En el plano urbanístico, hubo seis propuestas oficiales para reconstruir la ciudad, existieron varios decretos provisorios de ayuda a la provincia, se nombraron tres interventores solo en 1944, se aprobaron préstamos que muy pocos podían pagar por lo que las construcciones nuevas eran escasas y hubo confusión respecto a las definiciones sobre la estrategia a seguir.
En 1947 la reconstrucción tomó otra dinámica Se contrató como asesor urbanístico al arquitecto José Manuel Felipe Pastor y se elaboró un Plan Regulador y un Plan de Zonificación. Se aplicó la Ley 1122, mediante la cual los técnicos comenzaron a aprobar líneas de edificación en base a los planos de ensanche. Se convocó a numerosos profesionales de todo el país para elaborar proyectos y dirigir obras y se aceptaron diferentes conceptos arquitectónicos para acelerar los planes previstos. Además, en 1948 se sancionó la Ley 12.865 que acordó un subsidio a la provincia de San Juan -incrementado en varias oportunidades y que ordenó la ayuda para la obra pública.
El impulso fue grande. Entre 1948 y 1961 se construyeron 7794 viviendas en el Gran San Juan y otras 1930 en los departamentos afectados, 53 escuelas, 15 municipalidades departamentales, 20 comisarías, registros civiles, juzgados de paz, los bloques de edificios ministeriales y de la administración pública, la Dirección de Escuelas, la Catedral metropolitana, la biblioteca Franklin, la cárcel modelo, diques partidores. Se inició el Centro Cívico y se reconstruyó reiteradamente la Casa de Gobierno provincial.
En 1951 se generó el necesario Código de edificación con prescripciones edilicias para la zona afectada, otras para la ciudad de San Juan y zonas adyacentes, disposiciones para las excavaciones, demoliciones, construcciones y materiales a utilizar en las mismas, normas constructivas para garantizar la estabilidad, ordenanzas para el uso de toldos y publicidad estática, etc.
En 1956 se produjo otro gran impulso, esta vez centrado en el casco urbano. El decreto ley 773/56 se impuso un ritmo forzado de cuatro años para acelerar la reconstrucción. Se removieron miles de metros cúbicos de escombros, se demolieron parcial o totalmente 765 edificios, se canalizaron en forma subterránea las líneas de servicios públicos (luz, agua, gas, teléfonos y telégrafos), se implementó el alumbrado público fluorescente, se ensancharon cuatro avenidas por las que se accedía a la ciudad (Córdoba, José Ignacio de La Roza, Rioja y un tramo de la Guillermo Rawson), se plantaron miles de árboles -en una ciudad que habitualmente carecía de forestación en sus veredas-, se aplicó el sistema de acequias y se construyeron el Mercado y Feria de Abasto, el matadero y el frigorífico municipal.
Se erigieron también los Tribunales y la Corte provincial de Justicia, el Registro Civil y el de la Propiedad, la Dirección de Rentas, se inició la construcción del observatorio astronómico Félix Aguilar y se modernizaron las sedes del Banco Nación, de San Juan, Hipotecario e Industrial. Las diferentes visiones urbanísticas, intereses económicos contrapuestos y gestiones políticas encontradas hicieron que la reconstrucción fuera inacabada pero el empuje de la ciudadanía imprimió un ritmo -irregular pero efectivo- de concreciones que permitieron superar muchas consecuencias del cataclismo.
Salú San Juan!! Por tu fortaleza colectiva para recomenzar, por tu valentía ciudadana ante un desastre natural inesperado y letal, por la entereza moral de tu pueblo.
Ruben Ruiz
Secretario General