Hija de esclavos y primera mujer negra millonaria en EE UU
Un día como hoy pero de 1867 nacía Sarah Breedlove, alias Madam C. J. Walker, creadora de una empresa de productos cosméticos y descubridora del potencial económico de la comunidad negra estadounidense respecto al consumo de productos de uso personal.
Nació en Delta, Luisiana. Hija de Fue la quinta hija del matrimonio de esclavos formado por Owen Breedlove y Minerva Anderson. Sarah fue la primera hija que nació libre luego de que el presidente Abraham Lincoln firmara la Proclamación de la Emancipación. Su hermana, Louvenia, y sus hermanos mayores Solomon, James, Alexander y Owen, también eran esclavos y trabajaban junto a sus padres en la plantación Madison Parish.
Su madre murió cuando Sarah tenía cinco años y su padre cuando ella contaba con siete años. Huérfana, se mudó con su hermana Louvenia que se había casado con William Powell y trabajaban en otra plantación de algodón en Misisipi. No tuvo suerte. Su cuñado la sobreexplotaba. A los 14 años se casó con Moses McWilliams para huir de los maltratos y mudarse de la plantación. A los 17 años, tuvo su primera hija, Lelia. Desafortunadamente, dos años más tarde su marido falleció y la situación se volvió en extremo vulnerable.
Decidió mudarse con sus hermanos a San Louis, Misuri, donde trabajaban de peluqueros y barberos. Solo consiguió trabajo como lavandera por un dólar diario. No obstante, su disciplina ahorrativa le permitió enviar a su hija a una escuela pública. Una pequeña luz hacia el futuro.
Como el resto de las mujeres afroamericanas, Sarah sufría la caída del cabello y problemas en el cuero cabelludo debido a la mala alimentación, la falta de hábitos higiénicos por la escasez de agua corriente y la soda cáustica que se incluía en la elaboración de los jabones de tocador.
Consultó a sus hermanos, aprendió rudimentos sobre el cuidado del cabello, experimentó en forma casera con diferentes productos e ingredientes hasta que elaboró un ungüento que mejoraba la limpieza del pelo. Fue su primer intento y lo comercializó en el vecindario.
En 1894 se casó con John Davis. Fue un fracaso. Su nuevo marido era alcohólico y violento. En 1903 se divorció y comenzó a trabajar como vendedora de lociones y jabones fabricados por la empresaria afroamericana Annie Turnbo Malone. Continuó aprendiendo y experimentando diferentes fórmulas por cuenta propia.
En 1905 se mudó a Denver, Colorado, y trabajó como comisionada de ventas de los productos Malone y como cocinera para engrosar su débil economía. Hasta allí la siguió Charles Joseph Walker, un vendedor de publicidad para periódicos que la había conocido meses antes. Le propuso casamiento y aceptó. En ese tiempo, conoció al farmacéutico y empresario Edmund L. Scholtz, quien se ofreció a ayudarla para que creara su propia fórmula e independizarse.
La relación con su jefa se quebró. Enterada de que Sarah elaboraba productos similares a los que vendía, la acusó de robar su fórmula. Ella, contrargumentó que los productos que fabricaba se venían utilizando hacía décadas y que no tenía forma de conocer las fórmulas Malone.
En esas condiciones, renunció y se animó a salir al mercado con su propia marca. Fundó Madam C. J. Walker Manufacturing Company. Comenzó a vender sus productos puerta a puerta en la compacta comunidad negra de Denver. Su marido la asesoraba sobre publicidad en publicaciones de la comunidad afroamericana y ella entrenaba a sus vecinas para que aprendieran los secretos de la venta directa de las cremas que detenían la caída del cabello.
Abrió su salón de belleza y su escuela de aprendices. Un año después, designó a su hija Lelia como responsable de la venta por correo mientras ella viajaba por el sur y el este de EE UU para promocionar sus productos. En 1908 se mudó con su esposo a Pittsburg, Pensilvania, donde abrió su escuela de cultura de la belleza. En 1910 ya contaba con su propia fábrica en Indianáplis, un laboratorio y otro salón de belleza.
Había nacido Madam C. J. Walker. Para propios y extraños…
Su estilo de promoción y ventas era singular para la época. No solo se trataba de la potencia del producto que ofrecía sino que agregaba un plus nacido de sus propias vivencias. Hizo hincapié en rutinas de higiene muy prácticas, simples pero pertinentes consejos de belleza y argumentos para la elevar la autoestima femenina en una comunidad tan golpeada.
Tomó como modelo a la Asociación Nacional de Mujeres de Color y organizó a sus vendedoras en clubes locales y estatales. En 1917 realizó su primera conferencia anual “Culturistas de la belleza Madame Walker”, que transformó en un suceso nacional. Elaboró un sistema de marketing multinivel que le permitió llegar a diferentes públicos y regiones del país. Expandió su negocio fuera de las fronteras: Cuba, Jamaica, Haití. Panamá, Honduras, Costa Rica.
No olvidó sus orígenes. Ese mismo año abrió la convención del Sindicato de Culturistas del cabello Walker de EE UU, que terminó siendo el primer foro para mujeres donde se discutió sobre comercio y negocios. Formó parte del comité ejecutivo que organizó la Protesta de la Marcha Silenciosa: 8000 mujeres por la Quinta Avenida de Nueva York para protestar contra los linchamientos y exigir justicia. La marcha fue infiltrada, se produjeron disturbios y hubo 39 afroamericanos muertos. Llegaron hasta el despacho del presidente que hizo oídos sordos.
Aportó grandes sumas de dinero a las universidades para afroamericanos, realizó la donación más abultada hasta ese momento a la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP), contribuyó a la construcción de la Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes Afroamericanos, apoyó financieramente a orfanatos y residencias de ancianos de la comunidad negra, defendió los derechos de los soldados afroamericanos que pelearon en Francia en la Primera Guerra Mundial, realizó inversiones inmobiliarias en Harlem en las que asentó su escuela de belleza neoyorquina y el centro cultural La Torre Oscura, fue parte del comienzo de la movida cultural conocida como el Renacimiento de Harlem.
Contrató a Vertner Tandy, el primer arquitecto negro con título habilitante en el estado de Nueva York para construir su mansión y en su inauguración el destinatario de honor fue Emmett Scott, secretario Asistente de Asuntos de la Comunidad Negra del Departamento de Guerra de los Estados Unidos.
Había superado el millón de dólares de ganancias, conducía un Waverley (uno de los primeros coches eléctricos de la historia), pero la vida le reservó un nuevo desengaño: descubrió que su marido le era infiel. Se divorció sin dilación y decidió no casarse más.
Solo su problema de hipertensión la pudo doblegar. El 25 de mayo de 1919 se despidió.
Salú Sarah! Por tu capacidad en la órbita de los negocios predominantemente masculino y blanco, por tu habilidad para jugar con las pocas cartas que contabas en un mundo hostil, por influir en el movimiento de derechos civiles y por tu aporte al feminismo con sello afro.
Ruben Ruiz
Secretario General