Un día como hoy pero de 2004 nos dejaba Adolfo Castelo
Un día como hoy pero de 2004 nos dejaba Adolfo Castelo, periodista, conductor de radio y televisión, productor y humorista, que fue uno de los iniciadores de los programas radiofónicos nocturnos en nuestro país.
Nació en la ciudad de Buenos Aires, más precisamente, en el Hospital Rivadavia; fue el hijo de la portera, el que jugaba con la pelota de trapo por las calles de Palermo Viejo, el del colegio Don Bosco, el fanático de Boca por influencia de su hermano mayor, el pintor frustrado, el empedernido fumador, el que siempre se dormía tarde, el de eterno pelo blanco y voz ronca.
Comenzó en el periodismo gráfico; en las revistas Rico Tipo y Tía Vicenta en la que ingresó en 1957 como colaborador; si bien su intención era hacerlo como dibujante, Landrú que era el editor de esa revista, le propuso que escribiera notas de humor político. Su trazo artístico dejaba bastante que desear. Luego trabajó en la revista Primera Plana en donde perfeccionó ese humor tan particular que también obligaba a reflexionar.
A finales de esa década inició su periplo en la radio. Comenzó en Radio Libertad con el programa Las ventajitas, junto a Jorge Vaccari y Anselmo Marini (que luego condujeron Nucha Amengual y Carlos Beillard) y que según algunos analistas fue el primer programa radial de humor absurdo. A principios del ’60 se mudó a Radio el Mundo para conducir Bolsa de gatos, junto a Fernando Salas y tuvo una idea original: ocupar el horario de trasnoche. Así, comenzó en Radio Porteña un programa de media hora -con bastante éxito- que arrancaba a las 2 de la madrugada y por el que pasaron Quino, Aldo Cammarota y Julián Delgado, entre otros.
En 1977 condujo el programa Claves para bajar de la cama, junto a Fernando Salas, Federico Bedrune y un muy joven Alejandro Dolina en el que se mezclaba el sarcasmo, los personajes delirantes y el ridículo de muchas situaciones cotidianas. En ese programa Castelo creó el inefable personaje Washington Tacuarembó, mago oriental (en realidad, uruguayo) que generaba sombras chinescas para los radioescuchas. Fue un cambio en el humor de radio. Durante esos años hizo sus primeras armas en la televisión. Como conductor en Supershow infantil, con Berugo Carámbula y Gachi Ferrari, como productor de Cantaniño canta un cuento y como productor e integrante de Videoshow, en el que aparecía de espaldas sin dar sus datos al aire porque contaba “chimentos” políticos, teóricamente, confidenciales.
En algunas de esas experiencias entabló amistad con Raúl Becerra, con quien en 1982, produjeron el primer noticiero humorístico del país: Semanario Insólito, en el que participaron como conductores junto a Virginia Hanglin y Raúl Portal. Fue el antecedente de un programa más exitoso e icónico de nuestra televisión como fue La noticia rebelde que condujeron junto a Carlos Abrevaya, Jorge Guinzburg y Nicolás Repetto (al principio como movilero). Rompió con los códigos del humor televiso conservador, se animó a preguntar sobre temas que nadie tocaba y se emitían opiniones arriesgadas barnizadas de fino humor o filoso doble sentido.
Simultáneamente, Castelo convenció a Dolina para ocupar la medianoche de Radio El mundo con otro programa delirante: Demasiado tarde para lágrimas, en el que se realizaban partidas de dados en vivo, se escuchaban los tangos del maestro Gancé, convivían con la presencia de un hombre bala rebotando en el estudio, había lugar para la filosofía y la mitología. ¡¡Pardiez!!
Más tarde, fue productor e integrante privilegiado de Día D, programa de actualidad y denuncia sostenida contra el menemismo, conducido por Jorge Lanata y en el que trabajaron en diferentes momentos Marcelo Zlotogwiazda, Ernesto Tenembaum, Adrián Paenza, María O’Donnell, Maximiliano Montenegro, Reynaldo Sietecase y Martín Caparrós, entre otros.
Su curiosidad y capacidad de inventiva siguió poblando la radio, la televisión y la gráfica.
Generó, entonces, El ventilador, junto a Jorge Guinzburg, Carlos Ulanovsky y Gabriela Rádice, en Radio América; Turno Tarde con Nancy Pazos y Mirá lo que te digo junto a Luisa Valmaggia y Jorge Halperín en Radio del Plata, su segmento “El tiburón blanco” en el programa RH Positivo de Rolando Hanglin en Radio Continental, su participación en Rompecabezas en la Rock and Pop, su último programa televisivo en Canal 7: Medios Locos, en el contaba como panelistas a los/as jóvenes Marcela Pacheco, Gillespi, Mex Urtizberea y Gisella Marziotta y su última publicación: TXT, otra muestra de genialidad e innovación, que fue el prestigioso antecedente de la actual revista Barcelona.
En 2003, luego de un viaje por Galicia -la patria de sus padres- le diagnosticaron cáncer de pulmón que combatió exitosamente. Pero el esfuerzo a que se sometió, derivó en una insuficiencia cardíaca que produjo su muerte un día como hoy. Nos dejó sin poder disfrutar una nueva imitación del Coco Basile y sin la agudeza de sus opiniones y sus personajes fantásticos.
Salú Adolfo!! Por tu exquisito humor absurdo que nos hacía pensar, por tu presencia que irradiaba tranquilidad, por tu inventiva delirante y fresca, por tu crítica mordaz sin necesidad de alharaca, por tu aguda observación de la vida cotidiana que lograbas transformar en sonrisa.
Otro integrante de nuestra popular que lo ve llegar y se siente feliz de tenerlo en la tribuna…
Ruben Ruiz
Secretario General