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Efemérides 25 de Enero – Virginia Woolf

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Virginia Woolf

Un día como hoy pero de 1882 nacía Adeline Virginia Stephen, más conocida como Virginia Woolf, novelista, ensayista, escritora británica, una de las refrentes más destacada de la literatura moderna y vanguardista e ícono del feminismo internacional.
Hija de sir Leslie Stephen, historiador, crítico literario, editor y alpinista y de Julia Prinsep Jackson, modelo para pintores y editora. Ambos eran viudos (Julia tenía tres hijos al momento de su segundo casamiento) y la pareja tuvo cuatro hijos. Virginia fue la tercera de ellos.
En su casa imperaban el arte, la política y se vivía inmerso en un ambiente liberal. No obstante, los hijos varones fueron los que recibieron educación universitaria dado que se consideraba que las mujeres debían cuidar de su padre. Por esa razón, Virginia y sus hermanas no fueron a la escuela y recibieron educación a través de tutores. Creció en un ambiente ilustrado, rodeada de una inmensa biblioteca que le permitió conocer a los clásicos y gran parte de la literatura inglesa y donde las visitas de personalidades artísticas y políticas eran comunes.
Cuando tenía trece años sufrió su primer gran impacto emocional con la muerte de su madre que la sumió en una profunda depresión. Dos años después, la de su hermana Stella que había quedado al mando de la casa y, luego, la muerte de su padre, producto de un cáncer. Años después, se develó que, tanto Virginia como su hermana Vanessa, también habían sufrido abusos sexuales de sus hermanastros George y Gerald Duckworth durante ese tiempo.
Estos hechos traumáticos influyeron de manera significativa en sus depresiones recurrentes, cambios de humor repentino e intentos de suicidio. Problemas psicológicos que la acompañaron el resto de su vida.
Después de la muerte de su padre, se mudó con su hermana Vanessa y su hermano Adrian al barrio de Bloomsbury, frente al Botánico de Londres. Este lugar se convirtió en un lugar de encuentro de intelectuales y artistas que conformarían El Grupo de Bloomsbury, enfrentados a los valores de la clase media alta a la que ellos pertenecían, a la moral victoriana y al oscurantismo religioso. Fueron generadores de nuevos criterios éticos y estéticos que tuvieron gran influencia en las artes, la literatura, la crítica y la economía de principios del siglo XX y creadores de nuevas perspectivas respeto al feminismo, el pacifismo y la sexualidad.
Junto a Virginia Woolf participaron el escritor Edward Forster, el economista John Maynard Keynes, los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, la escritora Katherine Mansfield, el crítico de arte Clive Bell, el escritor Lytton Strachey, la pintora Vanessa Bell, el teórico político y escritor Leonardo Woolf, entre otros.
Virginia comenzó a trabajar en forma profesional desde el momento posterior a la muerte de su padre. Lo hizo en los suplementos literarios de Times y The Guardian y algunos periódicos locales. En 1912 se casó con Leonardo Woolf, quien renunció a su puesto de funcionario del Servicio Civil de Ceilán y se asentó en Inglaterra. En 1915 publicó su primera novela, Fin de viaje, en la que satirizó la vida social de principio de siglo en un imaginario viaje en barco a Sudamérica.
En 1917 fundó con su esposo la editorial Hogarth Press que tuvo como objetivo publicar obras a bajo costo, con edición limitada, de escritores conocidos o nóveles, temáticas no convencionales y traducciones de libros de literatura no inglesa.
En 1919 publicó Noche y día, obra en la que indagaba sobre la coexistencia de amor y matrimonio, la necesidad de casarse para encontrar la felicidad y escribió sobre su posición respecto al sufragio femenino. En 1922 publicó El cuarto de Jacob en la que describió al personaje de su obra a través de las impresiones que tenían sobre él las mujeres con las que se había relacionado y profundizó sobre la imagen de vacío que inundaba su habitación después de su muerte en la guerra. Con estas obras comenzó a romper el molde. Buscó independizar a los personajes del argumento central de la novela y ahondó en un nuevo estilo de descripción de ambientes y personajes.
En 1925 conmovió a la crítica con La señora Dalloway que transcurría solo en un día pero describía con minuciosidad la sociedad existente después de la Primera Guerra mundial, las limitaciones económicas y sexuales que sufrían las mujeres, la comercialización de la medicina, el atrevimiento del bisexualismo, la tragedia del colonialismo y los vaivenes políticos. En 1927 publicó Al faro en la que narraba dos días, separados por un lapso de diez años, en la vida de un matrimonio inglés que veraneaba en Escocia. Una reflexión sobre la vida de la gente en medio de una guerra, el poder de los recuerdos de la infancia, la transitoriedad de las relaciones adultas, la fortaleza emocional femenina.
Virginia Woolf había producido una ruptura con la literatura tradicional. La centralidad del monólogo interior de sus personajes, la conciencia como un proceso que fluye con mayor libertad que la atribuida hasta el momento, la búsqueda de una estética interior, el desvanecimiento de la importancia del autor respecto a sus creaciones, la novedosa descripción de los entornos y su vinculación con las lógicas internas y el entramado de recuerdos. Era lo nuevo y pisaba fuerte.
En 1928 publicó Orlando. Una biografia, un homenaje a su relación con la escritora y diseñadora Vita Sackville-West. Obra de gran influencia en la escritura de las mujeres y los estudios de género en la que se desgranaron temas tabúes en ese momento como el papel de la mujer en la sociedad, la sexualidad femenina, la homosexualidad. Es una novela que transcurre durante cinco siglos de historia inglesa, desde Shakespeare hasta la Primera Guerra, pasando por la revolución industrial, el colonialismo y los reinados de Isabel y Victoria. Una fantasía libre con un manejo notable de tiempo y espacio y un lenguaje literario accesible.
En 1929 escribió «Un cuarto propio». Hablaba de la capacidad creativa de las mujeres y las limitaciones concretas que sufrían, inventó a una hermana de Shakespeare para demostrar que -con las mismas cualidades- no era posible desarrollar su escritura a causa de esos limitantes, construyó una cronología histórica de esforzadas mujeres escritoras, develó el contraste entre la idealización ficcional de las mujeres escrita por los hombres y la realidad del dominio patriarcal y explayó su idea de que, “una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas».
Continuó su periplo literario con Las olas y Flush (una reveladora descripción de su dueño desde las vivencias de un perro), Los años y Entre actos, una reflexión sobre la transformación de la vida a través del arte y el impacto del paso del tiempo. En 1938 publicó Tres Guineas en la que aprovechó una carta imaginaria para describir diversos aspectos sobre la discriminación femenina, el derecho a tener la misma educación que los hombres y las mismas oportunidades profesionales.
Esta vitalidad literaria sobrevivió a sus diferentes estados emocionales e internaciones. Pero la Segunda Guerra mundial trajo aparejados otros acontecimientos. Estaba en una lista negra del gobierno nazi que iría en su búsqueda en caso de invasión, su casa fue destruida por los bombardeos alemanes a la isla, su biografía sobre la vida del pintor Roger Fry tuvo una pobre repercusión, su capacidad de trabajo estaba resentida y su estado psicológico deteriorado.
El 28 de marzo de 1941 se suicidó. Se vistió, se puso su abrigo, llenó de piedras sus bolsillos y se internó en el río Ouse. Su cuerpo fue encontrado tres semanas después y su esposo decidió incinerarlo y enterrar sus restos frente a un árbol en Rodmel, en el condado de Sussex. Se apagaba la vida de una escritora inusual, vanguardista, generadora de imágenes potentes y reveladoras.
Salú Virginia!! Por tu perseverancia para combatir los fantasmas, por tu defensa locuaz y práctica de la emancipación de las mujeres, por tu capacidad para crear mundos lejanos que nos hablan de lo que nos rodea (o nos persigue) y nos marca.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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