Dale gas

Un día como hoy pero de 1992 perdimos un pedazo de soberanía.
El gobierno menemista ejecutaba la traición que habían consumado los diputados/as en el Congreso meses antes.
No les alcanzó con las coimas y prebendas para que se votara la ley de privatización de Gas del Estado.
Necesitaron cinco «diputruchos».
Ese 28 de noviembre se acababa una historia de esfuerzo colectivo que había construido Nación, que había significado uso de recursos con sentido de Patria.
Cada gasoducto y cada red llevaba lo mejor de 10.000 trabajadores a millones de compatriotas.
La celeste y blanca se instalaba con fuerza y acercaba bienestar.
La llamita llegaba para quedarse.
Ese día se nos piantó un lagrimón y se nos estrujó el corazón.
Al día siguiente, hubo miradas duras y gestos adustos. La derrota sería cara.
Pero somos trabajadores/as y miramos de frente la realidad.
Empezaba otra historia.
Hacha y tiza para aguantar el chubasco y un compromiso no escrito: mantener la memoria y contar nuestra historia a quien quisiera oírla.
Ese día nació el boca a boca que se mantiene hasta hoy.
No es un elemento físico.
Es un sentimiento con historia colectiva, con recuerdos reales, con risas que perduran.
Las instalaciones en cada rincón del país, Mascardi, Las Grutas, Vacaciones Felices, el Club de Tigre, los viajes de turismo a las Islas Malvinas y la Antártida, cada 5 de Marzo.

A esa decisión de mantener una identidad, no hay con qué darle.

Nos une, nos da sentido.
No somos melancólicos/as.
Solo sabemos de dónde venimos y nos da orgullo.
Hoy, convivimos con compañeros/as que vienen de otros recorridos y otras visiones. A veces nos miran extrañados, otras veces se rien cómplices, en otras gana la incredulidad. Pero se va tejiendo una nueva red. Variopinta, heterogénea, llena de desafíos, de trabajadores/as que escribimos esta parte de la historia de la industria del gas natural.

A eso, tampoco hay con qué darle. Los poderosos no pueden evitar que nos transmitamos historia, soñemos juntos, nos organicemos para vivir mejor, querramos una Nación soberana y ser parte de un Pueblo feliz y consciente.

No olvidamos.
No nos resignamos a construir futuro.
No arriamos la celeste y blanca.
Nos sigue emocionando el símbolo de Gas del Estado.
Seguimos integrando » La Gran Familia de Gas».

Ruben Ruiz
Secretario General