Pionera en la creación del e-book
Un día como hoy pero de 1895 nacía Ángela Ruiz Robles, pedagoga, escritora, editora e inventora española que creó la enciclopedia mecánica, considerada la precursora del libro electrónico. Maestra de día, escritora de noche e inventora en sus ratos libres.
Nació en Villamanín, León. Hija de Elena Robles, ama de casa y de Feliciano Ruiz, farmacéutico. Cursó sus estudios superiores en Escuela de Magisterio de León, donde fue maestra de taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil entre 1915 y 1916. En esos años realizó su primera invención: un novedoso sistema taquigráfico que perfeccionaría tiempo después.
En 1917 la junta municipal de La Pola de Gordón, provincia de León, la nombró maestra y directora de la escuela del pueblo. Un año después, ganó en un concurso de oposiciones el cargo de maestra en la aldea coruñesa de Santa Uxia de Mandía, próxima a Ferrol, donde trabajó hasta 1928. Fue una experiencia inspiradora. Dio gran importancia a la educación metódica y práctica, al aprendizaje intuitivo o al uso de ilustraciones. Además, al terminar su jornada laboral se acercaba a la casa de los vecinos analfabetos y les impartía clases particulares en forma gratuita.
En 1934, fue designada en el cargo de gerenta de la Escuela Nacional de Niñas en el Hospicio de Ferrol, institución que integraba a los niños/as abandonados mediante la instrucción primaria y, especialmente, la educación musical. En 1945 dio clases gratuitas en la Escuela Obrera, en la que se enseñaban oficios vinculados a las actividades productivas de la ciudad y la región (pesca, astilleros y obras públicas).
En 1948 obtuvo el cargo de profesora de taquigrafía, ortografía, gramática y mecanografía en el Colegio Ibáñez Martín y, posteriormente fue su directora. Al mismo tiempo, fundó en su casa la Academia Elmaca, en la que formaba profesionalmente a jóvenes de ambos sexos que habían quedado desocupados a causa de la Guerra Civil Española o los ayudaba a preparar exámenes de ingreso en escuelas superiores.
Además, la institución se convirtió en un centro de encuentro vecinal donde se leían las cartas de los familiares emigrados a personas analfabetas, se organizaba la distribución de alimentos y se realizaban tertulias literarias, entre otras actividades. Por todo su trabajo pedagógico y social recibió la Cruz de Alfonso X el Sabio.
En 1944 presentó su segundo invento: un atlas científico-gramatical, que vinculaba gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética. Más tarde, creó una máquina taquimecanográfica.
En 1949, registró su primera patente (no. 190.968) que llamó “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”, su primer prototipo de libro digital para facilitar el aprendizaje de los niños y niñas, que la enseñanza despertara los sentidos y fuera amena, que disminuyera el peso de los libros que los estudiantes debían llevar y que incorporara el adelanto tecnológico, en ese momento identificado con el uso de la electricidad y los plásticos.
Nacía la Enciclopedia mecánica.
Aclaremos que en esa época a los libros escolares se los denominaba enciclopedias. Por eso hablamos de un dispositivo que en su parte izquierda tenía abecedarios en diferentes idiomas al cual se accedía ejerciendo presión sobre un pulsador que presentaba las letras con las que se formaban palabras, frases o se producían escritos. En la parte derecha estaban las asignaturas que el alumno/a podía elegir. Una novedad era que los temas de cada asignatura estaban separados y en diferentes placas que se mostraban en una pantalla que tenía aumento.
A modo de ejemplo. Si el alumno escribía la palabra “verso” se iluminaba el siguiente texto: “es una palabra que expresa las acciones”. Un primigenio anticipo de enlace hipertextual.
En la parte superior derecha existía una bobina con dibujos lineales y en la izquierda otra con figuras o adornos. En la parte inferior había una placa de plástico transparente e irrompible para escribir o dibujar. En el interior había un estuche para guardar las asignaturas utilizadas. Por último, las bobinas que permitían el desplazamiento de las placas eran automáticas, podían moverse fuera del estuche y desplegar toda la asignatura de manera horizontal o perpendicular. Sus piezas eran reemplazables y cerrado, ocupaba el tamaño de un libro común.
No obstante, careció de inversores para producirlo en escala. En 1962 mejoró su inventó e inscribió una nueva patente con el nombre de “aparato para lecturas y ejercicios diversos”. Simplificó el modelo anterior, suprimió los sistemas mecánicos de pulsación e iluminación, acopló las bobinas con los abecedarios, diferenció dos partes dedicadas al aprendizaje de conocimientos elementales (lectura, escritura y cálculo) con selección manual y al estudio de las asignaturas e incorporó diversos sonidos para diferenciar el guardado de bobinas, dibujos e instrumentos científicos.
Este segundo prototipo se construyó en el parque de Artillería del Ferrol (A Coruña) en bronce, zinc y madera. También se alcanzó a planificar un prototipo en colaboración con el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada, S.A. (ITEMA, S.A.) y se estudió la posibilidad de producir diez mil unidades. Pero nuevamente los inversores faltaron a la cita a pesar de que Ángela Ruiz Robles mantuvo al día el pago de las cuotas de la patente hasta su fallecimiento.
Desde el punto de vista editorial, publicó 16 libros entre los cuales se encontraban: Compendio de ortografía castellana, Ortografía castellana y Taquigrafía martiniana abreviada moderna, en honor a Francisco José Buenaventura de Paula Martí y Mora que introdujo la estenografía en España. Y para completar la “tournée”, expuso en decenas de charlas y convenciones su preocupación por la creación de herramientas que facilitaran el aprendizaje y lo hicieran atractivo y útil y enumeró infinidad de variantes prácticas para su ejecución.
Fue una adelantada en unir elementos técnicos y pedagógicos para generar mejores condiciones educativas. Fue una socia del adelanto tecnológico (contenidos actualizables, herramientas multidisciplinarias, información multimodal, portabilidad, enlaces textuales, facilitación de la escritura, incorporación de sonido).
En 1975 su cuerpo dejó de acompañar su empuje y ella guardó sus sueños e inventos en un lugar asequible para que alguien continuara la tarea. Vaya si la continuaron!
Salú Ángela Ruiz Robles! Por tu persistencia, por la pertinencia de tus apuestas educativas, por tu mirada de futuro en un tiempo donde las sombras estaban más presentes que las luces.
Ruben Ruiz
Secretario General