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Efemérides 30 de Mayo – Raúl Scalabrini Ortiz

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Figura indispensable en la cuestión del ser nacional

Un día como hoy pero de 1959 se despedía Raúl Ángel Toribio Scalabrini Ortiz, historiador, filósofo, escritor, periodista, agrimensor e ingeniero de profesión, que fue apodado por muchos de sus pares como “el profeta nacional” por su anticipación en la denuncia del dominio práctico que ejercía el imperio británico en nuestro suelo, su tesis de Argentina semicolonial, la sumisión económica que suponía esa situación, la dependencia como resultado inevitable y su consecuencia a ras del piso: la alienación en que estaba sumergido el argentino/a de a pie.
Nació en 1898 en la ciudad de Corrientes. Hijo de Ernestina Ortiz, entrerriana descendiente de los primeros colonizadores españoles y de Pedro Scalabrini, italiano, educador y naturalista. Sus primeros cuatro años vivió en la ciudad de Esquina donde sus padres desarrollaban tareas educativas y científicas y en la que fundaron el Museo de la provincia.
Luego se trasladaron a la ciudad de Buenos Aires. Ingresó a la Facultad de Ciencias Exactas donde se recibió de Agrimensor. Practicó boxeo, se sumergió en el mundo de escritores como Anatole France, Oscar Wilde, Máximo Gorki, Fiodor Dostoievski y Anton Chejov; se aquerenció con el grupo de intelectuales cercanos a Macedonio Fernández. Conoció los arrabales de la ciudad, se transformó en parroquiano habitual de cafés y bares donde debatía con Macedonio, Alfonsina Storni, Quinquela Martín. Abrió su paleta de voces, temas y perspectivas.
Quedó impactado por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial y el modo en que se tamizaba en Buenos Aires esa mezcla cotidiana y variopinta de porteños, españoles, italianos, rusos, judíos. La Revolución Rusa también lo marcó. Se nutrió de Marx, Engels, Lenin y Plejánov. Su acercamiento a las ideas de izquierda fue inevitable y en 1919 ingresó a la agrupación “Insurrexit”. Su participación fue efímera pero un principio quedó grabado en forma indeleble: la importancia que los sucesos económicos tienen en los procesos históricos.
En 1923 publicó su colección de cuentos breves que tituló La manga. Ese año también se vinculó con el Grupo Florida (Borges, Marechal, González Tuñón, Victoria Ocampo, Girondo). En 1924 viajó a Europa y se transformó en un viaje de ida. Su visión europeizada se derrumbó. La superioridad que suponía encontrar en el Viejo continente se desdibujó. Eran buenos técnicos pero habían perdido la voluntad de desentrañar lo desconocido que tiene el porvenir. La guerra había hecho lo suyo, la sociedad lo sufría, olfateó que las respuestas a los problemas no eran tan eficaces en relación a las nuestras y que había un camino a recorrer en nuestras tierras.
Se había sacudido en vivo y en directo ese grado de alineación importante que mantenían los intelectuales argentinos respecto “a lo europeo” y que limitaba la perspectiva propia.
A su vuelta recorrió el interior del país, vio con sus propios ojos la explotación que ejercía la oligarquía sobre sus trabajadores y el peso económico de las empresas británicas. Colaboró con la revista “Martín Fierro”. Se contactó con el grupo nacionalista “La nueva república” que dirigían Ernesto Palacio y los hermanos Irazusta. Fue un vínculo efímero pero aleccionador.
Se recibió de ingeniero y se destacó como diseñador ferroviario. Realizó varios prototipos de locomotora de alta velocidad y perfil aerodinámico que no tuvieron concreción por falta de financiamiento y apoyo tanto en el estado como en la industria.
Continuó con sus análisis de la sociedad argentina y sus hipótesis sobre la falta de identidad. Escribía en soledad: “…nuestra mayor tristeza proviene de no saber quiénes somos. Hablamos en castellano, pensamos en inglés, gustamos en francés, amamos en ruso, nos apasionamos en italiano (…) vivimos de prestado abrumados por los preceptos de estéticas y éticas lejanas. Recién hemos dado en saber que la primavera nos llega en septiembre y no en abril…”. Ingresó a “La Nación” y luego de un tiempo alcanzó el escalafón de redactor. Especialista en reflexiones sobre la vida de los/as porteños, sus quejas, problemas y preocupaciones cotidianas.
La crisis del ´30 pegó con violencia (caída del valor de las exportaciones, devaluación del peso, aumento de la desocupación y la pobreza). En lo profundo emergía sin disfraces la dependencia económica. Enemistado con Yrigoyen no denunció el golpe de estado de 1930. Rápidamente cambió de posición al ver el desastre que consumaba el gobierno golpista de Uriburu. Renunció al diario y comenzó una campaña en defensa de la soberanía desde los periódicos “Noticias Gráficas” y “Ultima Hora”.
En 1931 publicó un artículo titulado “La ciudad está triste”, retrato impecable de la desesperanza que provocaba la desocupación y la miseria reinante.
Puntapié inicial de una obra magistral: El hombre que esta solo y espera. Conjunto de observaciones profundas sobre el comportamiento del porteño medio que definió como “el hombre de Esmeralda y Corrientes”. En principio, un ser desbordado por las circunstancias, que soporta el entorno capitalista en forma pasiva, evasivo, fatalista, que no puede dominar las fuerzas materiales que lo rodean y advierte con desazón cómo los bienes mercantiles se convierten en fetiches cotidianos, donde el trabajo es un castigo y el amor una quimera.
En ese estado toca fondo. Rompe de a poco la alienación en que vive e inicia su proceso de rebelión. Se yergue, resiste, apela al sentimiento más que a la razón, confronta con los valores instituidos, adquiere coraje para negar la inevitabilidad del estado político de las cosas, valora la hermandad con los iguales para superar la soledad paralizante y descubre lo que denomina “espíritu de la tierra”, esa conciencia colectiva que solo puede construirse con la muchedumbre y que se debe constituir como conciencia nacional.
En 1933 se alistó en las filas de los insurrectos armados en Paso de los Libres y pagó el precio de su fracaso. El 23 de enero de 1934 se casó esposado con Mercedes Comaleras con quien tuvo cuatro hijos y una hija. De allí al exilio europeo donde confirmó todas sus hipótesis. Al año siguiente fue indultado, regresó y su aquerenció en FORJA. Delantera poderosa: Arturo Jauretche, Juan Fleitas, Homero Manzi, Gabriel del Mazo, Jorge del Río, Darío Alessandro, Miguel López Francés, Nicanor García, Libertario Ferrari (obrero de la Compañía Primitiva de Gas, conductor de la Agrupación de Obreros y Empleados de Gas y luego dirigente de ATE).
Se convirtió en un baluarte teórico. Publicó sus famosos trece cuadernos de análisis y formación. En 1939 fundó el efímero periódico “Reconquista” desde donde defendió su polémica posición de neutralidad respecto a los contendientes de la Segunda Guerra Mundial.
En 1940 editó dos obras centrales en las que develó la matriz colonial existente: Política británica en el Rio de la Plata e Historia de los ferrocarriles argentinos, obras de precisión política en las que demostró la injerencia del imperialismo inglés en la economía y la política argentina y la dominación ejercida sobre el pueblo que olfateaba a ese imperialismo como su enemigo más que al norteamericano. Desentrañó la complicidad de los cipayos internos y como reconoció Jauretche: “…él nos llevó de un antimperialismo abstracto a uno concreto”.
En 1943 se distanció de FORJA por discrepancias sobre el golpe de estado de ese año. Sin embargo, la rebelión popular del 17 de octubre lo encontró en la Plaza. Se entusiasmó, se sintió parte. Inicialmente precavido con Perón por su distancia con los militares fue adquiriendo cercanía, operó con energía desde la Unión Revolucionaria y la Comisión pro Nacionalización de los Ferrocarriles a favor de esa política pública y se consustanció con la mayoría de sus actos de gobierno a partir de 1948 cuando ese hecho soberano fue ejecutado.
Nunca aceptó un cargo político pero batalló sin descanso por la autonomía nacional en conferencias y entrevistas con legisladores y funcionarios. Cuando en 1954 la iglesia lo “tocó” para ser parte del golpe de estado contra del gobierno peronista, fue claro: “Aquí la opción que tiene la Argentina no es Perón o el arcángel San Miguel, la opción es Perón o Pinedo. Si cae Perón vuelve la oligarquía, vuelven los conservadores. Puedo observar que hay cosas que no se organizan como deben organizarse pero de ninguna manera voy a sumarme a la conspiración”.
En 1955 fue un opositor tenaz a la dictadura que consumó el golpe. Fundó “El líder” y “El Federalista” que fueron clausurados y aplicó cortos precisos desde la revista “Qué”. En 1958 asumió como director de esa revista hasta que su enfrentamiento con el presidente Arturo Frondizi por la firma de los contratos petroleros implicó su renuncia al puesto de trabajo.
Un cáncer de pulmón ganó la batalla en el otoño de 1959. Su pluma, su entusiasmo por definir la argentinidad sin tutelas, su tenacidad investigativa para evitar el biri biri, lo acompañaron.
Salú Raúl Scalabrini Ortiz! Por tu agudeza, tu escritura entendible en temas difíciles, por tu firmeza en la polémica, por abrir caminos.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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