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Efemérides 14 de Octubre

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Hannah Arendt

Un día como hoy pero de 1906 nacía Johanna Arendt, teórica política, historiadora, politóloga, socióloga, profesora universitaria y escritora alemana (luego nacionalizada estadounidense) de ascendencia judía que se constituyó en una de las pensadoras más influyentes y polémicas del siglo XX, una adelantada que analizó las mentiras que vomitaba la maquinaria de la publicidad, la influencia sustancial del marketing en el mecanismo de manipulación de la vida política y anticipó la irrupción y proliferación devastadora de las fake news.
Nació en Linden-Limmer (en la actualidad un distrito de la ciudad de Hannover). Hija de Martha Cohn y de Paul Arendt. Su padre murió de sífilis cuando ella tenía tres años y se trasladó con su madre a Königsberg (antigua Prusia, actual Kaliningrado perteneciente a Rusia).
La impronta liberal de su madre, de sus abuelos judíos reformistas y de la comunidad intelectual de Hannover que impulsaba el mismo nivel de educación para niños y niñas le permitió adquirir herramientas intelectuales desde pequeña. A los catorce años ya había leído Crítica de la razón pura de Immanuel Kant y la Psicología de las concepciones del mundo de Karl Jaspers. La filosofía era un mundo que le atraía enormemente.
A los diecisiete años decidió trasladarse sola a Berlín. Comenzó a investigar teología cristiana y estudió por primera vez la obra del filósofo y teólogo danés Søren Kierkegaard. Posteriormente, regresó a Königsberg y se preparó para el ingreso a la universidad. En 1924 se presentó en calidad de alumna libre y aprobó el examen de ingreso en la Universidad de Marburgo, la institución de estudios superiores protestante más antigua del mundo.
Fue un cambio de ciudad y de vida. Durante el primer año estudió griego, teología protestante con Rudolf Bultmann y Filosofía con Martin Heidegger y Nicolai Hartmann. Durante la cursada se enamoró de su profesor Heidegger, casado, con dos hijos, católico, antisemita y 18 años más grande. La relación se mantuvo en secreto. Fue una relación con altibajos, distanciamientos y diferencias profundas pero que perduró durante el resto de sus vidas y que influiría decisivamente en el pensamiento filosófico de ambos. Arendt no soportó la clandestinidad y las presiones y se cambió de institución. Ingresó en la Universidad de Friburgo y estudió durante un semestre con el filósofo y matemático Edmund Husserl. Tras cartón, se trasladó a la Universidad de Heidelberg (la más antigua de Alemania) donde estudió Filosofía bajo la tutoría de Karl Jaspers y en la que se doctoró en 1928.
En 1929 se casó con el filósofo Günther Stern, compañero en Marburgo y que reencontró en Berlín. Abrió su círculo de amigos, entre los cuales se encontraba Kurt Blumenfeld, portavoz del movimiento sionista alemán, cuyos estudios versaban sobre la “cuestión judía” y la asimilación cultural que la ayudaron a comprender la situación de la comunidad.
Su modo de supervivencia era el periodismo que ejercía en “Frankfurter Zeitung” y en participaciones en seminarios de Paul Tillich y Karl Mannheim. Además, obtuvo una beca de la “Asociación de ayuda para la ciencia alemana”. Simultáneamente, Arendt comenzó a interesarse cada vez más por cuestiones políticas. Leyó a Marx y a Trotsky y contactó con la Escuela Superior de Política de Berlín. Se incorporó al sionismo alemán. Su esposo se exilió en París en 1932. Ella se aquerenció en Berlín. Su casa se convirtió en refugio transitorio para los perseguidos judíos. Defendió la postura de lucha activa contra el régimen nacionalsocialista frente a la opinión de la mayoría de los intelectuales alemanes. La asunción de Hitler fue un revulsivo. Fue detenida ocho días y liberada con amenazas. Fraguó su exilio. Pasó por Karlovy Vary, Génova y Ginebra y llegó a Francia. En París se reencontró con su esposo pero las visiones se bifurcaron y se separaron. En 1937 perdió la nacionalidad pero consiguió sacar a su madre de Alemania. En 1940 se casó con el filósofo Heinrich Blücher, ex comunista enfrentado al estalinismo. Ese año fue arrestada en el velódromo de París y luego llevada al campo de internación de Gurs por “extranjera enemiga”. Estuvo cinco semanas y huyó ante un descuido de los guardias; paradas en Montauban y Lisboa y final en Nueva York. Otra etapa de su vida.
Trabajó como redactora en la revista judeo-alemana “Aufbau” y recibió una pequeña beca del exilio sionista. Tuvo sus primeros cortocircuitos. Pretendió despertar la conciencia política judía en el mundo y su opuso a la idea de “pueblo elegido”. A instancias de la “Conference on Jewish Relations” viajó a Alemania. El contraste fue demoledor. Escribió Visita en Alemania. Las consecuencias del régimen nazi donde desmenuzó la destrucción del tejido moral del mundo occidental por crímenes que nadie pensaba posibles, la llamativa indiferencia en la población alemana, la inclinación a culpar a los ocupantes y las recurrentes historias sobre sus propios sufrimientos que intentaban equilibrar la balanza de la tragedia.
En 1948 escribió sobre la historia de Palestina y la creación del estado de Israel. Promovió un entendimiento y acuerdo justo entre árabes y judíos. Advirtió sobre el enfrentamiento histórico de ambos grupos, sobre la tentación de una política expansionista violenta y que la expulsión de una parte de la población árabe representaría una hipoteca moral y un problema futuro.
En 1951 obtuvo la nacionalidad estadounidense y abandonó su condición de apátrida. Publicó Los orígenes del totalitarismo, una obra que desentrañaba las corrientes subterráneas en la historia europea que prepararon el advenimiento del fenómeno totalitario. Estaba dividida en tres partes: “Antisemitismo” donde refleja la expansión de esa ideología que catalizó en el nazismo; “Imperialismo”, causante de la debacle de los estados nacionales y del debilitamiento de los partidos tradicionales y “Totalitarismo” en la que estudió al nacionalsocialismo y al estalinismo. Las definió como diferentes a anteriores formas históricas de autoritarismo y acuñó la idea de que el totalitarismo -heredero de la alianza entre la élite y una parte del pueblo sufrido y disgregado acicateados por un falso concepto de raza- se apodera de todas las variables de la vida de la sociedad (no solo la política) asentado en el movimiento de masas, un aparato de propaganda arrollador y una política sistémica del terror. El aparato estatal se independiza, la política secreta substituye a la justicia y los campos de concentración y exterminio, los crímenes y asesinatos en masa se convierten en una regla de control sostenido.
En 1958 publicó La condición humana, análisis de la vida activa de los seres humanos que divide en tres aspectos: labor (los actos de subsistencia), el trabajo (la producción de objetos duraderos, base para la generación de un mundo estable) y acción (la más trascendente y distintiva que relaciona discurso y práctica con los otros y origina algo nuevo e impredecible). La política como compromiso con el mundo y como actividad que concreta la libertad. También una crítica a la sociedad moderna sumida en el consumo al predominio de la esfera social sobre el espacio público, lugar idóneo para desarrollar la acción política regeneradora.
En 1961 asistió como reportera de “The New Yorker” al juicio contra el criminal nazi Adolf Eichmann en Jerusalén. Trazó un perfil no previsto por nadie: ni monstruo, ni loco ni enfermo. Un burócrata del mal. “…una marioneta banal, solo guiado por el deseo de hacer lo que debía, lo que estaba estipulado. No tenía sentimiento del bien o el mal en sus actos…”; “…un burgués solitario cuya vida estaba desprovista del sentido de la trascendencia, y cuya tendencia a refugiarse en las ideologías, lo llevó a preferir la ideología nacionalsocialista y a aplicarla hasta el final”. Quirúrgico, demoledor y polémico. Sumó críticas mordaces pero aguantó a pie firme.
Fue la primera profesora en la Universidad de Princeton, y dictó clases en las universidades de Chicago, Columbia, Berkeley y Nueva York. Expresó su preocupación por el accionar del macartismo, criticó la discriminación de los negros en los EE. UU., cuya solución consideraba imprescindible para la existencia de la República, valoró el levantamiento húngaro de 1956 contra las tropas soviéticas como en ensayo de una revolución pacífica, abogó por una república basado en consejos ciudadanos, entre otras causas.
Escribió sobre la Revolución Francesa y la independencia de EE UU, sobre la responsabilidad de los actos propios y la responsabilidad política de los individuos, sobre la verdad de la razón y la verdad de los hechos, sobre el pensar, la voluntad, el juicio. Biografías de Rosa de Luxemburgo y el Papa Juan XXIII. Fue una precursora en enfrentar la falsificación de los datos e insistir con la verificación de los hechos y una adelantada en el análisis de la posverdad.
Fue una filósofa de la acción más que de la contemplación. Una crítica de la filosofía cristiana occidental y al conductismo, del papel de los consejos judíos durante el nazismo y una impulsora de seres humanos libres que actuaran en política para cambiar la realidad.
En el invierno de 1975 su vida se acabó trabajando en su despacho delante de sus amigos/as.
Salú Hannah Arendt! Por abrir debates incómodos y relevantes y hacernos pensar.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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