Recuperación de la democracia en Argentina
Un día como hoy pero de 1983 regresaba formalmente el estado democrático a nuestro país que fue consecuencia de muchas luchas y de un aluvión de votos que sepultaron las pretensiones de la dictadura genocida de autoamnistiarse y seguir como si nada hubiera ocurrido.
Fue un día soleado y una noche de fiesta popular que inauguraba un desafío: si íbamos a ser capaces de sostener un mínimo estado de diálogo, abandonar la supremacía de la violencia política y reparar tanto dolor humano y entrega de nuestra Nación.
Me parece que el pueblo argentino logró establecer una democracia a pesar de los avatares, retrocesos y traiciones a que fue sometido.
Superó intentos de golpes de estado de militares cobardes con sus caras pintadas, golpes económicos debidamente planificados por los conocidos de siempre, engaños políticos para perfeccionar la entrega, corrupciones varias, decepciones monumentales que lo llevaron a gritar “que se vayan todos”, intentos de retroceder con decretos que nos obligaban a la desmemoria y que fueron derrotados con las plazas llenas de comunes contra el 2×1 cuyo resultado era la impunidad y represiones que se agudizaron con el tiempo hasta traspasar el límite de pegarle a jubilados y discapacitados poniendo cara de piedra y escudándose en mentiras acusatorias.
Aceptamos el juego democrático aunque los ganadores nos perjudicaran, resistimos, reconstruimos confianza popular y fuimos decepcionados nuevamente.
Todo este trayecto afectó la calidad de nuestra democracia y nuevas generaciones crecieron en un estado de incertidumbre y deterioro, más o menos permanente, que aquerenció la bronca como motor de la política. Y en tiempo récord se promocionaron conceptos antediluvianos que se naturalizaron rápidamente y terminaron siendo gobierno con el apoyo de millones de argentinos.
Aunque habrá que tener honestidad brutal: fueron las carencias acumuladas y no, la eficacia de esas ideas, lo que nos trajo a este presente distópico.
La dinámica de las redes, un sentimiento de hastío extendido, la extorsión en los momentos convenientes del “barrabrava global” y una amnesia mundial de muchos pueblos desesperados coincidieron para vivir este momento demencial de la historia.
Los ricos son más ricos y los pobres más pobres (acá y en el mundo) pero los primeros se erigen como víctimas ante los débiles reclamos de los segundos y convencen a una buena parte de la población de que los derechos son innecesarios y que debemos regresar a la etapa de la brutalidad para sobrevivir y extremar el individualismo visceral.
En Argentina el espectáculo tiene aristas de espectáculo decadente y resultado incierto.
Es un desafío a nuestra inteligencia colectiva que habrá que responder con unidades renovadas y sin dueños, con coraje político para evitar el colapso humano y la destrucción de la casa común, con tolerancia cero a las deslealtades y robos consecuentes, con la mente abierta y con nuevas prácticas políticas que recuperen derechos y fijen responsabilidades colectivas e individuales.
Es un buen momento para evitar un mal trago y construir futuro. Depende de que las mayorías encontremos un rumbo nuevo y seamos artífices de nuestro propio destino.
Salú Democracia!
Nos costó mucho recuperarla.
No la vamos a regalar.
Ruben Ruiz
Secretario General


























