Pionera en la historia de las matemáticassora de la cultura popular
Un día como hoy pero de 1718 nacía María Gaetana Agnesi, filósofa, matemática, lingüista, escritora, teóloga y filántropa italiana que fue la primera mujer en redactar un tratado de matemáticas como profesora universitaria en el mundo occidental, una decidida defensora de la educación de las mujeres, una polemista sólida y una divulgadora didáctica del cálculo matemático.
Nació en Milán. Hija de Anna Fortunata Brivio y Pietro Agnesi Mariami, comerciante de sedas. Fue la mayor de 21 hijos/as que su padre tuvo en tres matrimonios consecutivos. María Gaetana vivió en una época en que el movimiento de la Ilustración impulsó el sapere aude (atreverse a saber) entre los integrantes de las clases con más recursos económicos. Y vivió en una región en que dicho impulso fue promocionado por sus gobernantes y que incluyó a las mujeres, hecho que no ocurrió en otras naciones europeas. Fue parte de un resurgimiento de la participación de las mujeres en la ciencia matemática encarnado en figuras públicas como Laura María Catarina Bassi, Elena Cornaro Piscopia, Diamente Medaglia, María Ángela Ardinghelli.
A los cinco años ya hablaba con precisión italiano y francés y a los nueve dominaba cinco idiomas más: latín, griego, hebreo, alemán y español. Su educación fue proporcionada por profesores particulares y preceptores de alta calificación. Su inclinación por las matemáticas habrá que rastrearlas en las enseñanzas del padre benedictino Ramiro Rampinelli que la introdujo en la lectura de obras y tratados escritos por Newton, Descartes, Leibniz, Euler y los Bernoulli.
Las veladas con intelectuales en la casa de los Agnesi fueron famosas. Allí, descollaban María Gaetana, quien polemizaba sobre diversos temas como la propagación de la luz, los cuerpos transparentes o las figuras curvilíneas en geometría y argumentaba sobre la necesidad de la educación de las mujeres y, también, una hermana menor, María Teresa, que componía música y tocaba el arpa.
A los doce años había sido tratada de una enfermedad de la que no encontraron sus causas pero le recomendaron moderación en sus actividades. Abandonó los estudios de idiomas y de Oratoria y se dedicó a la Filosofía y las Matemáticas. Centró sus estudios en la Lógica, Metafísica, Geometría Euclidiana y Física experimental.
En 1738 publicó un libro en latín: Proposiciones filosóficas, que fue una compilación de ciento noventa y un trabajos donde se sintetizan propuestas o tesis que se discutían en esos encuentros con intelectuales que se realizaban en su casa sobre lógica, mecánica, hidráulica, teorías sobre la gravitación universal, química, botánica, zoología, mineralogía, astronomía, ontología, filosofía y cosmología.
María Gaetana era solitaria y muy religiosa. Cuando tenía veintiún años, su madre murió en el parto de su octavo hijo. Entonces, pidió a su padre ingresar al convento e iniciarse como monja. La negativa fue rotunda pero llegaron a un acuerdo: a cambio de que María Gaetana cuidara de él y de sus hermanos, ella podría concurrir a misa siempre que quisiera y ya no sería parte de las fiestas en el salón de los Agnesi.
Se sumergió en el estudio del álgebra y la geometría y de la religión. Su vida fue retirada y sin apariciones públicas. El monje Ramiro Rampinelli la impulsó a centrar sus estudios sobre el cálculo diferencial. Fue un aprendizaje sistemático y una profesionalización de su innato poder didáctico. Durante diez años pulió un libro que fue emblemático en Europa para el aprendizaje de las matemáticas y que tuvo gran influencia en su dictado durante cinco décadas.
Se trató de Instituciones analíticas para el uso de la juventud italiana, cuya edición financió y dirigió ella misma. Estuvo compuesto por dos tomos. El primero, fue una recopilación sistemática de los dispersos estudios que existían sobre magnitudes finitas. Los ordenó, les dio coherencia y los homogeneizó en un conjunto único de saberes y herramientas teóricas. El segundo, sobre los nuevos conocimientos en cálculo diferencial e integral que había estado estudiando durante esos años.
La obra impactó inmediatamente en la intelectualidad y el mundo científico por comunicar una secuencia lógica y una didáctica comprensible desde el álgebra hasta las ecuaciones diferenciales. Fueron mil páginas de texto con 50 ilustraciones que hicieron accesibles teorías complejas. Fue el primer libro que trató en forma conjunta el cálculo diferencial y el integral, tuvo un tratamiento destacado de las máximos y mínimos, se caracterizó por el uso afortunado de los ejemplos y por la cuidada selección de problemas para ilustrar ideas, nuevos métodos y generalizaciones teóricas.
La claridad, la precisión y el orden fueron claves para el éxito de la publicación. No obstante, con el tiempo se verificaron algunas debilidades como la poca presencia de funciones trigonométricas y la falta de tratamiento de las series de potencia que se mejoraron en ediciones y traducciones posteriores.
Uno de los ejemplos del primer tomo se constituyó en su marca registrada: “la curva de Agnesi”, que recientemente se estableció como una aproximación de la distribución del espectro de la energía de los rayos X y de los rayos ópticos, así como de la potencia disipada en los circuitos de alta frecuencia de resonancia. Una función matemática muy utilizada en física y en estadística.
En esa época el inglés presionaba sobre el resto de los idiomas para ser hegemónico en el mundo occidental y un error de traducción popularizó este ejemplo como “la bruja de Agnesi”. En realidad, María Gaetana había utilizado el término versiera para denominar a la curva y le agregó el artículo femenino. Dicha palabra italiana identifica a la cuerda o cabo que hace girar la vela de los barcos. Años después, en traductor de Cambridge llamado John Colson -que sabía poco de italiano- confundió “versiera” con “avversiera”, que significa hechicera o diablesa. Tradujo a la curva como “witch” (bruja) y la preponderancia reinante del inglés hizo que la función matemática se popularizara mundialmente como “la bruja de Agnesi”.
En 1750 el papa Benedicto XIV la nombró profesora honoraria de Matemáticas y Filosofía Natural en la Universidad de Bolonia, que dependía de los Estados Pontificios. Fue un cargo honorífico porque nunca lo ejerció o no la dejaron ejercer. Es un misterio hasta el día de hoy.
En 1752 murió su padre y María Gaetana abandonó los estudios sobre matemáticas. Se dedicó a educar a sus hermanos/as menores (muchos de los cuales no llegaron a su juventud por diversas enfermedades), a la religión (especialmente a la Patrística, que es el estudio del cristianismo de los primeros siglos y sus primeros autores conocidos como padres de la iglesia) y a destinar sus ingentes recursos económicos heredados de la fortuna paterna para socorrer a pobres, indigentes y mujeres mayores y desamparadas.
Desde 1771, por designación del arzobispo Tozzobonelli, ejerció como directora del Pio Instituto Trivulzio de Milán, un hospicio donde ayudó a enfermos y moribundos y donde ella misma falleció el 9 de enero de 1799.
Inteligente, silenciosa, solitaria, estudiosa, firme defensora de sus posturas, pedagógica, caritativa.
Salú María Gaetana! Por tu capacidad para explicar en forma llana el difícil mundo de las matemáticas, por tu defensa pública de la educación de las mujeres en una época ardua y por tu solidaridad práctica con los más necesitados.
Ruben Ruiz
Secretario General