img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
home2
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_18
img_home_13
img_home_13
img_home_12
img_home_11
img_home_7
previous arrow
next arrow
Shadow

Efemérides 29 de Junio

Compartir

 

Día Nacional del Camarógrafo Argentino

Un día como hoy pero de 1973 fue asesinado en plena calle el camarógrafo y periodista argentino Leonardo Henrichsen Ferrari, “El sueco”, que se encontraba cubriendo el intento de golpe de estado protagonizado por las fuerzas armadas chilenas contra el gobierno democrático de la Unidad Popular encabezada por Salvador Allende.
En su memoria se conmemora este día.
Se inició como aprendiz en Sucesos Argentinos, el primer noticiero cinematográfico argentino y su maestro fue el fotoperiodista Tadeo Bortnowski, un polaco que se había alistado en el ejército inglés y había participado como corresponsal de guerra en la segunda conflagración mundial. Cuando el noticiero cerró en 1955, Leonardo Henrichsen fue contratado por Canal 7.
Su primer trabajo trascendente fue la cobertura del enfrentamiento militar entre “Azules” y “Colorados” en 1962 ocurrido en la ciudad de Buenos Aires. Los memoriosos recuerdan su registro de frente ante un avión que volaba rasante ametrallando las vías del ferrocarril y sus alrededores. Al año siguiente cubrió el golpe de estado contra el presidente de República Dominicana Juan Bosch. Durante su carrera profesional cubrió 21 golpes de estado que sucedieron en varios continentes.
Otra cobertura recordada fue la que realizó durante el Cordobazo en 1969 para Canal 13, emisora en la que adicionalmente filmaba exteriores de telenovelas y procesaba el material fílmico. También cubrió los secuestros del embajador de Suiza en Brasil y de Alemania en Guatemala. Su experiencia profesional que ya había trascendido nuestro país, su talento y su fluido inglés hizo que la televisión pública sueca, la STV, lo contratara.
El primer trabajo como corresponsal exclusivo en Chile fue la cobertura del paro realizado por los dueños de camiones contra las medidas del gobierno de Salvador Allende. A finales de junio de 1973 volvió a tierras chilenas, junto al periodista sueco Jan Sandquist, para realizarle una entrevista al senador comunista Volodia Teitelboim.
Sin embargo, el 29 de junio por la mañana se producirían otros hechos que cambiaron el rumbo de la información a cubrir. Se produjo el Tanquetazo, un intento de golpe de estado contra el gobierno socialista de Chile, comandado por el teniente coronel Roberto Souper del Regimiento Blindado N.º 2 y fogoneado por la organización armada de extrema derecha “Patria y Libertad”.
La violencia se apoderó de las calles del centro de Santiago. A las nueve de la mañana una columna de tanques cercó el palacio presidencial de La Moneda y el edificio del Ministerio de Defensa. Comenzaron los disparos de los amotinados; la guardia presidencial respondió firmemente el ataque. Corridas de los transeúntes y trabajadores de la casa de gobierno y el ministerio, frenazos de automóviles, tableteo incesante de las ametralladoras y gritos de voces de alto.
Leonardo se apostó a unos 150 metros del centro de los hechos. Encuadró su cámara francesa Eclair de 16 mm color en la esquina de Agustinas y Morandé, frente al Banco Central. La batería colgaba de su cinturón. Registró el comienzo de los violentos sucesos y la desesperación de los civiles que se encontraban como actores involuntarios ante la intentona golpista.
En esos instantes, un carro militar apareció violentamente a pasos de la esquina donde se encontraban Leonardo y el corresponsal Jan Sandquist. Dio media vuelta y se apostó allí. Un oficial bajó del carro de asalto. Otros once soldados fueron descendiendo con sus armas. El oficial divisó a Leonardo, vio que estaba filmando los hechos y le disparó. No dio en el blanco.
Leonardo le gritó a su sonidista: ¡Cuidado que nos disparan! La mujer se parapetó detrás del camarógrafo. Él continuaba filmando aquerenciado en la esquina y, en ese momento, la lente se enfrentó al asesino que ejecutó el disparo mortal. Captó la escena y su halo de angustia fatal.
La bala impactó en el cuerpo de Leonardo, lo atravesó y pasó por arriba de la cabeza de la sonidista. “Jan, me muero”, alcanzó a balbucearle a su amigo corresponsal. El cabo segundo Héctor Hernán Bustamante Gómez fue su verdugo. Con total frialdad se acercó al cadáver, cortó el cable de la batería, arrebató la cámara, caminó unos pasos, la tiró dentro de una alcantarilla y se fugó.
Algunos testigos visuales del asesinato -partidarios del gobierno socialista – salieron a la calle, tomaron un automóvil de la escolta presidencial y lo estacionaron arriba de la alcantarilla. El golpe fue sofocado al mediodía. Hubo 22 muertos y decenas de heridos. Durante la tarde los militantes volvieron al lugar y rescataron la cámara que había querido ser ocultada.
La filmación fue recuperada. Fueron seis minutos y medio que recorrieron el mundo. La escena final es desgarradora. Leonardo y su cámara filmando el instante final de su vida, el ejecutor disparando desde arriba del carro, el impacto certero y la película que sigue corriendo fuera de cuadro.
Realismo trágico, documento acusatorio de la barbarie, final valiente de “El sueco” a los 33 años.
Salú Leonardo! Por tu coraje para mostrar la verdad de los hechos, por tu mensaje indubitado contra el salvajismo de los poderosos, por tu ejemplo.
Salú a todos los camarógrafos argentinos que llevan en sus chalecos la imagen indeleble de Leonardo con su sonrisa imperturbable y su barba cerrada.

Ruben Ruiz
Secretario General 


Compartir
Volver arriba